Lunes, 15 de junio. Rancio
Luis García Berlanga hizo un magnífico retrato social en Bienvenido, Mister Marshall. Pues hoy, 67 años más tarde del estreno de la cinta, hemos revivido un bochorno similar en la isla de Mallorca. Para mí, la llegada del turismo alemán a Son Sant Joan y cómo nos lo han contado en algunos medios ha sido sonrojante. Hay quien opina lo contrario, por supuesto; la misma gente que celebraba la llegada de la leche en polvo estadounidense a las escuelas españolas de los años 50 y que, al igual que la censura de aquellos tiempos, es más corta que un telegrama. Para mi juvenil audiencia, quiero puntualizar que un telegrama era un SMS en el que se pagaba por palabra. Los carteros, el precedente del mensajero de Amazon, los entregaban en papel.
Hoy he vislumbrado la realidad de este país, relegado a complejo vacacional a buen precio y con sello de garantía para la comunidad europea. Lo que somos desde hace unas cuantas décadas, aunque nos hayamos imaginado por encima de nuestras posibilidades. Antes habíamos sido irrelevantes. Y mucho antes, los Pirineos nos aislaron de las tendencias. Hasta el pasado imperial es sombrío por una mojigatería exagerada. Solo hemos sido y somos una gran nación para quienes necesitan mantener la moral de la tropa.
Martes, 16 de junio. El aplauso
Todavía colea el aplauso del personal de un hotel al grupo de turistas alemanes mientras bajaban del autobús. España ha pasado de aplaudir al sector sanitario cada tarde a vitorear al aguerrido público alemán que nos prefiere a pesar de la competencia del resto de países súbditos del Mediterráneo. Me parece que la imagen ha generado un rechazo importante y quien haya organizado sin rubor un ridículo semejante debería plantearse su puesto.
La burbuja turística balear, con todo tipo de atenciones solícitas, contrasta con la precariedad que muestra el sistema de salud de todas las comunidades. Quien haya intentado acceder a la atención primaria por cualquier síntoma de enfermedad común se habrá encontrado con un centro semiblindado para evitar la propagación de un coronavirus que, al parecer, está en retirada si nos fiamos de los datos oficiales que sirven para abrir el país al turismo extranjero.
Por suerte, hay mucha gente que no necesita visitar el ambulatorio. O quizás tenga miedo al contagio. Y por eso el problema no se ha convertido en razón de incendio social.
Miércoles, 17 de junio. La revolución
La retórica de la política nacional comienza a calar en los lugares más insospechados. El gobierno de la ciudad de Alcañiz acaba de recibir un calificativo revolucionario de parte del actor más inesperado, el concejal del Partido Aragonés Eduardo Orrios. El PAR, pieza central y hormigón del bueno en el Ejecutivo autonómico, tilda de “socialcomunista” a la coalición de PSOE, Ganar Alcañiz-Izquierda Unida y Ciudadanos. ¿Recibirá ese apelativo subversivo por Ciudadanos, única formación excluida de la alianza urdida por Lambán para el Pignatelli con Arturo Aliaga de coprotagonista?
“Esta es una alcaldía que ha sido comprada, y digo comprada, por el mayor número de liberados que ha habido en la historia del Ayuntamiento de Alcañiz. Es un gobierno de coalición socialcomunista que nos ha decidido excluir, muy a nuestro pesar, de las decisiones importantes de la ciudad. Nosotros, de todas maneras, vamos a seguir reblando para que se nos tenga en cuenta”, ha declarado Orrios delante de un escenario ruinoso del centro de Alcañiz y ante la prensa local. Intuyo, por las palabras, que el PAR desearía ser tan “socialcomunista” en Alcañiz como en Zaragoza. Pero que no pudo ser. Pues nada, a seguir reblando, que quien la sigue, la consigue.
