Lunes, 13 de junio. Crac, crac, crac
La belga Nathalie publicó en 1983 la canción “Mon coeur qui craque”. El estribillo era del todo contundente: “My love, uh!, won’t let you down; écoute mon coeur qui cracracraque”. Vamos, que apostaba por el amor y que su corazón hacía crac, crac, crac. Lo mismo está pasando con el bitcoin y el ejército apasionado, bastante juvenil por cierto, que tiene puestas sus esperanzas en húmedos sueños de opulencia. La cotización del bitcoin cae en picado y ha pillado en bragas a la generación NFT.
“Me tratas como a un niño que corre siempre, que duerme siempre. Te quiero de todos modos, me has enloquecido con tu loco amor”, entonaba Nathalie. Pues eso. Pero, ¡eh!, que de todo se sale.
Martes, 14 de junio. Residencias
Me llega un artículo viejo de Tania Moerenhout publicado en el blog Journal of Medical Ethics, dependiente de la revista médica The BMJ, titulado “El problema de los asilos no es la covid-19, son los asilos”. Hace tiempo que no escribía de las residencias para personas mayores y, mira, ya tocaba. Se habla mucho de un cambio de modelo, pero no observo en qué dirección. Tania apunta algunos principios que ya se están probando por ahí. La cosa consistiría en distribuir la convivencia en pequeños grupos de diez o doce personas, cambiar el actual ambiente de hospital donde solo se vigila la salud y la seguridad por el de un hogar, preservar la autonomía y la responsabilidad de las personas tanto como se pueda, considerar a las personas cuidadoras como invitadas en el espacio de convivencia en vez de forzar a las personas residentes a seguir unos esquemas rígidos establecidos desde arriba, y escuchar a las personas internas para tratar de que sigan teniendo un propósito en esta vida. ¿Hay alguien? ¿Oiga?
Lo cierto es que se requiere un enfoque ético hacia la cuestión. Hay abordajes hoy en día que ven a las personas mayores como un problema para las generaciones más jóvenes. Tania pone como ejemplo un capítulo de la serie de ciencia ficción Star Trek Next Generation. En dicho episodio, ambientado en el siglo XXIV y rodado en 1991, se muestra a gente que a la edad de 60 años se lanza a un ritual suicida para evitar convertirse en un estorbo para sus hijos. De nuestra voluntad depende que esa historia se quede en distopía o se convierta en realidad.
Miércoles, 15 de junio. A domicilio
Estaba charlando la semana pasada con mi amiga Anabel sobre el tema de la prostitución y constaté que cada vez hay menos puticlubes en mi zona. Que debe ser consecuencia de la despoblación. Anabel me dijo que, a lo mejor, ahora los servicios eran a domicilio. “¿Tú crees?”, le contesté, poniendo un poco en duda la afirmación.
Pues yo estaba equivocado. Hay mucho espabilado y no paro de sorprenderme. Hoy publica Diario de Teruel otra de sus míticas portadas y solo relata hechos, sin titular: “Se aprovechaba de que eran mujeres inmigrantes vulnerables / Las ofrecía como prostitutas / Las llevaba por pueblos del Bajo Aragón / A veces se quedaba más de la mitad del dinero del servicio sexual / Cobraba precios abusivos por hacer de ‘taxi’”. Lo único de lo que me alegro es que el espabilado dará con sus huesos en la cárcel los próximos once años.
Jueves, 16 de junio. Orgullo
La semana del Orgullo de Palma de Mallorca se cancela. Demasiadas polémicas para tan pocas alforjas. El populacho del interior de la isla seguirá preguntándose cómo es una lesbiana. Y no solo eso: el alcalde ha destituido a la concejala de Justicia Social, Feminismo e Igualdad, Sonia Vivas. A río revuelto, ganancia de pescadores.
