Arantxa Bobed Ubé, profesora y especialista en cooperación cultural: “En Teruel se podrían trabajar muchísimas cosas relacionadas con el patrimonio cultural”
“No se tienen en cuenta los valores culturales. Lo primero que se destruye, aparte de las personas, es la cultura”La turolense Arantxa Bobed es especialista en estudios internacionales y proyectos de cooperación y desarrollo de políticas públicas, además de investigar las Relaciones Internacionales. Actualmente desarrolla su trabajo enseñando en un colegio y trabajando en proyectos de desarrollo cultural.
-¿Qué le pasa a la sociedad?
-Desde siempre me ha gustado estudiar, investigar, analizar cómo es el comportamiento de la sociedad, especialmente relacionado con mi tesis doctoral. Cómo se relacionan diferentes comunidades que conforman la sociedad, y especialmente en relación con la cultura, ya que existen muchos conflictos armados relacionados con ella, que la tienen como protagonista, desde un punto de vista negativo, porque ya es el origen de muchas confrontaciones.
-¿Qué le ha sorprendido en esta etapa profesional en proyectos de cooperación?
-Me ha sorprendido lo relacionado con los temas en cultura y con este enfoque cultural, relacionado con la cooperación. Lo que primero me encontré es que había bastante opacidad en cuanto a la existencia de proyectos que trabajan con la cultura y me sorprendió al comenzar a estudiarlo y al presentarlo en diferentes congresos. A la vez también estaba realizando un curso específico sobre la diversidad cultural en cooperación y el desarrollo, y me encontré con mucha gente interesada y a la vez veía muy pocos proyectos financiados. Hay países que invierten muchísimo en proyectos de cultura y cooperación y otros que no.
-¿Qué puede hacer hoy la geopolítica para mejorar la situación en diversos puntos del mundo?
-En relación con los proyectos culturales mucho. En principio, la primera cosa es tenerla en cuenta, más allá del patrimonio histórico o monumental. Me estoy refiriendo al patrimonio cultural. Este nuevo término y concepto que nos da la Unesco que abarca una multitud de elementos como componentes culturales, puede hacer muchísimo. Hay muchos auditores, sobre todo encontré algunos anglosajones que estaban impulsando el trabajar en la geopolítica con esa conciencia cultural de que no hay que atacar la cultura sino que hay que protegerla desde el principio. En la geopolítica creo que es imprescindible trabajarla desde el principio, porque al final la usamos.
-¿La sociedad está llena o vacia culturalmente?
-En tanto en cuanto a valores culturales, arraigo por la historia, etc. creo que se necesita más sensibilidad cultural. Sí, y en el caso de los conflictos armados, la manera en que se generan después proyectos para ayudar a las comunidades, se necesitan muchísimo. Creo que te ayuda a sobrevivir en una situación tan trágica como es una guerra o un conflicto social. Creo que está llena de valores pero a la vez no es consciente (la sociedad) de ellos, de cuánto lo necesitamos trabajar.
-¿Está en peligro la cultura?
-No se tiene en cuenta los valores culturales. Por ejemplo, en las guerras, lo primero que se destruye, aparte de las personas, es lo cultural, porque digamos que es el arraigo. Es el nexo entre el pasado y el presente y probablemente también el futuro. Si rompemos culturalmente, es que tenemos que volver a empezar. Sí, siempre ha estado en peligro. Me gusta mucho, un abogado judío que se llamaba Rafael Lenkin. Este señor siempre me gustó, desde que lo descubrí. En los conflictos de la primera y segunda guerra mundial, él diferenció entre lo que era el genocidio humano y el genocidio cultural, que iba completamente asociado a destruir lo humano o destruir a la humanidad. Una parte de la humanidad siempre estaba asociado a destruir una parte de su cultura.
-¿Qué tiene Teruel diferente, qué se podría mejorar?
-En Teruel se podrían trabajar muchísimas cosas relacionadas con el patrimonio cultural, con los paisajes culturales, con el patrimonio natural. Podemos aprovechar la misma despoblación que estamos sufriendo y que ya se habla mucho de ella, pero también la inmigración y trabajar un espacio de encuentro con culturas diversas. Teruel puede ser una fuente de enriquecimiento cultural y, de hecho, ya desde hace algunas décadas, vemos que en el ámbito educativo se va incluyendo, se tienen en cuenta las diferencias culturales.
-¿Está bien enfocada la cooperación internacional?
-Creo que ha cambiado mucho. Hay grandes diferencias. En los proyectos hubo también un cambio, sobre todo, en la cultura. La Unesco, las Naciones Unidas, hicieron un decenio del patrimonio cultural. Es el decenio internacional de la protección lingüística. Esto hace que haya más dinero, más subvenciones para trabajar las diferencias lingüísticas y la protección de las lenguas. Así que creo que es muchísimo mejor que antes, que no se trabajaba el desarrollo humano.
-¿Se puede mejorar lo que hacen las ONG en el ámbito de la cultura?
-Sí, evidentemente. Me he dado cuenta que las cosas van por modas. Hay un montón de ONG's dedicadas a la protección del medio ambiente o se trabaja mucho el género. Así que creo que llega el momento de que se trabaje más la cultura, por ejemplo, hacer proyectos en pequeñas comunidades o en municipios. En Teruel hay proyectos a una escala más local, pero en el ámbito de las organizaciones no gubernamentales, deberían especializarse más en cultura.