Las ocho gárgolas que evacúan el agua de la planta superior de la torre gótica de Alcañiz, cuya restauración terminó recientemente, seguirán cumpliendo la función que han ejercido durante siete siglos, aunque tres de ellas tienen ahora un brillo especial. El escultor José Miguel Abril es quien ha esculpido tres de estas piezas, tres obras de arte del siglo XXI que han coronan tres de las ocho caras de la torre de las campanas alcañizana.
Miguel Ángel Abril ha dejado su impronta, su personalidad, su estilo y su modo de ver al ser humano en estos tres elementos que tienen una doble función en la torre: la práctica y la decorativa. No han pasado desapercibidos para nadie, aunque para verlos bien hay que echar mano de un teleobjetivo o de unos prismáticos (la torre tiene 43 metros de altura).