La piloto Mónica Plaza junto a su copiloto en el Campeonato de España de Rallys Todo Terreno, en el terminó en la tercera posición. Archivo
Mónica Plaza vuelve como copiloto al Dakar tras debutar en el CERTT
La deportista de Aliaga, satisfecha con su tercer puesto como piloto en el Nacional de Todo Terreno
Casi sin tiempo de saborear su hazaña al volante del Toyota Land Cruiser que puso en sus manos el equipo Avatel para competir, junto a David Nadal como copiloto, en el Campeonato de España de Todo Terreno en el que terminó en tercera posición, la piloto Mónica Plaza cuenta las horas hasta que el próximo 27 de diciembre embarque rumbo a Arabia Saudí, para participar en una nueva edición del Dakar.
La piloto de Aliaga hace un balance extraordinariamente positivo de su debut en el lado izquierdo de un coche de competición, después de un sin fin de carreras como copiloto. “Ha sido una temporada inesperada”, aseguró la deportista, que a principios del año no podía ni imaginar que iba a terminar al volante de un coche en el CERTT. “No podía ni imaginar que iba a debutar como piloto en el Nacional de Todo Terreno”, aseveró Plaza que hacía “un balance súper positivo” de la temporada y asegura que tanto su copiloto, David Nadal, como ella han “hecho una temporada muy limpia, creciendo juntos profesional, deportiva y personalmente, las tres cosas”, explicó mientras aguarda alguna noticia sobre su futuro inmediato, de “qué pasara en 2022”.
La propuesta de Avatel para que Plaza se pusiera a los mandos del coche morado fue sorprendente. Como también lo han sido los resultados del debut de la competidora de Aliaga. “Siempre he vivido entre coches y he ido a muchas competiciones, pero nunca había hecho ni siquiera un test como piloto con un coche de carreras. No tenía ni idea de a qué nivel podía estar. Pero parece ser que todos estos años a la derecha (del coche) han servido para aprender, como también este año a pasos forzados”, reconoció.
La escuela de la competición se vio reforzada por el vehículo con el que compitió la dupla Plaza-Nadal. “Así lo elegimos, para estar en la categoría T2 de vehículos de serie Era un coche de más de 3.000 kilos por lo que las inercias eran mayores y hacían muy compleja su conducción, y no hemos tenido ningún susto ni ningún percance y hemos llegado a cada meta. Le hemos dado poco trabajo a los mecánicos”, recordó la piloto.
La participación en la categoría T2 no fue casual. “Nos ofrecieron correr en T1-N con una Toyota Hylux con el HDJ 200 en categoría T2. Al final valoramos que aunque el 200 es un coche muy pesado tiene muy buen motor y creímos mejor empezar mi andadura en la competición desde abajo e ir creciendo poco a poco, en progresión”, recordó.
La proposición de sentar a Mónica Plaza a los mandos del Toyota surgió de forma inesperada tras un domingo en Masía Pelarda, cuando el gerente de la instalación, David Nadal, le pidió a Mónica que compartiese sus conocimientos de navegación con unos responsables de Avatel. “Me pidió David (Nadal) si podía hacer un road book con unas personas del equipo de Avatel que también compiten. David me dejó su coche y yo hice de conductora y el piloto iba pendiente de qué es lo que realmente ve un copiloto y qué información le da al conductor. Viéndome conducir, ya en el kilómetro 10 de un recorrido de 150 me preguntó si competía como piloto, y yo le dije que no porque no tenía dinero para hacerlo . A los pocos kilómetros me hicieron la propuesta. Yo pensaba que esa proposición no iba a llegar a cuajar ... y mira si ha llegado lejos”, relató Plaza.
El próximo día 2 de enero arrancará una nueva edición del Rally Dakar, y Mónica Plaza estará sentada a la derecha de Manolo, su padre, con el que ya ha participado en la prueba. Mónica Plaza reconocía que mirará de reojo el volante, víctima del “gusanillo” de pilotar. “Seguro que sí -dijo- pero no se puede hacer otra cosa”, dijo reconociendo que esta temporada “ya había sido bastante afortunada” y reflexionaba que aora le sentarse “a la derecha y disfrutar de la compañía de mi padre y de su experiencia en la conducción, que en todo tipo de terreno es un piloto de diez, pero en dunas es excelente”.
