Alicia Bertolín, buscadora de trufa y entrenadora de perros truferos: “Buscar trufa me gusta, pero mi verdadera pasión son los perros, somos un equipo”
Alicia Bertolín lleva toda su vida entre trufas y perros y ahora se dedica profesionalmente a la búsqueda de Tuber melanosporum y al adiestramiento de animales para localizarla. En la XVIII edición de la Feria de la Trufa de Sarrión, su localidad natal, se alzó con el primer premio del concurso de localización del hongo junto a su perro Aldo. Ese mismo animal había proclamado vencedor al hijo de Alicia, Samuel Gonzalvo, el día anterior en el mismo concurso pero en la categoría infantil. Su segundo hijo, Daniel, se alzó con el tercer premio ayudado por Yin, otro de los perros educados por la truficultora de Sarrión.
- ¿Qué es lo más difícil en el concurso de búsqueda de trufa?
- Lo complicado es la expectación, hay mucha gente mirando y el perro se distrae mucho. Son animales acostumbrados a trabajar en el campo ellos solos y aquí en el concurso se descentran. Además, es un círculo muy pequeño en el que hay que buscar y debes estar muy pendiente porque lo normal es que se vaya al de al lado, como en el campo.
- ¿Todos los perros valen para concursar?
- Tienen que ser perros muy acostumbrados a tanta gente desde pequeños, porque están muy pendientes de los niños y de los otros perros que hay entre el público. Si no lo han visto desde cachorros y por muy buenos que sean en la plantación, no hacen nada aquí. Además, es un terreno complicado porque la tierra es muy gris y se ve muy mal la trufa, a mí porque Aldo me las daba, porque casi no las veía.
- ¿Cómo funciona el concurso?
- Hay que encontrar cinco trufas en el menor tiempo posible y la localización de la primera es la que cuenta para el desempate en el caso de que varios participantes encuentren el mismo número, que en numerosas ocasiones ocurre.
- ¿Cuántas ha encontrado usted y qué tiempo ha empleado para ello?
- Las cinco que había escondidas y las he localizado en 2,43 minutos.
- ¿De qué raza es Aldo, su compañero de equipo?
- Es un Lagotto romagnolo, una raza originaria de Italia, de dos años y dos meses .
- ¿No es muy joven para la búsqueda?
- Sí, pero es que este perro es una maravilla, está muy centrado. Lo normal para un buen adiestramiento son dos años y medio. A partir de los seis meses yo empiezo a meterles el aroma de la trufa, a jugar con ellos en el jardín. Esa primera campaña los llevo al campo, para que vayan detrás de los que ya saben. Luego ya empiezan a localizar.
- ¿Adiestra usted a todos sus perros?
- Sí, trabajo solo con perros a los que he enseñado yo, nunca llevo perros de nadie.
- Es lo habitual en el mundo de la truficultura, ¿no es así?
- No te creas, también hay mucha gente que compra porque no tiene paciencia para enseñar a un perro, lleva un gran trabajo y mucho tiempo.
- ¿Usted los vende?
- A los que educo para mí, nunca, no podría separarme de ellos, pero a veces sí adiestro para vender. Tengo muchas peticiones, pero no puedo dar servicio, solo cada ciertos años tengo alguno de más del que sí puedo deshacerme. Además tengo muy claro cuando adiestro a un perro si va a ser para mí o para otra persona. Desde el principio ya sé si me voy a quedar con él o lo voy a ceder a otra persona.
- Son una herramienta de trabajo pero supongo que su relación va más allá, ¿no es así?
- Me paso cinco horas al día con ellos, son más que un compañero de trabajo, no concibo mi vida sin ellos, no sería feliz. La trufa me aporta mucho porque es un trabajo que me gusta y del que puedo vivir, pero con lo que disfruto de verdad es con los perros, somos un equipo.
- ¿Cuántos animales hay en su equipo ahora?
- Tres perros y un cachorro al que estoy enseñando. Un perro no puede estar más de tres horas buscando trufa, tienes que llevar a varios porque es un gran esfuerzo.
- ¿Cuántos años pueden trabajar estos animales?
- En activo pueden estar de nueve a doce años, se desgastan mucho por el esfuerzo continuo, los hielos…
- ¿Qué cuidados tienen?
- Más que cuidados estos perros tienen todos los mimos, sin ellos no somos nada. Además de pasar todas las revisiones veterinarias, por supuesto, a los míos les doy un pienso especial de alta energía, porque durante la campaña solo comen eso y en el campo.