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Miguel Rivera, entrenador del CV Teruel: “Aunque sé que hay que empezar a pensar en el futuro, ahora no es lo que más me apetece. Necesito limpiar la mente” Miguel Rivera, entrenador del CV Teruel: “Aunque sé que hay que empezar a pensar en el futuro, ahora no es lo que más me apetece. Necesito limpiar la mente”
El técnico del CV Teruel,?Miguel Rivera, analiza los datos de su tablet durante el partido contra Unicaja . Bykofoto / Archivo

Miguel Rivera, entrenador del CV Teruel: “Aunque sé que hay que empezar a pensar en el futuro, ahora no es lo que más me apetece. Necesito limpiar la mente”

El técnico siente “una mezcla fea de decepción, tristeza, enfado y desilusión”
José Luis Rubio

Con el Club Voleibol Teruel apeado de la pelea por el título de campeón de la Superliga de la temporada, el entrenador del equipo el técnico madrileño Miguel Rivera reconoce con la mirada todavía perdida que éste ha sido el año más difícil de su carrera deportiva.

-¿Qué balance hace de este año que acaba de terminar?

-Ha sido un año muy difícil, muy largo y muy raro. Aunque todo esto no sirve de justificación al hecho de no estar en la final porque ha sido un año difícil para todos los equipos y no es una situación exclusiva del CV Teruel. Ha sido un año muy complicado de gestionar y aunque en tiempo haya sido una temporada más corta que otras veces, ha sido un año muy largo. Solo ha pasado una temporada y a mí me parece que hayan sido cinco.

-¿Qué es lo que ha hecho tan difícil este periodo?

-Todas las situaciones que hemos ido viviendo. No solo la pandemia, que ya de por sí ha hecho que éste haya sido un año especialmente difícil para gestionar los momentos de presión o de dificultad. Cualquier otro año en momentos de dificultad se tienen vías de escape y de desconexión y este año, lógicamente, no existía esa posibilidad. Pero además éste ha sido el año en el que hemos tenido más lesiones y, sobre todo, lesiones de larga duración y en piezas importantes durante el año. Especialmente, en la segunda mitad. Y, lógicamente, eso nos ha condicionado también a la hora de la planificación de los entrenamientos. Además, ha sido un año con muchas situaciones deportivas y extradeportivas que han hecho que desde el principio haya sido un año difícil de gestionar.

-Esta vez ha sido una Superliga supernumeraria con 14 equipos en lugar de 12 y que, además, por los partidos atrasados por la covid se concentraron muchos encuentros en apenas cuatro semanas. ¿Cree que esta circunstancia ha influido para llegar a esta situación?

-No creo que eso haya influido porque al final la liga de 14 ha sido igual para todos. Todos los equipos hemos tenido que aplazar partidos y todos hemos tenido que concentrar partidos en distintas fases de la temporada y todos nos hemos visto implicados en aplazamientos. Nosotros, por suerte, en pocos porque ha habido equipos tenido que aplazar seis u ocho partidos y nosotros solo dos o tres. Por eso no creo que ese haya sido el problema.

-Sin embargo, las lesiones sí llegaron después de ese periodo más intenso de competición

-Sí, pero muchas veces las lesiones son una cuestión de mala suerte. No es solo un hecho de preparación y una rotura de menisco (última lesión sufrida en el equipo, por el colocador Milan Jovanovic) no es una cuestión de preparación sino que es una lesión fortuita, y ya está. Otros años nosotros hemos llegado a la final con todo el equipo en plenas condiciones y otros equipos llegaron con problemas y lesiones, y este año los que hemos tenido que jugar prácticamente toda la segunda vuelta y el playoff hemos sido nosotros.

-Este año apostó por tener en el equipo un único líbero y un solo opuesto. Viendo cómo esa mala a suerte se ha cebado con su vestuario ¿hubiera preferido tener algún repuesto?

-No creo que fuera un error. Cuando confeccionamos la plantilla el año pasado estábamos en un momento muy delicado, en el momento más duro de la pandemia con una incertidumbre económica brutal y teníamos que confeccionar una plantilla con menos recursos de los que teníamos el año anterior. Lógicamente queríamos que se quedara buena parte de la plantilla  porque habían rendido muy bien y estábamos muy contentos con el grupo. Y si se quiere mantener la misma plantilla pero con menos recursos hay que recortar por algún sitio, y en este caso fue en el número de jugadores y nos tocó hacer una plantilla de once jugadores en lugar de doce. A toro pasado no creo que fuese un error porque tanto Jordi (Ramón) como Víctor (Rodríguez) han jugado como opuesto cuando ha faltado Filip (Gavenda), y lo han hecho bien. Y si Aharón (Gámiz, líbero) hubiera tenido algún tipo de lesión teníamos la opción de jugar con Mariano (Vildósola) que no es la primera vez que lo hace porque ya ha jugado como líbero en su carrera. Creo que la plantilla está muy bien confeccionada con los recursos de los que disponíamos en el momento en el que la confeccionamos.

