Concor Armengod, cantera de Villarluengo: "La cantería es una labor manual, artesana y de echar horas, pero que mucha gente no valora"
Concor Armengod, de 35 años, talla piedra y madera en su taller de Villarluengo donde diseña por encargo todo tipo de elementos cultos de carácter tradicional para la decoración de edificios.
-¿Desde cuándo se dedica profesionalmente a la cantería?
-Unos 5 o 6 años.
-¿Qué hacía antes?
-Estudiar y he trabajado en información y turismo del Maestrazgo.
-¿Se ha formado en cantería?
-He hecho bachillerato y muchos cursos que no tienen nada que ver con la cantería, también algunos que relacionados con talla. Fue todo un poco rodado, pero realmente mis estudios no han ido por ahí. Me empezaron a empujar mi familia que hiciese alguna cosa y me gustó. Mi familia ha tenido una empresa de construcción en la que la madera y la piedra siempre han estado muy presentes, lo de la piedra es una cosa que he mamado desde siempre como se dice. Empecé a hacer cosas empujada por mi padre y mi tío, siempre he tenido inquietudes artísticas, porque yo hago cantería pero es cantería ornamentada y trabajos de todo tipo, escudos heráldicos, buzones… Trabajos un poco más de escultura.
-¿Su familia le animó porque tenía usted interés?
-Sí, veían que me iba esto, siempre me ha gustado dibujar y hacer cosas así.
-¿Fueron duros los comienzos?
-Fue muy poco a poco, aun ahora no es que me vaya mal pero es difícil que la gente le ponga el valor que tiene a las cosas que hago, muchas veces me piden presupuestos que no llegan a ningún sitio. Hay gente que sabe lo que vale y te encarga, pero otros se piensan que vale cuatro duros, cuando es un trabajo artesano, manual, que me cuesta muchas horas, hay mucha gente que sí que lo valora, otros que piensan que cuesta mucho menos.
-¿Puede decirnos, a modo de ejemplo, cuántas horas de trabajo hay detrás de cada uno de esos pivotes que usted hace para rematar puertas o evitar el acceso de vehículos a calles o plazas que para muchos pasan a veces desapercibidos?
-Por lo menos dos semanas de trabajo.
-La cantería es un trabajo que siempre se ha asociado a los hombres, ¿le ha afectado esto de alguna manera?
-A veces sí, mi familia se ha dedicado a esto y hay gente que ve algún trabajo que he hecho yo y me dicen que si me ha ayudado mi padre. No es que me hayan dejado de hacer un encargo por ser mujer, pero sí que me preguntan si he necesitado ayuda, que evidentemente en algunas cosas la necesito, pero igual que un hombre.
Villarluengo
-¿Dedicarse a la cantería fue una forma de quedarse en Villarluengo?
-Sí, es una forma de poder vivir aquí.
-¿Cuáles son los principales encargos que recibe?
-Escudos, buzones, chimeneas, fuentes… todo esto tiene su parte más artística, porque normalmente son escudos heráldicos, también los buzones con distintos motivos… El año pasado hice un taller de cantería con los niños, hicimos un mosaico, y este año vamos a repetir el taller aunque con otra creación.
-¿Le piden piezas exactas o en su trabajo hay hueco para la creatividad?
-Hay clientes que te traen una foto y te dicen que lo quieren así y otros que te dan un poco de libertad. A mí me gusta más que me den libertad, que me dejen hacer cosas que me salgan a mí.
-¿Dónde están sus principales clientes?
-Es sobre todo gente de los pueblos de la zona, más del Bajo Aragón que de la comarca del Maestrazgo. También trabajo mucho para ayuntamientos, en Calanda he hecho un reloj de sol y un monolito dedicado a los alcaldes, también hago fuentes para los pueblos, en Castellote la restauración de la puerta del cementerio…
-¿Qué tipo de piedra utiliza y de dónde la saca?
-Caliza de la zona, normalmente lo que más trabajo es el travertino de Montoro, que la cantera es de mi tío. También otra piedra caliza que es blanca, muy fuerte y buena para determinados trabajos. Los clientes casi nunca me piden una piedra determinada, a no ser pedidos concretos, como en La Mata de Los Olmos donde restauré unos elementos de una fachada y tuve que utilizar piedras areniscas.
-Su trabajo acaba de ser recogido en un catálogo del Maestrazgo junto a otros artesanos. ¿Es importante dejar huella testimonial de estas labores creativas?
-Por supuesto, para mí lo es, primero por darnos el valor que tiene nuestro trabajo en nuestra zona y después porque son oficios que no son muy habituales, que se están perdiendo por la entrada de la maquinaria y ponernos en valor siempre va bien.