La combinación a bordo entre las manos de Manolo y la navegación de Mónica Plaza alienta la confianza en que el tándem pueda “ir haciendo frente a equipos con más presupuesto y mejores coches. Los primeros días estaremos más atrás en la tabla, pero esto es un carrera de resistencia y ahí es donde podemos sacar provecho a lo que sabemos hacer, aunque tenemos que tener los pies en el suelo y recordar que por mecánica no podemos estar más arriba”.
Los Plaza competirán a bordo del mismo coche con el que corrieron la pasada edición de la prueba. El BV2 Sodicars llevó el año pasado a padre e hija hasta la meta de Jeddah. Sin embargo, el equipo Plaza llega a Arabia con el handicap de no haber podido preparar bien la carrera. “Este año no hemos podido bajar a Marruecos”, lamentó Mónica Plaza, que todavía no ha podido practicar la navegación con el sistema digital de tablet que se probó el año pasado en los equipos prioritarios del Dakar y que en esta ocasión se extenderá por toda la parrilla.
La bicicleta es otra de las pasiones de Mónica Plaza. “Este año la temporada en bici ha sido también muy entretenida”, celebró la piloto, que dio por concluida la temporada ciclista con la Vuelta a Ibiza de pareja con Paola Zahonero en una “experiencia súper positiva”.
Plaza seguirá un año más de la mano de la marca española de bicicletas Megamo, que reafirma su compromiso con la deportista de Aliaga, que ahora se esmera en cuadrar las fechas para apurar su preparación a renglón seguido de su regreso del Dakar para preparar la carrera de BTT por etapas Mediterranean Epic, el 10 de febrero. “Cuando vuelva ya tendré la bici nueva (...) para llegar y ponerme a dar pedales. Es una motivación extra que tengo para cuando vuelva del Dakar”, confirmó infatigable, Mónica Plaza.
La piloto de Aliaga hace un balance extraordinariamente positivo de su debut en el lado izquierdo de un coche de competición, después de un sin fin de carreras como copiloto. “Ha sido una temporada inesperada”, aseguró la deportista, que a principios del año no podía ni imaginar que iba a terminar al volante de un coche en el CERTT. “No podía ni imaginar que iba a debutar como piloto en el Nacional de Todo Terreno”, aseveró Plaza que hacía “un balance súper positivo” de la temporada y asegura que tanto su copiloto, David Nadal, como ella han “hecho una temporada muy limpia, creciendo juntos profesional, deportiva y personalmente, las tres cosas”, explicó mientras aguarda alguna noticia sobre su futuro inmediato, de “qué pasara en 2022”.
La propuesta de Avatel para que Plaza se pusiera a los mandos del coche morado fue sorprendente. Como también lo han sido los resultados del debut de la competidora de Aliaga. “Siempre he vivido entre coches y he ido a muchas competiciones, pero nunca había hecho ni siquiera un test como piloto con un coche de carreras. No tenía ni idea de a qué nivel podía estar. Pero parece ser que todos estos años a la derecha (del coche) han servido para aprender, como también este año a pasos forzados”, reconoció.
El coche y la categoría
La escuela de la competición se vio reforzada por el vehículo con el que compitió la dupla Plaza-Nadal. “Así lo elegimos, para estar en la categoría T2 de vehículos de serie Era un coche de más de 3.000 kilos por lo que las inercias eran mayores y hacían muy compleja su conducción, y no hemos tenido ningún susto ni ningún percance y hemos llegado a cada meta. Le hemos dado poco trabajo a los mecánicos”, recordó la piloto.
La participación en la categoría T2 no fue casual. “Nos ofrecieron correr en T1-N con una Toyota Hylux con el HDJ 200 en categoría T2. Al final valoramos que aunque el 200 es un coche muy pesado tiene muy buen motor y creímos mejor empezar mi andadura en la competición desde abajo e ir creciendo poco a poco, en progresión”, recordó.
