Consuelo Pechuán, conductora de la línea entre Teruel y Cella: “Podemos llenar el 100% de las plazas de autobús, pero yo no cubro ni la mitad”
“La vida útil de un vehículo para escolares es de 16 años, en Europa es de más, y no se cuentan los kilometros”Consuelo Pechuán lleva 25 años, desde 1995, conduciendo el autobús que realiza el trayecto entre Cella y Teruel. Es la tercera generación que se pone al volante de Autobuses Pechuán y, de momento, tendrá continuidad porque su hija, Noelia Pérez Pechuán, se incorporó a la empresa hace ya algún tiempo.
-¿Qué tipo de viajes hacen sus autobuses?
-Tenemos la concesión Cella-Teruel y llevamos 4 servicios regulares de uso escolar, también hacemos juegos escolares y llevamos al equipo de fútbol de Cella.
-¿Cuántos trabajadores son en la empresa?
-4, 3 autónomos y uno contratado, pero todos de la familia.
-Lleva en la empresa desde el año 1995, ¿la crisis generada por el coronavirus es la peor a la que han tenido que hacer frente?
-Sin duda, porque a partir del 14 de marzo paramos, solo bajábamos un día a la semana a Teruel pero sin apenas viajeros porque todo el mundo estaba confinado. Hasta que se cambió de fase solo teníamos un viajero. Por otro lado, cuando hacemos un contrato de transporte escolar son 179 días por año y nos han fallado 61. Se está negociado con Educación que nos paguen un 59,9% de los días que no hemos hecho el transporte escolar pero estaba previsto, aunque de momento no hemos recibido nada. En esta época de primavera hay mucha actividad de juegos escolares porque hay más torneos, algún discrecional con colegios y el club de fútbol no ha vuelto a salir...
-¿Y han cobrado los servicios que sí realizaron?
-Sí, en ese sentido el Gobierno de Aragón pagó con mucha premura, mucho antes de lo que es habitual, hay que agradecerlo, nos facilitó mucho las cosas.
-¿Y ustedes tienen que hacer frente a los gastos igual?
-Sí, porque cada autocar de gama media cuesta entre 220.000 y 250.000 euros, así que cada vez que cambiamos un vehículo tenemos que sacar un préstamo. Además, la normativa española exige cambiar los autobuses para el transporte escolar cada 16 años, mientras que en Europa es de 18 años o incluso ilimitado. Hay que tener en cuenta que la actividad es muy limitada en Teruel y el vehículo se desgasta mucho menos, un autocar de los míos puede hacer 30.000 kilómetros al año, mientras que uno con rutas a nivel nacional hace en un año más kilómetros que yo en toda la vida útil del autobús. No estamos equiparados con Europa, ni siquiera con Canarias, en 2006 salió un Real Decreto que nos hace cambiar de autobús de transporte escolar, que es todo aquel en el que los niños sean menores de 16 años. Aquí nuestra ganancia está muy limitada, no hay fábricas para hacer transportes.
-¿Cómo ha ido el tema de los seguros durante el tiempo en que han estado parados?
-Lo tenemos semestral y nos dijeron que cobrarían menos al estar el vehículo parado, pero ha llegado la póliza completa. En otras compañías tuvieron que dar los vehículos de baja, en nuestro caso dijeron que no hacía falta.
-¿Hay alguna asociación que defienda sus derechos?
-Sí, Direbús, que aunque estaba formada con anterioridad, en abril se ha relanzado y se han sumado 400 socios de pequeñas y medianas empresas.
-¿Qué otras demandas hay?
-Una muy importante es que se prorroguen los contratos escolares para aminorar pérdidas. El contrato era por 2 años prorrogables a otros 2, pero toca renovar ahora y, con la situación que hay, las empresas se lanzarán a la desesperada y puede haber bajas temerarias. También piden que nos equiparen la edad de renovación del parque a Europa. Otra de las demandas es sobre la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), que han ampliado el plazo y podemos pasarla hasta 2 meses después del fin del estado de alarma, pero después la siguiente se realiza en función de la fecha inicial, con lo que en un mes pasaremos dos ITVs, con el consiguiente pago de tasas y pérdida de tiempo.
-¿Cómo ha sido la vuelta al trabajo?
-Hasta septiembre nosotros no tenemos prácticamente nada de trabajo porque la gente se va de vacaciones por su cuenta y no hay colegios. Lo que sí hacemos es el trayecto Cella-Teruel 4 veces al día, pero no hay muchos viajeros, el miércoles en todo el día fueron 10 viajeros, que suponen 24,7 euros en todo el día.
-¿Ha cambiado el comportamiento de los usuarios?
-Es un servicio muy familiar, solo tenemos los viajeros habituales y son muy consecuentes y todos vienen con la mascarilla, no he notado nada raro, aunque es verdad que no tocan mucho, apenas despliegan las cortinas. El uso de la mascarilla es obligatorio y nadie se ha negado a usarla. Yo procuro que se sienten separados y que entren las menos bolsas posibles al interior del autobús, para eso está el maletero.
-¿Se han incrementado las desinfecciones?
-Claro, las cosas que se tocan con las manos se desinfectan tras cada trayecto y dos veces al día se friega el suelo con lejía.
-¿Cuál es el aforo ahora?
-Ahora ya tenemos el 100% desde hace tiempo, pero la verdad es que en mi autobús de 22 plazas lo máximo que he llevado son 8 personas, que aún así no llega ni al 50%.