Lunes, 27 de septiembre.
Fallera
La cupletista zaragozana Mercedes Serós estrenó en París durante el año 1926 el pasodoble Valencia tal y como lo conocemos hoy en día. Tras lo de las flores, la luz y el amor, Merceditas Serós—o Mierdecita Serás, en palabras de la rival turiasonense Raquel Meller— canturreaba: “Tus mujeres todas tienen de las rosas el color”. ¿Tiene la cara de la candidata a Fallera Mayor de Valencia 2022 por la Falla Portal de Valldigna-Salinas el color de las rosas? Según ciertos grupúsculos, no. Y por eso no merece los honores de representar la fiesta.
El pecado de Mayu Ruiz es haber nacido en Ecuador. Llegó de niña a la ciudad mediterránea y descubrió pronto el gusto por la vida de casal. Logró ser fallera mayor de su falla en el ejercicio del coronavirus, ha repetido en este año actual y, si no forma parte de la Corte de Honor de la capital, tiene previsto seguir representando a la comisión del Carme, grupo que ha denunciado con contundencia los “mensajes de odio, xenófobos y racistas” contra su fallera mayor.
Martes, 28 de septiembre.
Neocolonialismo
Acabo de enterarme de que la compañía británica Xlinks promueve una macroplanta de energías renovables en la región de Guelmim-Río Nun, una demarcación administrativa al sur de Marruecos y que engloba terrenos del Sáhara Occidental, incluso algunos administrados por la República Árabe Saharaui Democrática. El plan es desplegar placas y molinos en 1.500 kilómetros cuadrados, aproximadamente un 10% de nuestra provincia, con una capacidad de 10,5 gigavatios, Para acumular la corriente generada, se instalarán baterías para almacenar hasta 20 gigavatios-hora.
Lo más llamativo del proyecto es que esa electricidad no se consumirá en Marruecos. Ni en el Sáhara Occidental. Un cable submarino de más de 3.800 kilómetros llevará la energía de Marruecos al Reino Unido sin escalas ni intermediaciones.¿Aplaudo esta intervención o la critico por provocar un neocolonialismo? ¿Y si fuera una empresa española quien impulsara un esquema de este tipo, qué debería pensar? ¿Cómo era aquello de que comprábamos a Marruecos electricidad procedente de centrales térmicas una vez clausuradas las nuestras por contaminantes? Demasiados interrogantes para una mente pusilánime como la mía.
Miércoles, 29 de septiembre.
Tatus
Tengo una amiga a la que le ponen los hombres con tatus. Tatus que adornan brazos sexis, piernas o cuellos morenos; tatus varoniles que irradian enormes cantidades de testosterona; tatus que aumentan el contorno muscular; tatus con motivos tribales en pectorales y bíceps; tatus descarados y con cierto regusto machista. Si a eso le añades una percha uniformada, la tienes en el bote.
Pues el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quiere acabar con el oscuro objeto de deseo de mi amiga. Onda Cero informa de que, si no cambian las cosas, agentes de la Guardia Civil tendrán que borrarse cualquier tatuaje visible. No solo eso. Un Real Decreto en ciernes pretende controlar la longitud, el color y el peinado de los cabellos, la longitud y el color de las uñas, el afeitado, y el uso de barba, bigote, perilla, patillas o maquillaje. Veo evidente que Fernando quiere llevarse a todas las titis cuando solo él pueda sobresalir por el tatu tribal chachi que luce en el brazo derecho y por la fantasía en el pelo.
Jueves, 30 de septiembre.
Caducidad
Ha llegado el día. Nada ha pasado tras el aviso de decenas de noticias apocalípticas sobre lo que nos esperaba esta tarde por la caducidad de un certificado digital que viene de serie en productos tecnológicos comprados hace una decena de años, como poco. Se supone que íbamos a quedarnos sin conexión a internet y, a última hora del día, nada he sabido de problemas informáticos masivos.
