![El camión de la basura](/uploads/diariodeteruel/contenidos/74262_250204-18-01.jpg)
![El camión de la basura](/uploads/diariodeteruel/contenidos/m_74262_250204-18-01.jpg})
Hace unos días, tras regresar de un viaje del extranjero, me encontré a las 2:45 de la madrugada con el camión de la basura en una estrecha calle de Teruel. Uno de los empleados me hizo un gesto indicando que no tardarían mucho, así que me quedé tranquilo en el coche viendo cómo realizaban su trabajo.
Por una parte se notaba que el conductor manejaba con destreza el camión, aunque lo que más me llamó la atención fue el trabajo perfectamente coordinado de los otros dos empleados. El más joven acercaba con gran habilidad los contenedores al mecanismo de descarga, mientras colocaba el vacío que había dejado unos segundos antes su compañero. Por último facilitaban que las bolsas atascadas se desprendieran y pudieran caer en el lugar previsto. Lo hacían con gran pericia, sin malas caras, ayudándose entre ellos, con gran profesionalidad.
Durante esos dos o tres minutos de espera, no creo que fueran más, izaron los tres contenedores soterrados con una manguera que inyectaba aire a presión, vaciaron uno tras otro, las bolsas que se habían caído las recogieron, y poco después dejaron todo como nuevo.
Es posible que algunos de Teruel se quejen de que la ciudad no está todo lo limpia que pudiera estar, por mi parte, lo que sí puedo afirmar, es que tenemos grandes trabajadores, grandes personas, que hacen todo lo posible por realizar bien el trabajo encomendado. Si hay problemas de limpieza tal vez tendríamos que preguntarnos si los dueños de mascotas retiran los excrementos de las calles, si dejamos bolsas de basura en papeleras o en cualquier esquina, en vez de usar los contenedores, si existe una buena coordinación de los responsables que gestionan la recogida, si las empresas contratadas cumplen con lo establecido. En fin, no voy a hablar de lo que no conozco, pero sí tenemos -repito- grandes profesionales haciendo lo mejor posible su trabajo.
Ahora, mientras escribo estas líneas, me vienen a la cabeza el recuerdo de los barrios más pobre de Nairobi. En realidad las gentes de Viwandani y Mukuru viven entre las basuras. Algunos es el lugar al que acuden buscando algo de comida, o simplemente bolsas de plásticos que limpian en los arroyuelos cercanos, y las cambian en las tiendas cercanas por un poco de harina. Complicado que tengan un servicio de recogidas de basuras, cuando es precisamente donde viven y con frecuencia de lo que comen.