El turolense Chabier de Jaime Soguero hace su tesis doctoral de Paleontología en la Universidad Autónoma de Barcelona
Chabier de Jaime Soguero, doctorando de Paleontología: “Al empezar a investigar te das cuenta de que la paleontología es una cosa muy apasionante”
“Tengo el recuerdo de haber ido muy pequeño a Dinópolis y que se te iluminaban los ojos al verlo”
Al calamochino Chabier de Jaime Soguero le delata su primer apellido, que explica su pasión por las ciencias. Está terminando su tesis doctoral sobre Paleontología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), tras haber disfrutado de una beca predoctoral en el Instituto Catalán de Paleontología. Aparte de por su padre, su interés por la ciencia le viene de haber crecido en una provincia a la sombra del proyecto Dinópolis.
-¿Qué le motivó a estudiar Biología y luego a especializarse en Paleontología?
-A mí la paleontología siempre me ha interesado mucho, sobre todo de niño. Me gusta mucho la biología, la evolución sobre todo, y en la Universidad de Valencia hice las asignaturas de paleontología y tuve la oportunidad de hacer unas prácticas en la Fundación Dinópolis que también me marcaron mucho porque fue una experiencia muy buena y muy enriquecedora. Cuando acabé la carrera con la mención en biodiversidad, valoré la paleontología como una opción y empecé a mirar másteres y acabé en Barcelona. Para mí ha sido todo un descubrimiento porque al empezar a investigar te das cuenta de que la paleontología es muy apasionante.
-Tiene 28 años, nació casi a la vez que el Conjunto Paleontológico de Teruel, ¿cómo ha visto la evolución que ha tenido la provincia con este proyecto? ¿Le ha llegado a marcar vocacionalmente?
-Tengo el recuerdo de haber ido muy pequeño a Dinópolis, cuando estaba recién abierto, y que se te iluminaban los ojos. Y con el colegio fuimos muchas veces y tuve la suerte de poder estar allí en prácticas. Han puesto en valor un patrimonio que aquí era conocido ya pero que han venido descubriendo nuevas cosas y han convertido a Teruel en un sitio de referencia en la investigación del Mesozoico y también de etapas más modernas.
-¿Cómo recuerda la experiencia de haber podido hacer prácticas en la Fundación Dinópolis?
-Yo entré como estudiante en prácticas de empresa desde la Universidad de Valencia y estuve una temporada en el departamento de restauración de fósiles. Pasas de haber visto siempre un fósil en una vitrina a ver cómo ha salido del campo, cómo se tiene que preparar, cómo se cuida, cómo pasa ese proceso de investigación. Es pasar de ver la película a formar parte de los que ayudan a hacerla, y fue muy gratificante. Fue una etapa que yo he agradecido mucho.
-¿Le marcó como para optar después por el máster de paleontología?
-Sí, me marcaron mucho, tanto estas prácticas en la Fundación como las asignaturas de la carrera.
-Pero al final no ha optado por el Mesozoico, la era de los dinosaurios, para la investigación con la que doctorarse.
-Es también por dónde me ha llevado la vida. Al llegar a Barcelona conocí a los que son mis directores de tesis, Josep Fortuny y Oriol Oms, que son paleontólogos y estratígrafos, me propusieron un trabajo de huellas fósiles del Triásico y me gustó muchísimo. Son las faunas de vertebrados un poco previas a cuando surgen los dinosaurios. Son muy interesantes pero mucho menos conocidas.
-¿De ahí surgió la tesis?
-Sí, me propusieron un proyecto de trabajar la tesis sobre el Pérmico pirenaico y el Triásico en la cuenca catalana, buscando icnitas y fósiles tetrápodos. Yo no conocía para nada este mundo y es muy ilusionante.
-¿Cuál es entonces el tema de la tesis doctoral?
-Al final del Pérmico existe una extinción masiva, que es incluso mucho mayor a la que tiene lugar al final del Cretácico cuando se extinguen los dinosaurios, y desaparece un 95% de la biodiversidad. Mi objetivo es intentar dar una visión de cómo son las faunas antes de ese gran evento de extinción y después. Hago un balance sobre cómo eran los ecosistemas antes, porque son muy poco conocidos a nivel peninsular, y cómo son después. Muchas veces no tenemos huesos, porque son muy escasos en toda la península, y trabajamos con huellas, que te ayudan a hacerte una idea de qué animales están pululando por allí.
-Forma parte de esa generación de jóvenes que tiene que salir de Teruel para poder completar su formación. ¿Le gustaría volver a su tierra?