Kristin Hansen, la organizadora del evento que tiene esa mirada tan particular sobre el mundo rural, ya ha anunciado pelea: “Vamos a interponer las acciones legales oportunas contra el Ayuntamiento y todos los responsables por la cancelación de la Palma Pride Week 2022 y por todos los daños y perjuicios causados, tanto a nosotros como a los artistas, colaboradores y carpas”. Del campo no tiene ni idea, pero de leyes, de leyes se las sabe todas.
Viernes, 17 de junio. Derechos
El Partido Popular y Comisiones Obreras se ponen de acuerdo en criticar de decisión de Televisión Española de ceder a la televisión pública vasca los derechos de emisión de los encierros de San Fermín para que esta pueda hacer una transmisión en euskera. Según el sindicato, los encierros son una de las joyas de la corona de TVE. Para el PP, es una descentralización inasumible para el ente que ofrece los encierros para toda España.
La secretaria general del Partido Popular en Navarra, Amelia Salanueva, quiere saber cuál será la voz, tras la jubilación de Javier Solano, y los horarios que ocuparán los encierros en las retransmisiones. Amelia, cari, los encierros siempre han sido a las ocho de la mañana. Que pareces nueva.
Sábado, 18 de junio. Tetamen
La comidilla de la semana está siendo el escote de Patrícia Plaja, la portavoz del Govern de la Generalitat, en el programa Els Matins de TV3. Patrícia salió de casa, pilló una camiseta con la que se sentía cómoda y se dirigió al plató. Comenzó la entrevista y, en la primera pausa, el equipo de caracterización se acercó a ella para subirle la escotadura hasta casi el cuello. La polémica estaba servida. La televisión pública catalana censura tetas.
Me viene el recuerdo de cuando pisé aquellos controles de realización de TV3, hace lustros, y me imagino a algún realizador gritando “¡Menudo tetamen! ¡Que lo tapen ya!”. La verdad es que desde las pantallas de realización se ve la vida de una manera muy diferente al plató. También me imagino un campo de nabos a los mandos de la técnica. Busco la ficha del programa y, mira, no. En el equipo de Els Matins hay bastantes más mujeres que hombres. También en la parte de los botoncitos. De repente, mi teoría del machismo en el control cae por su propio peso. Tendré que valorar alguna otra hipótesis.
Domingo, 19 de junio. Seriedad
¡Equilicuá! Irene López, quien fuera la psicóloga oficial de Sálvame, ha confesado esta semana que el programa de Telecinco llegó a hundir su carrera profesional. “No me llamaban de ningún sitio porque era la psicóloga de Sálvame. Me perjudicó un montón y me cerró un montón de puertas, no me abrió ninguna”, afirma Irene. Así que no tuvo otro remedio que abandonar el espacio de variedades aunque “era feliz como una perdiz” porque le encanta el entretenimiento y “lo pasaba pipa, disfrutaba como una enana”.
¡Qué cruz para quienes nos dedicamos al entretenimiento! Nadie nos toma en serio aunque nos rijamos por el rigor. Aquí solo prospera quien vive por y para la seriedad, el aburrimiento y la solemnidad.
La imagen de la semana. ‘Balconing’
Hace un par de sábados estuve de fiesta popular en la plaza de Sant Bult de Valencia. Mi amiga Paula, que es una de las almas pensantes del cotarro, insiste en que no me la pierda y no puedo decirle que no. La placeta es una pocholada, la verdad. Lo que pasa es que se ha llenado de pisos turísticos. Lo pienso y me estremezco. De uno de ellos tiraron una maceta y me cayó a menos de dos metros. Estoy aquí de milagro. ¿Habrá sido una conspiración organizada por ciertos grupúsculos turolenses que me tienen inquina? El balcón de otro de esos pisos para turistas de fuera de España, el que sale en la fotografía, se abarrotó nada más sonar la música. Hubo instantes en que temí por su seguridad. Y yo me pregunto si creerán que aquí sacamos una discomóvil a la calle cada fin de semana para el disfrute. ¡Vaya imagen distorsionada que se van a llevar! Ojalá fuera siempre así.