Adrián Bau hizo una radio online en Rubielos: “Estuvimos en antena nueve días y tuvimos más de cien oyentes desde el primero, nos sorprendió el éxito”

Adrián Bau es informático en la empresa Turomás y el locutor radiofónico más conocido en Rubielos, donde para aliviar el confinamiento de sus vecinos montó una emisora desde su casa. La emisión se prolongó durante el tiempo que él estuvo sin ir a trabajar ya que le llevaba tanto tiempo que ahora, ya en activo, sería imposible seguir en antena.

- ¿Cómo surge la idea?

-Cuando empezó la cuarentena nosotros todavía estábamos trabajando y hablando con un compañero surgió la idea de qué se podía hacer tanto tiempo en casa. Aquí en tiempos, hace 30 o 40 años hubo una radio, desde el ayuntamiento, pensamos en montar una para la gente del pueblo estuviera entretenida y la que está fuera se desquitara de tener contacto con Rubielos.

-¿En qué horario emitía?

- La radio funcionaba 24 horas del día con música sin parar, pero yo emitía de 18:30 a 20 horas.

-¿Qué hacía en este tiempo?

-Empezaba siempre con la misma canción para que la gente supiera que emitía, a las 18:25 ponía la canción de AC/DC, Highway to Hell, versionada como Soy de Teruel. Lo primero saludaba, daba la bienvenida a la gente, confirmaba que me escuchaban todos, la gente me avisaba por WhatsApp de que me estaba oyendo. Daba el parte meteorológico y, si era algún día internacional hablaba de ello. Contaba alguna anécdota o efeméride para dar tiempo a la gente para que se fuera conectando y ya pasaba a las entrevistas, que hacía tres. En el tiempo de emisión tuvimos al alcalde, Ángel Gracia; al propietario de Turomás, Miguel Tomás; al jefe de estudios del colegio, David Igual, y a David Montolío que es historiador en Segorbe e hizo la tesis doctoral sobre el Cristo de Rubielos y nos ha ayudado mucho con el toro.  También dedicaba las canciones que me pedían.

-¿Qué temas se abordaban en Radio Rubielos?

- La radio no era para hablar de penurias, sino para que nos contaran cosas para animar a la gente. No pensábamos dar datos de afectados, que en el pueblo no ha habido, queríamos que todo fuera positivo. Para finalizar la emisión cada día hablaba un poco de cómo estaba la situación y terminábamos con las canciones de Volveremos a juntarnos y Resistiré. Acabábamos a tiempo para que la gente pudiera salir a aplaudir a los balcones.

-¿Cuantos días emitió?

-9, nos mandaron el lunes a casa y ese mismo día ya emitimos, acabé el Jueves Santo, para dejarme tres días en casa libres porque con lo de la radio trabajaba más horas que en el trabajo. No me imaginaba el trabajo que llevaba todo esto, estaba todo el día liado, desde luego aprendes a valorar el trabajo de los demás.

-¿Tenía colaboradores?

-Una chica contaba chistes en directo, la conocemos en el pueblo como María Me Río, y mi tío Miguel Igual avisaba a la gente y me gestionaba algunas de las entrevistas. También una mujer hizo un par de recetas de cocina y a los pocos días me pasaron fotos de la gente que las había hecho.

-¿A cuánta gente entrevistó?

-A unas 30 personas. 

-¿Sabe cuánta gente le escuchó?

-La web me daba datos a tiempo real de los oyentes y desde dónde se conectaban. El primer día pasamos ya de los 100, pero el pico máximo fue ese mismo jueves, con 260 personas, no me esperaba que fuera a tener tanta acogida. Para un pueblo de 600 habitantes que te escuche casi la mitad está bastante bien. Me escuchaban vecinos de aquí y sobre todo de Valencia, siempre había casi 100 personas conectadas desde allí.

-¿Se plantea retomarlo?

-Me lo había planteado, pero solo, sin contar con más ayuda externa, es estresante y no es factible. Sí que es verdad que cuando acabe la cuarentena quiero hacer un especial, volver a transmitir el último día, conectarme a modo de despedida. Pero eso no quita que para en verano pueda hacer algún programa, porque la acogida que ha tenido me sorprendió bastante. Empezó más como un reto personal de saber cómo se hace una radio online y al final tenía una serie de oyentes que me querían escuchar.

-¿Cómo eran las entrevistas?

-Dependía de la persona, buscaba hacerlo ameno y algunos hablaban de su trabajo en el coronavirus, como el alcalde y presidente de la comarca de Gúdar-Javalambre, Ángel Gracia; y otros de su trayectoria vital, como Miguel Tomás. 

-¿Qué necesidades técnicas tenía?

-Soy informático y tengo un ordenador nuevo, todo es muy simple y me manejaba con unos auriculares con un micrófono integrado . De software me descargué una mesa de mezclas virtual, es un programa que permite entrada de micrófono y gestiona las diferentes salidas.  Para que se oyeran las entrevistas ponía el manos libres cerca del micrófono y se oía bastante bien. 

-¿Tuvo problemas técnicos?

-Bastantes, pero la gente también se entretenía con eso, les divertía verme sufrir.

-¿Cómo se sintonizaba la radio?

-Emitíamos a través de una página web, solo había que sintonizarla. También creamos una página de Facebook con un resumen de lo que se iba a hablar en el día. 

-¿Qué le dijo la gente cuando anunció que no iba a emitir más?

-Se echaban las manos a la cabeza, me pedían por favor que no lo dejara, que les amenizaba mucho la tarde, que siguiera. Yo les explicaba que no podía llevar el trabajo y la radio. El día que lo dejé escribí una carta de despedida que leí en antena en la que explicaba que lo que más me dolía no era la despedida sino los recuerdos que dejaban en mi corazón. Les dije también que esta pandemia me ha cambiado, voy a retomar mi vida de otra manera, he encontrado otra razón más por la que sonreír y seguir adelante y por supuesto Rubielos también lo hará.