Una lección de vida
Nos lo contaban hace poco en una charla; y yo se lo recuerdo frecuentemente, como experto en acompañamiento de parejas, a quienes me visitan; pero esta historia real es aplicable a todos.
Al poco de ser elegido secretario general de la ONU, Kofi Annan relataba a Newsweek algo que vivió personalmente. Con 17 años aprendió una lección que nunca olvidaría. Un día, el director de su instituto entró en clase con una hoja de papel blanco; una hoja de un metro de largo por un metro de ancho que tenía un punto negro cerca de una de sus esquinas. El director extendió el folio ante sus ojos y preguntó: “Chicos, ¿qué veis?”. Todos respondieron al unísono: “¡Un punto negro!”.
Él movió la cabeza con tristeza, disintiendo: “¿Ninguno de vosotros ha sido capaz de ver esta enorme y hermosa hoja de papel? No vayáis por la vida con esa actitud”. El mensaje había dado en el blanco. Nunca mejor dicho.
A menudo pasamos por la vida centrados en ese maldito punto negro; nos obsesiona, capta nuestra atención y la atrapa. Y así, obviamos o despreciamos el amplio soporte blanco en el que éste se encuentra. Tenemos una capacidad de mirar selectiva y, a veces, negativa, que puede llevarnos al desánimo, la desazón o a la crítica destructiva.
Mirar con perspectiva
Ese punto negro (o, en otro ámbito, ese granito que aparece en la frente) puede estar en nosotros mismos, convenciéndonos de que es lo único que los demás van a ver. Y cuando creemos que el pequeño borrón está en la otra persona, nos volvemos implacables. Ya sabes, lo de la paja en el ojo ajeno...
Los puntos negros existen, pero también las gomas de borrar. Sí, ya sabemos que hace más ruido un árbol que cae que todo un bosque que crece. En algunos ámbitos puede ser más noticia lo extraordinario, lo negativo, que lo cotidiano y positivo. No perdamos la perspectiva. Ni una visión esperanzada.
El aprendizaje de los errores
Con el tiempo, solemos recordar lo bueno. Preguntad a quienes hicieron la mili o a los estudiantes de cualquier época. Sí, la vida tiene sus claroscuros, pero esos contrastes pueden formar una hermosa pintura, un bello tapiz. ¡No nos amarguemos el presente que mañana será ya recuerdo!
Algunas claves para el optimismo
Fíjate en la hoja blanca en su conjunto y disfruta de ella. Si solo ves un punto negro, dale su justa dimensión. Si el punto es tuyo, aprende de él y corrígelo. Si es ajeno, colabora a eliminarlo. Y, sobre todo, sé compasivo, perdona(te) o pide perdón, cuando toque
Recuerda siempre que somos humanos, falibles, y que el mejor escribano echa un borrón. A veces tropezamos, pero eso nos puede ayudar a tomar impulso.
Cambia el color de los puntos oscuros. La vida es una mezcla de colores, y tú decides cuál quieres resaltar. En definitiva: Me gustaría trasladarte la importancia de mantener una actitud positiva.
La vida tiene su poesía y su prosa, pero podemos transformarla en una historia optimista y llena de enseñanzas. No veas verrugas donde hay simpáticos lunares. Y si no sabes cómo transformar tu mirada, pide ayuda. Que para eso estamos.
Y punto.