-A propósito del nuevo formato de los playoff con ocho equipos, recuperando el sistema de tres partidos en cuartos de final y semifinales. ¿Supone una presión añadida para los equipos?

-Lógicamente hay menos margen de error, eso es así. Y así se ha visto después de que perdiésemos el primer partido en Manacor vinimos a Teruel con el agua al cuello y la obligación de tener que ganar los dos partidos. Y eso aumenta la presión. Creo que eso también ha hecho una competición mucho más atractiva para el espectador porque ha habido eliminatorias muy bonitas, muy igualas y muy disputadas tanto en cuartos como en semis y esperamos que también lo sea en la final. Creo que aunque eso condicione la hipotética ventaja del factor cancha opino que el hecho de que la competición sea más atractiva es muy positivo porque atrae espectadores y concentra más atención y, a la larga, traerá más patrocinadores y sponsors. Es un formato que ha sido un acierto en cuanto a espectáculo.

-La importancia del factor cancha se ha revelado como un arma de doble filo ante la amenaza de la covid

-No se puede plantear un formato de competición pensando en los positivos por covid. Cuando se plantea una competición se hace pensando en jugarla entera. La aparición de positivos es una circunstancia desafortunada que nadie quiere sufrir. Si nos hubiera pasado a nosotros la semana pasada los dos partidos que hemos perdido en la pista los habríamos perdido sin poder jugarlos. Porque el otro formato al mejor de tres jugando un partido en cada cancha multiplica los gastos, sobre todo en una competición en la que hay cinco equipos no peninsulares porque cada desplazamiento a cualquiera de esas ciudades es muchísimo dinero.

-¿Le sorprendió el rendimiento de Unicaja en la semifinal?

-No, en absoluto. Esperábamos un equipo que pudiera hacer lo que ha hecho. La plantilla de Unicaja son todos jugadores internacionales y eso dice que es un equipo de mucho nivel. En algunos momentos de la temporada se les ha faltado al respeto porque se les ha menospreciado y tildado de incapaz de ganar a otros equipos grandes. Y a mí eso me parece un absoluto sinsentido porque Unicaja es un club histórico y muy acostumbrado a jugar finales y a ganar, y menospreciar así a un grupo lo único que hace es espolearlo. Son jugadores todos muy buenos.  

En algunos momentos se ha pintado a nosotros como súper favoritos cuando realmente somos dos equipos muy igualados, y se ha visto. Hemos disputado dos partidazos súper igualados con alternativas para los dos y con muchas variables en el juego para intentar darle la vuelta. Han sido dos partidas de ajedrez completas por parte de los dos equipos. Ha sido un espectáculo muy bonito.

-Después de ver el juego que ha desplegado Unicaja en las semifinales, ¿cree que el Guaguas ya no es tan favorito?

-Creo que va a ser una final más igualada de lo que se lee por ahí, donde hay gente que da a Guaguas el papel de favorito. Unicaja ha demostrado no solo en la eliminatoria con nosotros sino también contra Soria algo que destacaba su entrenador después del partido y es la capacidad de sufrimiento brutal. Y eso, en las finales, vale mucho.  Es cierto que Guaguas es un equipo muy sólido que tiene muchos puntos fuertes y algunos puntos débiles también pero que sabe hacer valer muy bien esas fortalezas y ocultar las debilidades. Además, cuentan con el factor de jugar un partido más en casa y en una serie a cinco partidos ayuda.

-¿Cuáles son sus sentimientos  tras caer eliminado el CV Teruel?

-Es una mezcla de sensaciones fea de decepción, tristeza, enfado, desilusión. Queríamos jugar la final y realmente creo que hemos tenido posibilidades de jugarla porque Unicaja no nos pasó por encima. Cualquiera de los dos partidos podían haber caído de nuestro lado y ahora no estaríamos hablando de ésto. Pero la realidad es que el equipo ha trabajado bien, se ha esforzado, se ha entregado hasta el final. Y de eso no hay ni media duda. Pero en el deporte de alto rendimiento se nos mide por los resultados y el resultado este año no ha llegado. Todos hemos trabajado mucho pero nosotros no hemos estado acertados en los momentos decisivos. Por eso siento esta rabia, porque confío mucho en este equipo y en el potencial de todos y cada uno de los jugadores que lo integran, y creo que podíamos estar en la final. Por eso me da tanta rabia no poder jugar esta final, porque creo podíamos hacerlo.

-¿Es pronto para pensar en el futuro?

-No sé si es pronto o no, pero ahora mismo es lo último que me apetece. Estoy todavía curando las heridas del fin de semana y realmente necesito dejar pasar unos días e intentar desconectar y limpiar la mente. Aunque sé que hay que empezar a pensar en el futuro, ahora mismo no es lo que más me apetece porque necesito limpiar la mente antes de empezar a pensar en el año que viene