Daniel Yranzo, presentador de La Pera Limonera en Aragón TV: “Cuando empecé estaba mal visto ser cocinero, no era una profesión de prestigio”

Daniel Yranzo, el presentador de los programas de Aragón Televisión La Repera y La Pera Limonera, encontró su camino en la vida en las cocinas de la Escuela de Hostelería de Teruel. Ahora, además de dirigir el programa televisivo, es responsable de la Escuela de Sabor, un espacio dedicado a la gastronomía en todos sus ámbitos y con sede en Zaragoza. Reconoce que llegó, como muchos otros entonces, sin tener claro que el delantal fuera lo suyo, pero pronto descubrió que sin duda era su vocación.

- ¿Cómo fueron esos años que pasó en Teruel?

- Tengo grandes recuerdos, sobre todo vistos en la distancia, el aprendizaje fue duro, nos metían mucha candela, cosa que ahora agradecemos mucho, pero cuando tienes 18 años no te das cuenta. El aprendizaje nos curtió para que seamos hoy todos profesionales de prestigio o por lo menos con amor por nuestro trabajo y que no hayamos abandonado la profesión. El índice de abandono es prácticamente nulo, nos dieron tanta cera que, a la hora de llegar al mercado laboral, nos parecía luego todo bien. En otras escuelas cuidan tanto el bienestar del alumno que es contraproducente; luego te das de bruces con la realidad, con el estrés de la profesión, la tensión en la cocina; cuando todos tienen fiesta, tu trabajas y si no te preparan bien para eso estás un poco desbordado. Además la ciudad me encanta, hice grandes amigos que tendré toda la vida, considero Teruel mi segunda casa. 

- ¿Los alumnos entonces no tenían claro si querían ser cocineros o camareros?

- Hoy en día el 90% entran porque quieren probar suerte porque creen que es su camino, pero cuando yo llegué el porcentaje se invertía, el 90% llegamos para probar suerte intentando encontrar nuestro lugar.

- Pero en esos años la hostelería no está de moda, ¿no?

- Bueno, los grandes chefs empezaban un poco a despuntar, pero no había el boom ni la fiebre que hay ahora, ni programas, ni concursos, ni chavales que desde pequeños quieren ser cocineros. Nosotros llegamos ahí rebotados, que no sabíamos qué hacer con nuestra vida, en mi caso enseguida vi que la cocina era lo mío. Pero ser cocinero entonces estaba mal visto, no era una profesión de prestigio y no lo ibas pregonando a los cuatro vientos. Ojalá ocurra lo mismo con los profesionales de sala, que hoy en día por desgracia están muy denostados.

- ¿Cuándo se dio cuenta de que había nacido para la cocina?

- Entrábamos con la idea de sacar buenas notas para tener contentos a los padres, pero los estudios tenían un nivel muy alto, el abandono se producía ya en el primer trimestre. Yo ese primer trimestre saqué muy buenas notas, cosa que no había sucedido antes, me di cuenta de que quería formar parte de ese proyecto.

- ¿Qué es más difícil, cocinar o entretener?

- Van bastante de la mano, lo que pasa es que hay cocineros que les cuesta comunicar y viceversa, grandes comunicadores que no se les da tan bien la cocina. Quizá es más difícil cocinar porque lo de entretener va de la mano, lo que hago en la cocina lo disfruto y lo vivo tanto que las explicaciones que doy me resultan muy fáciles.

- ¿Qué papel han jugado los programas de televisión a la hora de poner en valor la cocina?

- Hay formatos de programas muy diferentes, en algunos prima la cocina y el aspecto didáctico y en otros la parte más de reality show de la cocina, que a mí personalmente no me gustan nada. La divulgación es importante, Karlos Arguiñano y antes Elena Santonja han hecho una labor fundamental. El otro tipo de programas en el que priman las relaciones humanas y la tensión no creo que dé lugar a profesionales con los valores adecuados, pero es una opinión muy personal.

- ¿Cree que los grandes cocineros han marcado un punto de inflexión en el sector hostelero en España?

- Ellos sí son los causantes de este cambio en la cocina, han puesto a España en el mapa, es un país en el que se come bien, pero no había destacado por sus restaurantes y ahora están entre los mejores del mundo, tenemos cocineros que son de las personas más influyentes del mundo de la gastronomía y son los que hacen que los chavales quieran parecerse a ellos. Es verdad que me fastidia que se olvide la sala, parece que las estrellas del rock solo sean cocineros.

- ¿Cómo fue el reencuentro con sus compañeros en el almuerzo solidario del día 13?

- Fue como estar en casa, reencuentro con profesores; con las instalaciones, que están muy cuidadas, pero no han cambiado mucho y con ex alumnos. El diseño del evento fue muy bonito, nos repartimos el trabajo y fuimos dando de comer a toda la gente que vino, transmitimos la emoción de estar ahí.