Jueves, 18 de junio. Caldo de cultivo
Leo en la versión en línea de Levante-EMV que la Plataforma en Defensa del Sistema Públic de Pensions de Xàtiva-la Costera acaba de publicar un informe asegurando que las personas mayores que vivían en residencias han tenido más probabilidad de fallecer durante la pandemia frente a las que residían en su hogar de siempre.
El documento matiza que en las residencias suelen habitar las personas con patologías más graves, pero de todas modos hay evidencias de que la infección ha sido más corriente en el espacio compartido. La conclusión a la que llegan es clara: “Se constata que el conjunto de la población mayor ha resistido mejor en sus casas. Las residencias no pueden convertirse en un descansadero y almacenaje de personas mayores. La alta concentración de personas de riesgo en espacios generalmente reducidos, y sin atención médica profesional exhaustiva, es un caldo de cultivo para los contagios”. Una deducción muy descarnada a la que nadie con un mínimo de responsabilidad política ha llegado.
Viernes, 19 de junio. El botellón
Como se entere el turismo británico de que con el gel hidroalcohólico salen unos cubatas dabuti, se plantan en Benidorm aunque sea haciendo autostop, aprovechando que cada tienda tiene un botello en la puerta y que todavía no les han puesto cadena para evitar el robo.
La cárcel de Can Brians, en la localidad barcelonesa de Sant Esteve Sesrovires, ha tenido que retirar el desinfectante porque las presas lo estaban usando como bebida espirituosa. Las autoridades ya han avisado del peligro para la salud que comporta ingerir este tipo de líquidos. Una historia digna de Sant Esteve de les Roures.
Sábado, 20 de junio. Solamente tú
Hay gente que no quiere ver los destellos y por eso usa siempre gafas de sol. Pablo Alborán se estrenó con Solamente tú, una canción neutra como la lejía del futuro, y el videoclip nos lo mostraba saliendo del metro Callao y andando por la Gran Vía con dirección a Chueca. En el último momento decide tirar a la derecha, en vez de a la izquierda, y acaba en Sol. Supongo que fue por eso por lo que el público se desorientó sobre las verdaderas intenciones de la letra, que exponía un luminoso “enseña tus heridas y así las curarás; que sepa el mundo entero que tu voz guarda un secreto”.
Marta Gracia, alcaldesa de La Almunia de Doña Godina, como muchas mujeres más, lo tenía claro desde hace mucho. Seducida completamente, era consciente de que el malagueño siempre fue gay y no le ha importado nunca nada. Mikel Iturriaga, gurú alimentario sin complejos, se cuestiona el eterno debate sobre si la preferencia por una férrea privacidad en lo tocante a la orientación sexual oculta la incomodidad sobre saber que una persona famosa, o tu vecino, o tu vecina, se acuesta con quien no espera la heteronormatividad. Se acerca la Semana del Orgullo y este tipo de tramas está candente. ¿Con qué nos sorprenderemos en los próximos siete días?
Domingo, 21 de junio.. El Parrissal
Aquí seguimos terueleando, como proponía Cruz Aguilar hace unas semanas atrás en esta contraportada, a pesar de poder huir ya a otra comunidad autónoma. Sin embargo, hay lugares donde no te van a recibir con alegría. Beceite ha puesto una puerta metálica bastante currutaca al campo. El Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha desautorizado esta semana la instalación de la cancela que impide el acceso libre al Parrissal pero, que yo sepa, el ayuntamiento todavía no la ha retirado. Estos días pasados me han comentado que en Teruel vivimos gente muy hosca, muy suya, poco dada a compartir. Pues eso.
La imagen de la semana / A la caza del turista
No entiendo por qué nadie está reclamando todavía el uso para pasajeros del aeropuerto de Teruel. Somos un destino seguro y, si nos ponemos, tan colorido como el de la foto. Ya me veo a abueletes noruegos señalando la casa lugar de Aguatón y a parejas achacosas bajando por la costera.