Corría el año 1907 y el estudioso turolense, natural de Albarracín, Domingo Gascón Guimbao, se propuso dignificar la leyenda de los Amantes de Teruel a través de la copla. En aquel momento la jota vivía una época de auge y era escuchada en Madrid y Barcelona y no había que asociarla solo a los trajes del folclore tradicional aragonés con los que la tenemos asociada hoy en día. Por eso logró reunir a decenas de poetas y escritores que aportaron su granito de arena a esta obra recopilatoria, que se publicó bajo el título de Cancionero de los amantes de Teruel: Colección de 500 cantares escritos por los mejores poetas contemporáneos.