Lunes, 12 de julio. Sacrificios
El Consejo de Seguridad Nuclear ha informado desfavorablemente sobre la planta de fabricación de concentrados de uranio en la localidad salmantina de Retortillo. Berkeley Minera España, la empresa promotora, ha perdido un 56,43% de su valor en la bolsa. Según el dictamen, hay poca fiabilidad en la documentación presentada y existen demasiadas incertidumbres sobre la seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotérmicos e hidrogeológicos. Es probable que esta decisión, que supone el rechazo de facto al proyecto, acabe en los tribunales y, quién sabe, dentro de un lustro todavía estaremos hablando de Retortillo y Berkeley.
En estos momentos, según la empresa, trabajan sesenta personas en el proyecto. Si la mina recibía el visto bueno, la compañía esperaba generar más de mil empleos durante catorce años, los necesarios para construir, producir y clausurar la explotación. Mil puestos de trabajo y, después, la nada. Nada de trabajo y solo unos recursos naturales alterados y estigmatizados por el sambenito de las dudas generadas por industria nuclear. Siempre ha habido y habrá sacrificios en nombre del progreso, con y sin el beneplácito de la víctima, pero no estaría de más preguntarse si merecerá la pena pensando en las generaciones futuras.
Martes, 13 de julio. El progreso
De un tiempo a esta parte, el cultivo del manzano en altura es tendencia. Si no, de qué íbamos a tener en Villarquemado hectáreas y hectáreas de frutales. Yo no sé si es porque tenemos tierra barata, o el clima es benigno para el engorde de la fruta, o qué. Lo cierto es que durante la época de floración se producen heladas y eso supone un riesgo muy importante para el rendimiento de la explotación. Así que las empresas promotoras dedican numerosos esfuerzos tecnológicos y económicos para paliar las inclemencias del clima.
La Rasa, una pedanía de El Burgo de Osma, en Soria, alberga un campo de mil cien hectáreas de manzano. Y lo que es una fuente de riqueza, pues da empleo a unas cuatrocientas personas de la zona, es también una fuente de conflicto. La propietaria de una casa rural se quejó hace diez años del ruido que generan las aspas de los ventiladores para mantener la temperatura sobre cero. La empresa le pagó un cambio de ventanas para mitigar las molestias, pero aun así el zumbido es insoportable. Ahora se han añadido a la reclamación más personas damnificadas. El asunto tiene mala solución. Son las cosas del progreso.
Miércoles, 14 de julio. Cuba
Es gordo lo que sucede en Cuba. Lo que pasa es que es difícil valorar la situación de la isla caribeña si toda la información que recibimos desde los medios generalistas de España pasa por el tamiz del bochornoso debate político local.
Jueves, 15 de julio. Huerto solar
Carlos Ariñez, Víctor Cañizares, Carlos Martín y María Navarro viven en Luco de Jiloca y han decidido emprender una aventura apasionante: convertirse en la primera comunidad energética rural de Aragón que nace por iniciativa ciudadana. El plan es instalar un huerto solar en el pueblo capaz de abastecer a una veintena de casas, además de a las instalaciones municipales y de otras entidades. Aseguran que otro modelo es posible, “un modelo comunitario, democrático, autosuficiente, de empoderamiento, de equilibrio territorial, de kilómetro cero, descentralizado”, según se lee en el texto de presentación del proyecto.
Para comenzar, han decidido abrir una campaña de micromecenazgo y recibir donaciones para afrontar los primeros gastos de ingeniería, estudio detallado del punto de conexión a la red, tasas, impuestos y aval bancario. Necesitan tres mil euros. Y, aunque la idea me parece realmente buena, aquí es donde veo peros. Aseguran que el grueso de la inversión correrá a cargo de las personas socias de la comunidad. Sin embargo, necesitan la colaboración de todo el mundo para reunir una minucia y dar el empujón de inicio. El punto débil de este tipo de iniciativas es siempre la financiación. Y siendo una iniciativa privada, comenzar apelando a la solidaridad quizás no sea el mejor arranque, por mucha energía positiva que suponga. No estaría de más un poco más de concreción por parte de las personas promotoras porque, insisto, el planteamiento es magnífico.
Viernes, 16 de julio. Líneas rojas
Hay líneas rojas movedizas. El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, manifestaba en abril a Heraldo de Aragón su preocupación por las negociaciones sobre la futura PAC en España. De todos modos, afirmaba tener líneas rojas. La primera de ellas era la supresión de los derechos históricos que lastran el reparto de las ayudas directas de la Unión Europea. Para que te hagas a la idea, el importe que recibe hoy cada explotación está vinculado a lo que estaba produciendo en 2002.
Pues bien, hace un par de días, tras participar en la Conferencia Sectorial del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y declarar que la reunión había sido “muy satisfactoria” a pesar de las diferencias entre las comunidades autónomas, confesó que la supresión de los derechos históricos no es una línea roja para Aragón. Eso sí, sigue siendo una prioridad. “El problema ya no es si quitan o no los derechos históricos, sino cuándo”, aseguró Joaquín. Es decir, que se avecina un nuevo marco hasta 2027 en el cual seguiremos con las referencias de hace un cuarto de siglo. Y tendremos suerte si para 2027, por fin, se acuerda una nueva PAC realmente revolucionaria.
Sábado, 17 de julio. Situaciones surrealistas
Pues resulta que para ponerse a dibujar una escena urbana en cualquier calle de Madrid hay que tener permiso municipal y, cómo no, pagar una tasa. Estaba ayer tan tranquilo el artista Antonio López en la Puerta del Sol, a sus 85 años, tratando de acabar una obra que comenzó hace diez, cuando una pareja de la policía local se le acercó a pedirle los papeles. El señor, que al parecer nunca en su vida se había preocupado por estas nimiedades burocráticas, no tenía nada que enseñar. El público que, curioso, lo rodeaba, indicó a la autoridad que se trataba de uno de los pintores más famosos de España, a lo que uno de los agentes contestó: “Yo no tengo que saber quién es, puede ser Van Gogh, puede ser quien sea”.
Y es que en España somos así. Nos gusta regular hasta el último resquicio. Se ha comprobado en todo lo que hemos vivido en el último año y medio. Y está demostrado que eso, a la larga, solo lleva a situaciones surrealistas a las que gente como Antonio no está nada acostumbrada.
Domingo, 18 de julio. Cosas noruegas
Hoy, en la sección “Cosas noruegas” del domingo, tenemos a la selección nacional femenina de vóley playa. Las chicas, de las que desconozco si tienen un apodo como nuestras castizas leonas del vóley o las guerreras del balonmano, quieren competir con unos pantalones ajustados que tapan medio muslo porque se sienten más cómodas que con la típica braguita de un máximo de diez centímetros, que es lo habitual en los torneos en los que participan. Por suerte, las han llamado a capítulo y les han prohibido utilizar tan casta prenda. Porque, como puedes imaginar, lo importante en esta disciplina no es el deporte en sí sino enseñar cacho para que no decaigan los índices de audiencia.
La imagen de la semana: Yeros
Acostúmbrate a ver esta leguminosa. Son yeros. Se avecinan los ecoesquemas en la PAC y se va a premiar a quienes realicen rotaciones con plantas mejorantes del suelo. Igual eso sirve para que nuestros campos no sean un monocultivo de cereal, en los que año tras año ves siempre el mismo tipo de planta.