Igual es que, por la maldita obsolescencia programada o por falsas necesidades creadas, tenemos la obligación de cambiar de aparatejo como de bragas y estamos toda la población a la última. Ya se comprobó durante el fin del mundo del año 2000. El problema informático previsto para 2038 parece que ya está en vías de solución. Y el que viene para el año 10000 tiene pinta de ser morrocotudo. Pero no sé yo si nuestra civilización llegará tan lejos.
Viernes, 1 de octubre.
Egos
“No creo que se trate de una suma de partidos ni una suma de egos […] Estoy rodeada de egos. Nunca me he peleado por estas razones ni lo voy a hacer… como suceda esto o existan ruidos es probable que yo me vaya”, asegura la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en referencia a los rumores sobre quién sucederá a Pablo Iglesias como candidato a la presidencia del Gobierno por Unidas Podemos. O por una nueva lista de izquierdas que aglutine todavía a más grupúsculos de ese espacio político. Guay, ¿no?
Las declaraciones de Yolanda, no obstante, también pueden interpretarse como que solo cabe un ego a la izquierda del socialismo. Y ese ego es el suyo. Teniendo en cuenta que milita en el Partido Comunista de España, de tendencia marxista-leninista, esperemos que no le tienten los destierros forzados de la disidencia a alguna Kamchatka remota para que su ego tenga todo el brillo que requiere una carrera tan fulgurante.
Sábado, 2 de octubre.
Sentido común
¿Debería el Gobierno decretar el estado de excepción para la isla de La Palma como consecuencia de la erupción volcánica? Leía ayer en El País que “la comunidad jurídica” tiene dudas sobre cómo confinar a la población en caso de que se generasen gases tóxicos cuando la lava toque el agua del mar. El Tribunal Constitucional tumbó hace unos meses el estado de alarma decretado en marzo de 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus, al menos las medidas que supusieron la supresión de la libre circulación o el confinamiento domiciliario. El Constitucional cree que se debería haber adoptado el estado de excepción. Así que ¿qué hacemos con La Palma?
El problema es que ya se ha pedido a la población que se encierre. Xavier Arbós, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona, se cuestiona si han prevaricado las autoridades que han impuesto la reclusión de varios barrios palmeros. Pues quizás sí. Pero si miramos la situación sosegadamente, podríamos preguntarnos, tanto la comunidad experta como el pueblo bajo, si igual lo único que se necesita es difundir de forma clara el consejo de aislarse en caso de situación de peligro. ¿Alguien pondría en riesgo su vida por una salida tonta? Quiero pensar que no. A veces no hace falta legislar aspectos que, por sentido común, cualquiera aplicaría.
Domingo, 3 de octubre.
Multivitaminas
Ricky Martin ha reaparecido en un directo de Instagram para contarnos que no le pasa nada en la cara. “No me he hecho nada en la cara”, afirma jovial y sugerente. “Tengo líneas, bótox… Si me pongo fillers, si me pongo bótox, se los hubiera dicho porque no tengo nada que esconder”, aclara Ricky dando a entender que, quizás, es un poco adicto a los tratamientos de belleza más allá de la crema hidratante y el ácido hialurónico. Llegado el momento, confiesa: “Lo que sí hice diferente fue ponerme un suero de multivitaminas y yo creo que ahí vino una reacción rara a mi piel donde simplemente me inflamé”. ¡Acabáramos! ¡Ay, Ricky! Casi mejor que comiences a asumir que no tienes la edad de Maluma o Sebastián Yatra y que mejor lucir arrugas que parecerse a un decrépito Mickey Rourke.
La imagen del día
¿Serán buenas?
Esta semana he aprendido que los rebollones reciben más nombres que setas de cardo hay en Aguatón. De tanto en tanto hago senderismo. A veces me veo rodeado de cientos, miles de setas. Nadie se las lleva. Pues yo, tampoco. En mi pueblo, si fueran buenas, ya habrían desaparecido. Pero luego te queda la duda: ¿y si fueran buenas y he perdido una oportunidad para ponerme tibio de setas?