-Sí, sí, para mí Teruel siempre ha sido el campamento base, que digo. Siempre he sido de aquí, me ha gustado mucho. También ha sido una suerte el poder salir, pero siempre creo que he salido con una gran perspectiva de dejar un pie dentro para poder volver, pero ya veremos un poco lo que depara el futuro porque la verdad es que para la gente joven es difícil regresar.
-¿Qué le motivó a estudiar Biología y luego a especializarse en Paleontología?
-A mí la paleontología siempre me ha interesado mucho, sobre todo de niño. Me gusta mucho la biología, la evolución sobre todo, y en la Universidad de Valencia hice las asignaturas de paleontología y tuve la oportunidad de hacer unas prácticas en la Fundación Dinópolis que también me marcaron mucho porque fue una experiencia muy buena y muy enriquecedora. Cuando acabé la carrera con la mención en biodiversidad, valoré la paleontología como una opción y empecé a mirar másteres y acabé en Barcelona. Para mí ha sido todo un descubrimiento porque al empezar a investigar te das cuenta de que la paleontología es muy apasionante.
-Tiene 28 años, nació casi a la vez que el Conjunto Paleontológico de Teruel, ¿cómo ha visto la evolución que ha tenido la provincia con este proyecto? ¿Le ha llegado a marcar vocacionalmente?
-Tengo el recuerdo de haber ido muy pequeño a Dinópolis, cuando estaba recién abierto, y que se te iluminaban los ojos. Y con el colegio fuimos muchas veces y tuve la suerte de poder estar allí en prácticas. Han puesto en valor un patrimonio que aquí era conocido ya pero que han venido descubriendo nuevas cosas y han convertido a Teruel en un sitio de referencia en la investigación del Mesozoico y también de etapas más modernas.
-¿Cómo recuerda la experiencia de haber podido hacer prácticas en la Fundación Dinópolis?
-Yo entré como estudiante en prácticas de empresa desde la Universidad de Valencia y estuve una temporada en el departamento de restauración de fósiles. Pasas de haber visto siempre un fósil en una vitrina a ver cómo ha salido del campo, cómo se tiene que preparar, cómo se cuida, cómo pasa ese proceso de investigación. Es pasar de ver la película a formar parte de los que ayudan a hacerla, y fue muy gratificante. Fue una etapa que yo he agradecido mucho.
-¿Le marcó como para optar después por el máster de paleontología?
-Sí, me marcaron mucho, tanto estas prácticas en la Fundación como las asignaturas de la carrera.
-Pero al final no ha optado por el Mesozoico, la era de los dinosaurios, para la investigación con la que doctorarse.
-Es también por dónde me ha llevado la vida. Al llegar a Barcelona conocí a los que son mis directores de tesis, Josep Fortuny y Oriol Oms, que son paleontólogos y estratígrafos, me propusieron un trabajo de huellas fósiles del Triásico y me gustó muchísimo. Son las faunas de vertebrados un poco previas a cuando surgen los dinosaurios. Son muy interesantes pero mucho menos conocidas.
-¿De ahí surgió la tesis?
-Sí, me propusieron un proyecto de trabajar la tesis sobre el Pérmico pirenaico y el Triásico en la cuenca catalana, buscando icnitas y fósiles tetrápodos. Yo no conocía para nada este mundo y es muy ilusionante.
-¿Cuál es entonces el tema de la tesis doctoral?
-Al final del Pérmico existe una extinción masiva, que es incluso mucho mayor a la que tiene lugar al final del Cretácico cuando se extinguen los dinosaurios, y desaparece un 95% de la biodiversidad. Mi objetivo es intentar dar una visión de cómo son las faunas antes de ese gran evento de extinción y después. Hago un balance sobre cómo eran los ecosistemas antes, porque son muy poco conocidos a nivel peninsular, y cómo son después. Muchas veces no tenemos huesos, porque son muy escasos en toda la península, y trabajamos con huellas, que te ayudan a hacerte una idea de qué animales están pululando por allí.
-Forma parte de esa generación de jóvenes que tiene que salir de Teruel para poder completar su formación. ¿Le gustaría volver a su tierra?
-Sí, sí, para mí Teruel siempre ha sido el campamento base, que digo. Siempre he sido de aquí, me ha gustado mucho. También ha sido una suerte el poder salir, pero siempre creo que he salido con una gran perspectiva de dejar un pie dentro para poder volver, pero ya veremos un poco lo que depara el futuro porque la verdad es que para la gente joven es difícil regresar.