Oberé retiene las opciones de la permanencia calamochina en Tercera (1-1)

La reacción en la segunda parte sirvió para que el Calamocha pudiera sujetar al menos un puntito en un duelo directo en la zona baja de la tabla. Una diana de Diego Oberé a los siete minutos de la segunda parte equilibró el cero a uno de Cano, un marcador que complicaba y mucho las opciones calamochinas de permanencia. Con el empate los de Lagunas al menos mantienen los frentes respecto al descenso tal y como estaban, aunque las opciones para lograr el dos a uno se fueron al limbo y el Calamocha se deja dos puntos importantes en Jumaya. Partido feo, marcado por el viento y el mal estado del campo, con muy pocas ocasiones de peligro.

Comenzaba el encuentro con una baja de última hora en el Caspe, donde entraba Fran Rotellar por el anunciado Villaoslada. En un rectángulo de juego lejos de su estado ideal con el frío intenso de las últimas fechas, de entrada el Calamocha trataba de hacerse con la manija del encuentro mientras el Caspe arrancaba muy bien posicionado con dos líneas de cuatro atrás que cerraban el paso a los ataques locales.

Un par de centros peligrosos de Iván Falo llevaban los primeros peligros al área de Máñez, pero pronto se vio que con el viento a su favor, el Caspe estaba más cómodo en el campo. eso sí, el ambiente gélido en el clima y en las gradas, con muy pocos valientes, contagiaba un partido con juego directo, balonazos y solo las opciones a pelota parada como receta para acercarse al marco rival.
En una sucesión de balonazos sin que nadie pudiera rasear apenas ni mucho menos combinar, ya que el campo de Jumaya estaba muy seco e irregular, cuando se llegaba a la media hora de partido Unai Calavia sacaba de puerta y el viento le jugaba una mala pasada, recortando la trayectoria del esférico.

Con un toque de cabeza, Álvaro Cano se quedaba solo en el mano a mano ante el cancerbero turolense y le superaba con clase. Al Calamocha le tocaba remar contra corriente pero la defensa del Caspe estaba muy atenta. Sorbe, Diaffara y Quique Navarro eran colosos en el juego aéreo y el descanso llegaba con el cero a uno.

En el segundo periodo cambiaban de lado los equipos y, por lo tanto, ante el fuerte vendaval que soplaba en Jumaya, cambiaba del todo la decoración del partido. Ahora era el Calamocha el que tenía a un poderoso aliado y después de un aviso en las botas de Fonsi, en un servicio desde la esquina llegaba el remate de Oberé al fondo de las mallas, recibido con visible alivio.

El decorado se ponía a favor para el equipo de Sergio Lagunas, pero hubo muy poca claridad en las ideas y ante el estado del campo, la opción era jugar por arriba. Los zagueros del Caspe no dejaron opciones a la sorpresa y los cambios tampoco variaron la decoración de un plomizo partido. Intentos estériles en un segundo periodo de dominio local pero con los porteros convertidos en espectadores.

El buen trabajo de las defensas hizo el resto y el uno a uno quedó en todo lo alto. Así es muy complicado jugar bien al fútbol.