El debut
La proposición de sentar a Mónica Plaza a los mandos del Toyota surgió de forma inesperada tras un domingo en Masía Pelarda, cuando el gerente de la instalación, David Nadal, le pidió a Mónica que compartiese sus conocimientos de navegación con unos responsables de Avatel. “Me pidió David (Nadal) si podía hacer un road book con unas personas del equipo de Avatel que también compiten. David me dejó su coche y yo hice de conductora y el piloto iba pendiente de qué es lo que realmente ve un copiloto y qué información le da al conductor. Viéndome conducir, ya en el kilómetro 10 de un recorrido de 150 me preguntó si competía como piloto, y yo le dije que no porque no tenía dinero para hacerlo . A los pocos kilómetros me hicieron la propuesta. Yo pensaba que esa proposición no iba a llegar a cuajar ... y mira si ha llegado lejos”, relató Plaza.
El futuro
Plaza asegura no tener ni idea de qué sera de su futuro la próxima temporada. “Estamos a la espera de saber qué ocurrirá en el 2022”, aseguró la piloto, que por ahora se concentra en dar su mejor versión copilotando con su padre, Manuel Plaza, en la que llaman la carrera del motor más dura del mundo: el rally Dakar, que arrancara el próximo 2 de enero en Ha’il, Arabia Saudí, para intentar cruzar la meta de Jeddah doce días después. “No se sabe nada”, insistió.La llamada del desierto
El próximo día 2 de enero arrancará una nueva edición del Rally Dakar, y Mónica Plaza estará sentada a la derecha de Manolo, su padre, con el que ya ha participado en la prueba. Mónica Plaza reconocía que mirará de reojo el volante, víctima del “gusanillo” de pilotar. “Seguro que sí -dijo- pero no se puede hacer otra cosa”, dijo reconociendo que esta temporada “ya había sido bastante afortunada” y reflexionaba que aora le sentarse “a la derecha y disfrutar de la compañía de mi padre y de su experiencia en la conducción, que en todo tipo de terreno es un piloto de diez, pero en dunas es excelente”.
La combinación a bordo entre las manos de Manolo y la navegación de Mónica Plaza alienta la confianza en que el tándem pueda “ir haciendo frente a equipos con más presupuesto y mejores coches. Los primeros días estaremos más atrás en la tabla, pero esto es un carrera de resistencia y ahí es donde podemos sacar provecho a lo que sabemos hacer, aunque tenemos que tener los pies en el suelo y recordar que por mecánica no podemos estar más arriba”.
Los Plaza competirán a bordo del mismo coche con el que corrieron la pasada edición de la prueba. El BV2 Sodicars llevó el año pasado a padre e hija hasta la meta de Jeddah. Sin embargo, el equipo Plaza llega a Arabia con el handicap de no haber podido preparar bien la carrera. “Este año no hemos podido bajar a Marruecos”, lamentó Mónica Plaza, que todavía no ha podido practicar la navegación con el sistema digital de tablet que se probó el año pasado en los equipos prioritarios del Dakar y que en esta ocasión se extenderá por toda la parrilla.
A pedales
La bicicleta es otra de las pasiones de Mónica Plaza. “Este año la temporada en bici ha sido también muy entretenida”, celebró la piloto, que dio por concluida la temporada ciclista con la Vuelta a Ibiza de pareja con Paola Zahonero en una “experiencia súper positiva”.
Plaza seguirá un año más de la mano de la marca española de bicicletas Megamo, que reafirma su compromiso con la deportista de Aliaga, que ahora se esmera en cuadrar las fechas para apurar su preparación a renglón seguido de su regreso del Dakar para preparar la carrera de BTT por etapas Mediterranean Epic, el 10 de febrero. “Cuando vuelva ya tendré la bici nueva (...) para llegar y ponerme a dar pedales. Es una motivación extra que tengo para cuando vuelva del Dakar”, confirmó infatigable, Mónica Plaza.
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