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El corredor Madrid-Mediterráneo por Teruel, una apuesta del Estado que quedó en agua de borrajas

Se cumple un cuarto de siglo del Plan Director de Infraestructuras 1993-2007 que pretendía situar a la provincia en los grandes ejes estatales de desarrollo
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La construcción de un eje viario de gran capacidad para comunicar Madrid con Cataluña atravesando la provincia de Teruel se ha convertido en el paradigma de las grandes infraestructuras estatales de comunicación, planificadas por el Estado como necesarias para el desarrollo del país, pero después ignoradas por la propia Administración central. El próximo 4 de marzo se cumplirán veinticinco años de la aprobación por el Gobierno central del Plan Director de Infraestructuras (PDI) 1993-2007 en el que figuraba este eje carretero, llamado a convertirse en la autovía que descongestionase la N-II y la N-III. Un cuarto de siglo después todo aquello se ha quedado en agua de borrajas y a la provincia le siguen negando una infraestructura clave para su desarrollo, que era precisamente la finalidad de aquel PDI.

El Plan Director de Infraestructuras 1993-2007, elaborado por el entonces Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente (MOPTMA), fue el primer instrumento de planificación integral de todos los modos de transporte en el país. Vio la luz en un momento en el que España llevaba poco tiempo en la Unión Europea y estaba obligada a cumplir con uno de los principios básicos de la misma, la cohesión territorial y social, a lo que se destinaba la mayor parte de la financiación comunitaria.