Con bacalao, bizcocho de chocolate o toques asiáticos, la trufa nunca defrauda
Tres cocineros de Teruel exhiben las posibilidades del oro negro en un taller de cocina en directoUna yema de huevo con aceite de trufa cocinada en soja al estilo japonés para complementar unas patatas típicas del Perú; usada para confitar un bacalao o rallada junto a las migas de un bizcocho de chocolate. Esas fueron las propuestas para degustar la trufa que ofrecieron los restauradores turolenses durante el taller-maridaje que tuvo lugar el miércoles. Una vez más, los cocineros turolenses demostraron que la Tuber melanosporum es un producto que conocen bien y saben trabajarlo para ofrecer todo su potencial a los paladares de sus clientes, que cada vez son más conocedores del diamante negro que crece en las entrañas de los montes provinciales.