La A-40 se diluye en la redacción de un Estudio Informativo que no avanza un cuarto de siglo después de haberse planificado esta autovía estatal
Hace una década que se descartó la primera propuesta y motivos medioambientales vuelven a amenazarla ahoraEn un cuarto de siglo sucesivos gobiernos de diferente color político han sido incapaces de construir la autovía A-40 de Teruel a Cuenca. Pese a ello sigue figurando en la planificación del Ministerio de Fomento como la infraestructura del país de nunca jamás. Compromisos ha habido muchos y así se ha plasmado en los programas electorales de todos los partidos, pero ha faltado la voluntad política para construir esta autovía, cuyo primer Estudio Informativo se descartó hace diez años tras una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) negativa firmada por la actual ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, entonces secretaria de Estado. Hoy nuevos nubarrones se ciernen sobre ella ante la posibilidad de que un “muro verde” en la provincia de Cuenca impida definitivamente su construcción.
Se acaban de cumplir diez años de la Declaración de Impacto Ambiental negativa de la A-40, que es el plazo que en circunstancias normales tarda en construirse una infraestructura de estas características entre que se hace su estudio, se redactan los proyectos y se ejecuta la obra. Pasado ese tiempo, nadie sabe qué va a pasar con ella, como si desde el Estado se buscara que los turolenses se olvidaran de ella y, hartos, asumiesen resignados que no se va a hacer.