Roberto Bou levanta el puño al cielo tras acabar la última etapa en segunda posición y coronarse como nuevo rey del desierto. EFE
Roberto Bou se convierte en el rey del desierto al llevarse la Titan Desert
En la categoría femenina la prueba se la adjudica la debutante neerlandesa Tessa Kortekaas
Bendito día en el que Roberto Bou decidió subirse a la bicicleta. Aquel niño, que por aquel entonces se encontraba un poco perdido y encontró en el ciclismo su refugio, hoy está escribiendo su nombre en la historia de este deporte, y es que Roberto Bou se convirtió ayer en el rey del desierto al llevarse la Skoda Titan Desert Morocco 2023, después de superar la sexta y última etapa que unió a través de 71 kilómetros Merzouga y Maadid, donde el actual campeón nacional de XCM, Sergio Mantecón, firmó su segundo triunfo de etapa.
No hubo sorpresas en la última jornada de la Titan, y los héroes de la anterior etapa de dunas entraron en la meta de Maadid envueltos en confetis como nuevos monarcas del desierto. Roberto Bou, turolense criado en Barcelona hace 30 años, logró el sueño de su vida, un anhelo que llevaba persiguiendo muchos años. El ciclista afincado en Mora de Rubielos había sido segundo y tercero, sin embargo, el destino se la debía y, después de tanto esfuerzo, ahora ha tocado el cielo con las manos como número uno.
La etapa se la llevó Sergio Mantecón, quien firmó su segunda victoria, seguido del ejército del Cannondale, con Bou, Miguel Muñoz y Fran Herrero. No tardó en llegar Tessa Kortekaar, confirmando el maillot azul.
En el podio dos nuevos inquilinos. En el masculino pleno español, con el recien coronado Roberto Bou, el zorro del desierto Josep Betalú, ganador de 4 ediciones, y Fran Herrero, el hombre que perdió la Titan hace un año por 12 segundos ante el suizo Konny Looser, esta vez derrotado por una enfermedad.
A Roberto le ha tocado sufrir durante mucho tiempo para ahora poder campeonar, sin embargo es por ello por lo que la victoria sabe mejor. El morano ha tenido que bregar como nadie a lo largo de los más de 620 kilómetros y 7.700 metros de desnivel acumulado, divididos en seis etapas. Empezó con buen sabor de boca, aunque lejos del podio. En la primera etapa, que servía un poco de toma de contacto para conocer el estado de forma en el que llegaba el ciclista, Bou logró entrar en quinta posición, un buen puesto, aunque esto era tan solo era la punta del iceberg. A partir de la segunda etapa, Roberto focalizó sus esfuerzos en entrar en el podio y no paró hasta conseguirlo En dicha etapa consiguió un tercer puesto para colocarse el tercero de la general.
En la tercera etapa, Bou repitió resultado para prolongar su estado de forma y recortar distancias a los líderes provisionales, que en ese momento eran Konny Looser y Fran Herrero, ya que terminaron por detrás, en quinto y sexto lugar respectivamente. Ni el sofocante calor de esta etapa pudo pararle, pues Roberto Bou quería más.
Y más obtuvo. En la cuarta etapa, el velocipedista morano hizo un cuarto lugar para atar el podio, aunque perdió tiempo respecto a los hombres de cabeza. Sin embargo, en la quinta etapa, fortalecido por el recuerdo de su abuelo, que falleció la semana pasada, el ciclista morano se marcó una actuación épica para terminar en primer lugar, con una distancia de casi nueve minutos con el grupo perseguidor, formado por Sergio Mantecón, Josep Betalú y Óscar Pujol.
Así pues, Roberto Bou llegó a la sexta y última etapa con todo de cara y no defraudó. Logró el segundo lugar de la etapa y cerró su liderato en la general.
“Esto es un sueño que aún no puedo asumir. Hasta la meta nadie se imagina lo que has conseguido. Es una carrera que llevaba persiguiendo muchos años, una prueba muy dura, que te pone al límite, por el calor, el recorrido, la navegación. Son 6 días de carrera y conseguirla en un año tan especial es increíble”, dijo Bou en meta.
El ciclista turolense, quin sueña con ser campeón del Mundo de XC maratón, tenía una espina clavada. Dos podios en la Titan no le habían dejado satisfecho. Quería la cumbre, y por fin puso su bandera en la cumbre.
“Sí, tenía una espina clavada que he podido, por fin, sacar. Ahora mi sueño es ser campeón del mundo, y para ello trabajo, suena fuerte, pero esa es mi motivación, como deportista es la mayor victoria, cada año tienes que crecer, y con la ayuda de mi preparador este año hemos acordado ganar el título, hemos hecho una apuesta”.
En la fiesta de meta sonreía Tessa Kortekaas, una exnadadora y patinadora, pero ante todo deportista total que destacó en triatlón.
“Esto es increíble, no tengo palabras. No sé qué está pasando. Me sentí muy fuerte y todo es una sorpresa. Me encantaría volver el año que viene. Una carrera de seis etapas es muy dura y la recompensa es más grande que un triatlón y una Ironman. Es increíble cómo de fuerte me siento, si hubiese otra etapa mañana la haría”, zanjó la neerlandesa.
