Adrián Almoyna es de Alcañiz y estudia Ingeniería de Diseño Industrial
Adrián Almoyna Piquer, premio Challenge Universitario de la Fundación Repsol: “El diseño puede ayudar a los pueblos para que tengan servicios como las ciudades”
“Nuestro proyecto plantea marquesinas de bus inteligentes para que se puedan llevar pasajeros y paquetes”
El joven alcañizano Adrián Almoyna Piquer, estudiante de cuarto de Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la Universidad de Zaragoza, ha ganado el Challenge Universitario de la Fundación Repsol en la categoría Transición energética y sociedad, junto a otros tres jóvenes aragoneses de la misma titulación, por su propuesta Marloquinas: marquesinas inteligentes en la España rural.
-¿Cómo surgió la participación en este concurso?
-Estoy en cuarto curso de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la Universidad de Zaragoza y he participado junto con Daniel Baya, Gerardo Artal y Gerardo Cambra con los que habíamos hecho otros trabajos juntos desde principio de carrera. A uno de nosotros le llegó un vídeo por Tic Toc sobre el concurso de Fundación Repsol para presentar una idea novedosa y nos animamos a participar porque teníamos una idea desde hace tiempo. Había cinco categorías y elegimos la de Transición energética y sociedad. Se han presentado 1.900 personas, en grupos de entre dos y cinco personas, se hizo una selección de los 25 equipos finalistas -cinco por cada categoría- con 92 participantes y de ahí salieron los ganadores.
-Apostaron por una propuesta para mejorar el mundo rural.
-Nosotros, los cuatro, vivimos en pueblos de la España vaciada y estamos viviendo en primera persona la despoblación como algo real que sufrimos en nuestras pieles. Nos dimos cuenta de que una de las razones es porque los pueblos se quedaban incomunicados. Daniel Baya es de Borja y querían quitar el autobús y la única forma de ir a Zaragoza era en coche. Es un problema para las personas mayores y los jóvenes y, al fin y al cabo, las facilidades de la ciudad favorecen la despoblación en los pueblos, por eso planteamos una idea para mantener el transporte público. Además, estamos concienciados con el medio ambiente. Pensando en el gasto en combustible que supone que en un pueblo de 100 habitantes y una media de edad de 60 años se pida un paquete de Amazon una vez a la semana y que para un sólo envío se tenga que recorrer toda la ruta con carreteras no muy buenas y el gasto económico que supondría para la empresa, planteamos la idea de combinar ambos servicios de modo que cuando los buses pasasen por una población para hacer transporte de pasajeros llevasen los paquetes que se van a enviar.
-¿Cuál fue la solución técnica que plantearon?
-Para hacer esto posible propusimos diseñar marquesinas de autobús inteligentes. Contarían con un bloque de taquillas donde el conductor del autobús, cuando llegara a ese municipio, dejara en esas taquillas, con una aplicación, el paquete para quien lo hubiera pedido que lo recogería allí y la empresa recibiera una comisión por los paquetes. Conseguimos que, aunque el número de pasajeros siga siendo el mismo, el servicio sea más rentable y con esta nueva línea de negocio no se eliminara la ruta.
-¿Se incluía alguna medida más de mejora para el servicio de autobús?
-Pensamos en diferentes formas para hacer más dinámica la ruta del bus que tarda bastante. Como todos subimos al autobús desde los pueblos a Zaragoza, cuando el pasajero sube tiene que comprar el billete y se pierde tiempo, por eso apostamos por un dispensador de billetes en cada marquesina. También en pantallas para saber cuánto le queda al bus para llegar a esa parada. Además, proponemos un sistema para comprar los billetes media hora antes de que saliese el autobús y que así, si en un pueblo no se ha comprado ninguno, no sea necesario parar para ahorrar tiempo en el trayecto.
-¿En qué consiste el premio que han recibido y que ha supuesto?
-Son 12.000 euros para los cuatro y nos han dado la posibilidad de hacer una beca de prácticas en Madrid con la Fundación Repsol que estamos valorando. Supone una alegría que se haya seleccionado nuestra idea y también porque muchos venimos de Erasmus y hemos tenido grandes gastos últimamente, no nos viene mal el dinero.
-¿Por qué cree que se ha elegido su propuesta?
-Mostramos una problemática actual y que está pasando. Hemos elegido ejemplos reales.
-¿Qué puede aportar la ingeniería para abordar el problema de la despoblación?
-Somos de Diseño de Productos y el diseño se puede poner al servicio de los municipios para ayudar a que puedan disponer, en parte, de los mismos servicios que en una ciudad. Una de las razones para que la gente de los pueblos se marche a las ciudades es porque no tiene las mismas facilidades y servicios que las ciudades. Podemos desarrollar productos asociados a los servicios para que se pueda seguir viviendo en estos lugares con mayor comodidad. Esto no puede ser algo radical de la noche a la mañana, pero se puede hacer poco a poco mediante este tipo de cosas.
