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Ana María Pérez Lisbona, presidenta de la Asociación Colonia Felina Buenas Pulgas: “En Oliete hay 347 vecinos  y 110 gatos callejeros: tenemos  un problema que resolver” Ana María Pérez Lisbona, presidenta de la Asociación Colonia Felina Buenas Pulgas: “En Oliete hay 347 vecinos  y 110 gatos callejeros: tenemos  un problema que resolver”
Ana María Pérez Lisbona, con sus gatos en Barcelona, donde reside

Ana María Pérez Lisbona, presidenta de la Asociación Colonia Felina Buenas Pulgas: “En Oliete hay 347 vecinos y 110 gatos callejeros: tenemos un problema que resolver”

Voluntarias y Ayuntamiento se ponen en marcha para controlar colonias en favor de la higiene y la convivencia
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Oliete tiene varias colonias de gatos callejeros que suman alrededor de 110 ejemplares, lo cual se ha convertido en una molestia para los vecinos y en un problema de salud pública. Para contribuir a mitigarlo, Ana María Pérez Lisbona acaba de crear la Asociación Colonia Felina Buenas Pulgas que preside, con la intención de trabajar codo con codo con el ayuntamiento para controlar y esterilizar ejemplares.

-¿Cómo surge la asociación?

-Como todo proyecto, sale de una idea. En 2022 asistí en Oliete a una reunión de Apadrina un olivo en la que explicaron cómo nació el proyecto y el momento en el que estaban. Nació en mí esa chispa de decir: ¿Sería yo capaz de crear algo interesante en el pueblo de mis abuelos y de mis padres, ese lugar que tanto quiero y que forma parte de mí? Ese verano percibí la realidad de que los gatos en Oliete están en muy mal estado, moribundos y con la mandíbula desencajada, y se me partió el corazón. El verano siguiente hablé con otras mujeres con las que comparto esta inquietud y decidimos inscribirnos como asociación. Tras meses de tramitación, en febrero de este año hemos conseguido el CIF para empezar a actuar.

-¿Cuántos gatos callejeros hay en Oliete?

-Hemos hecho un censo poblacional y nos salen 110 gatos, un número exageradísimo si lo comparamos con poblaciones de alrededor como Muniesa o Ariño, con unos 25 gatos en cada pueblo. La clave es que allí llevan tres o cuatro años trabajando con el método CES, o CER (captura, esterilización y suelta/retorno a la colonia). En Oliete, el único control que se ha llevado a cabo últimamente ha sido desgraciadamente con maltrato animal impune, que era disparar directamente a los gatos. La cifra en Oliete es muy elevada, hay colonias en las calles, en el pantano, en el río... Esta Semana Santa había como media docena de hembras a punto de dar a luz y cada camada puede dar como cuatro o cinco gatitos. La Ley de Bienestar Animal nos ampara desde hace unos meses y nos hemos constituido para colaborar voluntariamente con el ayuntamiento, que es en realidad sobre quien recae la responsabilidad.

-¿Hay predisposición por parte del consistorio para trabajar codo con codo con ustedes?

-Parece que hay predisposición, aunque todo va más lento de lo que nos gustaría. Hay que firmar la implantación del CES en la localidad, comprar el pienso y reunir presupuesto para esterilizar a los gatos, que cuesta 44 euros el macho y 88 la hembra. Paralelo a esto, el 30 de marzo presentamos la asociación en Oliete con un mercadillo de objetos de segunda mano que nos cedieron los vecinos. Hicimos socios, con una cuota de 15 euros al año, y vendimos unas chapas que ha diseñado Andrea Vilella. El correo de la asociación es:      buenaspulgasoliete@gmail.com.

-¿Cuál es el proceso para capturar y esterilizar gatos?

-Hay que disponer de jaulas trampa y tener un espacio con pienso, para cuya dispensación hay que comprar una tolva. El ayuntamiento nos ha cedido una era en la nevera y nos ha dado su palabra de que vamos a poner el primer punto de alimentación allí, aunque no hay nada firmado. Un constructor del pueblo se ha ofrecido a ayudarnos a crear un espacio cerrado con madera. En general, el procedimiento lo marca la ley, que también ofrece unas ayudas. Cuando lleguemos al 80% de esterilización de los miembros de las colonias es cuando lograremos estabilizar el número de gatos callejeros. Y en dos años esperamos que comience a bajar el censo.

-¿Por qué es un problema de salud pública y social que haya tantos gatos?

-No es que vengamos a decir “qué bonitos son los gatitos”, sino que hay un verdadero problema de salud pública, higiene y convivencia que hay que afrontar y resolver. Creemos que ellos podrían estar mejor y, a la vez, estar mejor nosotros. En el momento que esterilizas, está legalmente marcado que hay que vacunar al gato y eso va a revertir en la población. Oliete tiene 347 habitantes y 110 gatos. Son demasiados felinos. Ha habido casos de presuntos envenenamientos y confrontación con vecinos que alimentan a los gatos. A partir de que estén creados los puntos de  alimentación, eso va a estar prohibido. Va a haber unos voluntarios, un control y vamos a asegurar que tengan un bienestar, una vida digna con agua y comida. También son molestos los marcajes con orín que hacen los machos en paredes o puertas, pero con las esterilizaciones este olor disminuye, como también los ruidos por peleas de gatos en época de celo. Pero para eso hace falta presupuesto y el ayuntamiento se tiene que comprometer y agilizar los trámites. Tienen que entender que somos una suerte porque entregamos dinero, tiempo y energía para esto.

-¿Trabajan en red con otros municipios con esta misma problemática?

-Se está creando una Federación Felina Turolense y el 8 de junio nos reuniremos en Utrillas, donde nos conoceremos entre nosotros. De momento tenemos un grupo de WhatsApp con el que los apoyamos. Hay gente de Calanda, Foz Calanda, Alcañiz, Andorra, Teruel, Muniesa, Ariño y otros pueblos. La idea es contratar algún abogado si lo necesitamos, avisarnos de las ayudas o cedernos material. Queremos expandirnos y darnos a conocer.