Las pistas tras las huellas de los turiasaurios apuntan ahora hacia el sur del planeta
La Fundación Dinópolis colabora con varios equipos científicos de todo el mundo para descifrar los orígenes y la evolución del Gigante de Riodeva
Uno de los hitos más importantes de la dinosauriología española de este siglo, si no el que más por su trascendencia internacional, fue el hallazgo en Riodeva del dinosaurio gigante Turiasaurus riodevensis. Su importancia reside en que a partir del ejemplar fosilizado encontrado en Teruel se describió no solamente un nuevo género, sino un nuevo grupo llamado Turiasauria que ha resultado fundamental para empezar a entender la evolución de los grandes vertebrados que vivieron en el Mesozoico. Ahora las pistas para conocer el origen y el desarrollo de estos fascinantes gigantes apuntan hacia el hemisferio sur, después de que se hayan identificado turiasaurios en varios países de Europa y en Norteamérica, y de haber aparecido ya también esta familia en África.
El director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Luis Alcalá, la institución científica que descubrió los primeros fósiles de Turiasaurus en 2003 y que los publicó como un género nuevo en 2006 en la prestigiosa revista Science, comentó que “un objetivo importante ahora sería caracterizar estos dinosaurios, si es posible y si se encuentran, en el hemisferio sur, en Gondwana, que corresponde a América del Sur, África y en su caso Oceanía y la Antártida”.
Turiasaurus quiere decir “lagarto de Teruel” y su variante es Turiasauria, que es el término que se utiliza para referirse a la familia de dinosaurios a la que pertenece, es decir, todos aquellos géneros emparentados de una u otra manera entre ellos en su proceso evolutivo por tener características similares. El clado está teniendo tanta proyección que en los jardines parisinos donde se encuentra el Museo Nacional de Historia Natural se exhiben réplicas del primer fémur de turiasaurio hallado en Angeac, que está emparentado con los turolenses.