-¿Por qué eligió esta titulación?
-Siempre me ha gustado la parte más tecnológica y técnica de lo que he hecho en la vida académica y desde pequeño me ha gustado dibujar y crear cosas. En este ingeniería inventamos productos desde cero y está aquí en Zaragoza, desde un primer momento me llamó la atención.
-¿Cómo surgió la participación en este concurso?
-Estoy en cuarto curso de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la Universidad de Zaragoza y he participado junto con Daniel Baya, Gerardo Artal y Gerardo Cambra con los que habíamos hecho otros trabajos juntos desde principio de carrera. A uno de nosotros le llegó un vídeo por Tic Toc sobre el concurso de Fundación Repsol para presentar una idea novedosa y nos animamos a participar porque teníamos una idea desde hace tiempo. Había cinco categorías y elegimos la de Transición energética y sociedad. Se han presentado 1.900 personas, en grupos de entre dos y cinco personas, se hizo una selección de los 25 equipos finalistas -cinco por cada categoría- con 92 participantes y de ahí salieron los ganadores.
-Apostaron por una propuesta para mejorar el mundo rural.
-Nosotros, los cuatro, vivimos en pueblos de la España vaciada y estamos viviendo en primera persona la despoblación como algo real que sufrimos en nuestras pieles. Nos dimos cuenta de que una de las razones es porque los pueblos se quedaban incomunicados. Daniel Baya es de Borja y querían quitar el autobús y la única forma de ir a Zaragoza era en coche. Es un problema para las personas mayores y los jóvenes y, al fin y al cabo, las facilidades de la ciudad favorecen la despoblación en los pueblos, por eso planteamos una idea para mantener el transporte público. Además, estamos concienciados con el medio ambiente. Pensando en el gasto en combustible que supone que en un pueblo de 100 habitantes y una media de edad de 60 años se pida un paquete de Amazon una vez a la semana y que para un sólo envío se tenga que recorrer toda la ruta con carreteras no muy buenas y el gasto económico que supondría para la empresa, planteamos la idea de combinar ambos servicios de modo que cuando los buses pasasen por una población para hacer transporte de pasajeros llevasen los paquetes que se van a enviar.
-¿Cuál fue la solución técnica que plantearon?
-Para hacer esto posible propusimos diseñar marquesinas de autobús inteligentes. Contarían con un bloque de taquillas donde el conductor del autobús, cuando llegara a ese municipio, dejara en esas taquillas, con una aplicación, el paquete para quien lo hubiera pedido que lo recogería allí y la empresa recibiera una comisión por los paquetes. Conseguimos que, aunque el número de pasajeros siga siendo el mismo, el servicio sea más rentable y con esta nueva línea de negocio no se eliminara la ruta.
-¿Se incluía alguna medida más de mejora para el servicio de autobús?
-Pensamos en diferentes formas para hacer más dinámica la ruta del bus que tarda bastante. Como todos subimos al autobús desde los pueblos a Zaragoza, cuando el pasajero sube tiene que comprar el billete y se pierde tiempo, por eso apostamos por un dispensador de billetes en cada marquesina. También en pantallas para saber cuánto le queda al bus para llegar a esa parada. Además, proponemos un sistema para comprar los billetes media hora antes de que saliese el autobús y que así, si en un pueblo no se ha comprado ninguno, no sea necesario parar para ahorrar tiempo en el trayecto.
-¿En qué consiste el premio que han recibido y que ha supuesto?
-Son 12.000 euros para los cuatro y nos han dado la posibilidad de hacer una beca de prácticas en Madrid con la Fundación Repsol que estamos valorando. Supone una alegría que se haya seleccionado nuestra idea y también porque muchos venimos de Erasmus y hemos tenido grandes gastos últimamente, no nos viene mal el dinero.
-¿Por qué cree que se ha elegido su propuesta?
-Mostramos una problemática actual y que está pasando. Hemos elegido ejemplos reales.
-¿Qué puede aportar la ingeniería para abordar el problema de la despoblación?
-Somos de Diseño de Productos y el diseño se puede poner al servicio de los municipios para ayudar a que puedan disponer, en parte, de los mismos servicios que en una ciudad. Una de las razones para que la gente de los pueblos se marche a las ciudades es porque no tiene las mismas facilidades y servicios que las ciudades. Podemos desarrollar productos asociados a los servicios para que se pueda seguir viviendo en estos lugares con mayor comodidad. Esto no puede ser algo radical de la noche a la mañana, pero se puede hacer poco a poco mediante este tipo de cosas.
-¿Por qué eligió esta titulación?
-Siempre me ha gustado la parte más tecnológica y técnica de lo que he hecho en la vida académica y desde pequeño me ha gustado dibujar y crear cosas. En este ingeniería inventamos productos desde cero y está aquí en Zaragoza, desde un primer momento me llamó la atención.