Hace unas semanas presentó Paco Martín la película titulada Precious en el cinefórum Cine con Conciencia, que organiza Cáritas en la sede que tienen en la calle Hartzembusch de Teruel. El director de esta cinta es Lee Daniels y sus protagonistas Gabourey Sidibe y Mo´Nique.
Antes de comenzar, Paco nos hizo una breve introducción hablando de la dureza de la historia que narra. Nos estaba preparando para contemplar escenas duras, muy duras. Después de una situación límite aparecía una nueva todavía más compleja y perturbadora. Cuando ya parecía que existía algo de esperanza surge otro acontecimiento que lo empeora más todavía.
No es mi intención contarles la película sino hablarles de otra Precious, de la que ya he escrito mucho y que no se me va de la cabeza. Me refiero a la niña con un problema de corazón que conocí en uno de los Slums de Nairobi en los que colaboro. Precious Mugiri nació con una malformación cardiaca, su padre murió muy pronto, demasiado pronto, teniendo que soportar las cargas de la familia una madre enferma y agotada, sin trabajo y sin ayuda alguna.
Tras hablar con dos cardiólogos de Teruel quedé convencido de que hacía falta buscar los medios para operarla en un hospital de Nairobi. Por suerte varios amigos se han ofrecido a sufragar los gastos de la intervención y recuperación. Mis amigos de Kenia ya están consultando los pormenores en varios hospitales para poderla operar en el quirófano. Precious, aun siendo una niña normal, no ha podido desarrollar las extremidades ni su cerebro por el problema cardiaco. Tal vez ahora, tras la operación, sea irrecuperable la totalidad del movimiento y del desarrollo intelectual, pero habrá ganado mucha calidad de vida, y posiblemente llegue a tener una vida más o menos independientemente y normal.
Pues sí, mientras veía la película Precious, una niña que se llama igual aparecía constantemente en mi cabeza. La Precious de África me interpela y me pide que cuide de ella, que busque los medios para curarla, para intentar que siga teniendo vida.
Gracias Precious, no olvido tu mirada, ni tus silencios que atronan en mi corazón pidiendo que los más pobres y olvidados de la tierra tengan cabida en el de la gente buena y que también buscan hacer un mundo más justo y armonioso. Gracias.