Annabel Roda, periodista de Valderrobres: "Me fastidia que solo se hable de feminismo cuando se acerca el 8 de marzo"
La turolense afirma que las periodistas abundan en los medios y la facultad, "pero no en los puestos destacados"Annabel Roda es una periodista de Valderrobres que desde la revista trimestral Salvaje trata de acercar la naturaleza y el monte al público urbano, más allá de tópicos y lugares comunes. Está convencida de que el factor rural acrecenta la brecha entre hombres y mujeres.
-Su ámbito, el del periodismo, no es de los que cuentan con una mayor brecha de género... ¿o sí? ¿Usted qué opina?
-Ahora mismo con la actualidad internacional se está viendo claro. ¿Cuántas mujeres corresponsales estamos viendo en Ucrania sustentadas por canales importantes? Yo creo que muy pocas, y a nivel internacional las periodistas tienen más dificultades para mostrar su trabajo.
-Sin embargo en las facultades de Periodismo hace años que los estudiantes son mayoritariamente mujeres...
-Pero eso sucede en casi todos los sectores en general, y en el de las humanidades y ciencias sociales en particular. Hay muchas mujeres pero los puestos directivos o los puestos destacados siguen estando copados por los hombres.
-¿Por qué sucede esto?
-Hay muchos factores. A las mujeres se nos exigen otros mandatos a cumplir, más allá de ocupar el espacio público, que no se les exige a los hombres.
-¿Se refiere a los del ámbito doméstico?
-Claro. ¿A los abuelos o a los niños quién los cuida? Las mujeres. Y las mujeres tienen que aparcar sus aspiraciones profesionales para responder a ese mandato. Si naces siendo mujer tu mandato fundamental va a ser la familia, y pretender romperlo es algo terrible. Te inculcan desde pequeña que si intentas tener éxito en tu trabajo vas a ser una mujer fatal como en El diablo se viste de Prada, o vas a ser una obsesa del trabajo que cuando llega a casa está sola. Esos son los referentes que tenemos.
-¿Qué pasa con las carreras universitarias de ciencias y tecnología, qué estadísticamente interesan menos a las mujeres?
-Cuándo comenzó el desarrollo de las carreras informáticas en Estados Unidos se consideró una actividad femenina, porque era más manual, pero a medida que fueron adquiriendo importancia las mujeres fueron expulsadas. Cuando las mujeres cogen valor en un sector tiende a infravalorarse, o estas son expulsadas paulatinamente.
-¿A través de qué mecanismos, en su opinión?
-Bueno, uno de los más importantes es el que hemos comentado de los cuidados. Una persona suele encargarse de todas esas tareas mientras que la otra es la que se dedica a salir al espacio público y crecer profesionalmente.
-En el ámbito rural, ¿se incrementa el problema?
-Mucho más. La iniciativa del Calendario Pioneras me parece muy bien, pero desde la política sigue sin trabajarse sobre el terreno real en un colectivo de población, que es la mujer mayor que vive en los pueblos, que está casi aislada porque no tiene carnet de conducir y tiene que depender de una red de vecinas o amigas. Una señora no cotiza a la Seguridad Social porque o no la han asegurado nunca o ha tenido que dejarlo para cuidar de su hijo, de su padre o de su suegro. Tiene una pensión ridícula, si la tiene, no tiene carnet de conducir y vive en un pueblo sin servicios. Y en los pueblos todavía es un tabú decir que sufres violencia en tu casa, sencillamente porque no tienes un sitio donde ir.
-¿Es un problema de educación? ¿O de legislación?
-A nivel legislativo somos uno de los países que más legislamos a este respecto. Pero hace falta concreción e ir al terreno. Preguntarse qué podemos hacer para que estas mujeres mayores de los pueblos no estén aisladas. Preguntarles cuáles son sus necesidades. Se mejoran las carreteras, quizá se trata de visibilizar algunos perfiles femeninos, pero realmente ¿se hacen políticas públicas desde las administraciones, prácticas y reales, para estas mujeres? Yo creo que no.
-¿Y qué herramientas o medias prácticas y reales propone?
-Hace tiempo realicé un proyecto que se llamó la Caravana Feminista que apliqué al Matarraña, en el que se creaban espacios seguros para mujeres mayores de 35 años, haciéndose encuentros semanales donde hablaban de conceptos relacionados con el feminismo. El objetivo era crear una red entre mujeres del mismo pueblo, que por las razones que fuera no tenían relación o intimidad, y que pudieran contactar en un espacio propio y ver si podían ayudarse de esa manera. Porque la realidad es que en los pueblos fuera de casa casi todos los espacios siguen ocupados por hombres. Es algo muy sutil, pero importante, que las mujeres se sientan dueñas de ocupar esos espacios de forma horizontal.
-¿Desde qué otros frentes cree que se puede seguir trabajando por la igualdad efectiva?
-Por ejemplo el de no hablar de todos estos temas solo cuando se acerca el 8 de marzo. Eso es algo que me fastidia porque tengo la impresión de que solo busca lavar conciencias. Incluso el propio Calendario Pioneras de la Diputación Provincial y el resto de actividades de las Instituciones; está hecho con buena voluntad y de algún modo visibiliza algún colectivo femenino, pero al final sirve para limpiar un poco la imagen y poco más. En lugar de hablar con las mujeres de los pueblos y preguntar por sus necesidades, hacemos cositas que no cuestan mucho dinero y dan bastante visibilidad.