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Oro, incienso, mirra... O carbón Oro, incienso, mirra... O carbón
La séptima derrota del curso, en Almería, deja a Pamesa octavo en la clasificación de Superliga. Francis Cazorla

Oro, incienso, mirra... O carbón

Pamesa concluye un año de rendimiento decreciente ejemplificado en Almería

Encontrar un arranque, una primera mitad de competición con resultados tan negativos como los obtenidos por Pamesa Teruel en esta temporada es un ejercicio complicado. Se sabía que la Superliga de este año sería imprevisible y sorprendente, que guardaría espacio para proyectos con músculo económico reforzado que convivirían con algunos ilustres venidos a menos, y con incendios repentinos aquí y allá que pondrán picante y salsa a la emoción de la temporada. Pero no era tan fácil de prever que en este vaivén uno de los zozobrados sería el conjunto naranja. Afronta parón navideño, diez días hasta la víspera de Reyes, con carbón debajo del árbol.

Porque la derrota en Almería fue un compendio de hasta qué punto es irregular el septeto de Fabián Muraco. Solvente y maduro, dentro de su poca aura, en los dos primeros sets, un castillo de naipes a partir de la lesión de David López para tener que conformarse con un punto tras sumar su séptima derrota del curso. Son números desconocidos en Los Planos. A estas alturas, los siete partidos perdidos por el equipo son los mismos que se cosecharon en toda la pasada temporada, que no pasó a la historia por su brillantez. En los cinco años anteriores, de hecho, sólo una temporada, la 21-22, vio perder al equipo más veces, fueron 10.

Porque el año pasado Pamesa cayó derrotado siete veces. Seis fueron en la 22-23, los diez referidos en la 21-22, y únicamente tres derrotas en la temporada 20-21 más cuatro en la 19-20. En dos años, en el arranque de la actual década, la misma cantidad de partidos perdidos que en apenas una vuelta de competición este curso. Es el reflejo del poderío de un cuarteto de cabeza contra el que Pamesa sólo pudo rascar un punto, dos sets ante Soria. Y también de algunos otros resultados menos esperados, con una imagen del equipo inquietante, fundamentalmente las derrotas fuera de casa ante Tenerife y San Roque y el completo derrumbe en cuanto David López se retiró de la cancha en Almería.

Repaso a la nueva plantilla

En el origen de esta situación, el peaje de juventud que tiene que pagar la plantilla con la menor edad media de entre los quince últimos años de participación de Teruel en la máxima categoría del vóley nacional. Apostó el club naranja por savia nueva, gente joven en desarrollo, menos experiencia y, en consecuencia, desajustes y algunos síntomas de poca resiliencia en momentos duros de cada partido. Cuando la bola quema y la red se eleva, el estado mental del grupo tiende a ser quebradizo, y de nuevo Almería, con la lesión del central, pendiente de pruebas aunque con sensación de dolencia no grave, fue síntoma de ello.

Porque hasta la torcedura de David López el equipo había construido un dos a cero a favor en dos primeros sets en los que controló bien desde el bloqueo las acometidas locales. Incluso llevaba el tercer set en ventaja aún con López en la pista. Pero en cuanto se descolocó una pieza, cayó el edificio entero, y Unicaja le encajó a Pamesa un 3-0 con el que remontó y dejó el partido visto. Fuera de casa, desde luego, el equipo baja enteros; las derrotas en terreno canario le señalan por su escaso arranque competitivo, e incluso el triunfo de Lugo ante un Arenal en descenso obligó a Teruel a un esfuerzo competitivo mayor de lo que se le prevería años atrás.

Llega un breve periodo de reflexión, descanso, reseteo y recuperación que deberá servir para analizar desde el club, a todos los niveles, el balance de estos primeros meses de reconstrucción del equipo. Poco tiempo para relajarse, con todo, porque a la vuelta de Año Nuevo, el primer fin de semana de 2025 antes de que lleguen los Reyes Magos, el otro clasicazo del vóley español, en Los Planos ante Herce Soria, medirá otra vez la salud del bloque de Fabián Muraco. Sus Majestades vienen cargadas de obsequios, oro, incienso, mirra, para homenajear en caso de que las cosas lleven buen derrotero. Si no es así, si llega otra tercera derrota consecutiva, el año que viene empezará con una buena dosis de carbón a orillas del Turia.

Sede copera

La quincuagésima edición de la Copa del Rey de voleibol se disputará del 20 al 23 de febrero de 2025 en el CDM Siglo XXI de Zaragoza, tal y como anuncia la Federación Española de Vóley, que organizará el torneo del KO en la capital aragonesa con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad y el Gobierno de Aragón. Así, el primer título de 2025 para la División de Honor lo disputarán los ocho mejores conjuntos de la primera vuelta de la Superliga española: CV Guaguas (que defiende el entorchado logrado en Leganés el pasado febrero), Conectabalear CV Manacor, UPV Léleman Conqueridor, Grupo Herce Soria Voleibol, CV Melilla, Unicaja Costa de Almería, Pamesa Teruel Voleibol y Cisneros Alter Tenerife. En esta edición, Pamesa jugará los cuartos de final ante CV Manacor en una complicada eliminatoria.