No hubo sorpresas en la última jornada de la Titan, y los héroes de la anterior etapa de dunas entraron en la meta de Maadid envueltos en confetis como nuevos monarcas del desierto. Roberto Bou, turolense criado en Barcelona hace 30 años, logró el sueño de su vida, un anhelo que llevaba persiguiendo muchos años. El ciclista afincado en Mora de Rubielos había sido segundo y tercero, sin embargo, el destino se la debía y, después de tanto esfuerzo, ahora ha tocado el cielo con las manos como número uno.
La etapa se la llevó Sergio Mantecón, quien firmó su segunda victoria, seguido del ejército del Cannondale, con Bou, Miguel Muñoz y Fran Herrero. No tardó en llegar Tessa Kortekaar, confirmando el maillot azul.
En el podio dos nuevos inquilinos. En el masculino pleno español, con el recien coronado Roberto Bou, el zorro del desierto Josep Betalú, ganador de 4 ediciones, y Fran Herrero, el hombre que perdió la Titan hace un año por 12 segundos ante el suizo Konny Looser, esta vez derrotado por una enfermedad.
A Roberto le ha tocado sufrir durante mucho tiempo para ahora poder campeonar, sin embargo es por ello por lo que la victoria sabe mejor. El morano ha tenido que bregar como nadie a lo largo de los más de 620 kilómetros y 7.700 metros de desnivel acumulado, divididos en seis etapas. Empezó con buen sabor de boca, aunque lejos del podio. En la primera etapa, que servía un poco de toma de contacto para conocer el estado de forma en el que llegaba el ciclista, Bou logró entrar en quinta posición, un buen puesto, aunque esto era tan solo era la punta del iceberg. A partir de la segunda etapa, Roberto focalizó sus esfuerzos en entrar en el podio y no paró hasta conseguirlo En dicha etapa consiguió un tercer puesto para colocarse el tercero de la general.
En la tercera etapa, Bou repitió resultado para prolongar su estado de forma y recortar distancias a los líderes provisionales, que en ese momento eran Konny Looser y Fran Herrero, ya que terminaron por detrás, en quinto y sexto lugar respectivamente. Ni el sofocante calor de esta etapa pudo pararle, pues Roberto Bou quería más.
Y más obtuvo. En la cuarta etapa, el velocipedista morano hizo un cuarto lugar para atar el podio, aunque perdió tiempo respecto a los hombres de cabeza. Sin embargo, en la quinta etapa, fortalecido por el recuerdo de su abuelo, que falleció la semana pasada, el ciclista morano se marcó una actuación épica para terminar en primer lugar, con una distancia de casi nueve minutos con el grupo perseguidor, formado por Sergio Mantecón, Josep Betalú y Óscar Pujol.
Así pues, Roberto Bou llegó a la sexta y última etapa con todo de cara y no defraudó. Logró el segundo lugar de la etapa y cerró su liderato en la general.
Categoría femenina
En el femenino, título por sorpresa para la neerlandesa Kortekaar, una triatleta de trayectoria brillante en Ironman, debutante, quien apenas se creía que había ganado la Titan. La acompañaron en el podio la namibia Vera Looser, también afectada por una gastroenteritis que le arruinó la general en la jornada de dunas, y la española Ariadna Ródenas, ganadora en 2021.La emoción de los ganadores
En meta, emoción para los vencedores. Roberto Bou dijo haber sentido un impulso desde el cielo de un Ángel. Así se llamaba su abuelo, quien murió la semana pasada a los 102 años.“Esto es un sueño que aún no puedo asumir. Hasta la meta nadie se imagina lo que has conseguido. Es una carrera que llevaba persiguiendo muchos años, una prueba muy dura, que te pone al límite, por el calor, el recorrido, la navegación. Son 6 días de carrera y conseguirla en un año tan especial es increíble”, dijo Bou en meta.
El ciclista turolense, quin sueña con ser campeón del Mundo de XC maratón, tenía una espina clavada. Dos podios en la Titan no le habían dejado satisfecho. Quería la cumbre, y por fin puso su bandera en la cumbre.
“Sí, tenía una espina clavada que he podido, por fin, sacar. Ahora mi sueño es ser campeón del mundo, y para ello trabajo, suena fuerte, pero esa es mi motivación, como deportista es la mayor victoria, cada año tienes que crecer, y con la ayuda de mi preparador este año hemos acordado ganar el título, hemos hecho una apuesta”.
En la fiesta de meta sonreía Tessa Kortekaas, una exnadadora y patinadora, pero ante todo deportista total que destacó en triatlón.
“Esto es increíble, no tengo palabras. No sé qué está pasando. Me sentí muy fuerte y todo es una sorpresa. Me encantaría volver el año que viene. Una carrera de seis etapas es muy dura y la recompensa es más grande que un triatlón y una Ironman. Es increíble cómo de fuerte me siento, si hubiese otra etapa mañana la haría”, zanjó la neerlandesa.
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