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La Sierra de Albarracín se convierte en un paraíso para no perderse La Sierra de Albarracín se convierte en un paraíso para no perderse
La celebración de la competición tuvo una repercusión económica notable en la comarca. Club Ibón Orientación

La Sierra de Albarracín se convierte en un paraíso para no perderse

Más de 1.300 corredores participan durante el fin de semana en el Trofeo Aragón de Orientación
Javier Gascó
Resulta complicado pensar que una localidad como Orihuela de Tremedal pueda triplicar su población durante todo un puente debido a una competición deportiva. Y todavía más, cuando la disciplina que se práctica es una de las consideradas “minoritarias” dentro del mundo del deporte. Sin embargo, el V Trofeo Aragón de Orientación, organizado por el Club Ibón de Orientación, lo ha hecho posible. Más de 1.300 participantes pusieron a prueba sus capacidades físicas y mentales en un fin de semana intenso en el que la competición se desarrolló entre los municipios de Orihuela y Bronchales. Entre todos los corredores, llegados desde diversos lugares de la geografía nacional e incluso internacional, la sensación era similar. Todos ellos, de diferentes sexos y edades, coincidían en una misma frase: “Con estos terrenos, que son una pasada, no sabéis bien lo que tenéis”.

Cuatro escenarios diferentes y cuatro jornadas para explorarlos a conciencia. Desde el viernes y hasta ayer más de un millar de personas se han perdido -o más bien dicho, han evitado hacerlo- por los bosques y parajes de la Sierra de Albarracín. “Lo mejor que tiene es que es una zona sin explorar y eso permite sacar lo mejor del lugar”, comentaban desde la organización.

Tras una primera jornada de entrenamiento, los competidores tomaron sus mapas y se lanzaron a la aventura el sábado a primera hora de la mañana. La carrera de Media Distancia WRE, valedera para la clasificación de la Copa del Mundo, supuso el inicio de un fin de semana exigente, pero muy “disfrutón”, según la organización. Orihuela del Tremedal acogió la primera de las cinco carreras que se disputaron a lo largo del fin de semana. En un terreno de abetos, pinos y vaguadas, el cartógrafo Mario Vidal y el trazador Alberto Santabárbara prepararon un recorrido técnico, que sirvió como toma de contacto con lo que estaba por venir.

En la misma localidad de la Sierra de Albarracín también tuvo lugar, por la tarde, la carrera de esprint por el casco urbano, que dejó maravillados a muchos de los vecinos de Orihuela: “Una vecina de avanzada edad bajó a hablar con nosotros una vez había terminado la carrera y nos dijo que no se veía tanta gente en el pueblo desde el año 1920”.

El domingo por la mañana, las habilidades técnicas dejaron paso a las capacidades físicas, ya que la prueba de Larga Distancia, también celebrada en los bosques de Orihuela del Tremedal, arrancaba a las 09:30 horas. Tras un largo recorrido por la zona, tratando de localizar todas las postas colocadas por la organización días antes, los miles de participantes regresaron al centro de competición.
El frenesí de actividades continuó al caer la tarde, con cambio de ubicación incluido. Bronchales entró en escena para dar lugar a un espectacular esprint nocturno, que permitió conocer los encantos del casco urbano de la localidad turolense. Tras la cuarta carrera del fin de semana, también hubo tiempo para el jolgorio, con una cena multitudinaria que se alargó lo justo para poder llegar a tiempo y en las mejores condiciones a la carrera de Media Distancia, que ponía el broche a la competición durante la jornada de ayer.

Una enorme repercusión

Orihuela, Bronchales y los municipios vecinos se llenaron de forasteros con ganas de descubrir algunas de las muchas joyas que esconde la provincia a través del deporte. El ambiente se percibía en cada establecimiento de la zona. La fila para comprar el pan en Orihuela del Tremedal salía hasta la calle, mientras que los hoteles y casas rurales tenían casi la totalidad de sus habitaciones ocupadas. Y es que el V Trofeo Aragón Orientación no solo supuso la llegada de los 1.300 participantes, sino también de sus familias y acompañantes, por lo que el impacto económico para la comarca de la Sierra de Albarracín fue notorio.
Además, las virtudes del terreno permitieron que todos los visitantes que compitieron en alguna de las carreras se marchasen con un gran sabor de boca. Así pues, la celebración de este evento puede convertir a la zona en un lugar destacado para la práctica de este deporte entre corredores de toda España, e incluso de fuera del país.
Con vistas al futuro, la organización todavía no tiene certeza de cuándo regresará a la provincia turolense para celebrar otra competición de esta envergadura. No obstante, tiene claro que en algún momento lo hará vista la gran acogida que ha tenido entre los miles de participantes. “Nos gusta ver que la gente disfruta. Para el corredor, encontrarse una carrera así también es un placer. Así que estamos contentos y satisfechos por el trabajo realizado”, confesaba una de las organizadoras al término de la última carrera en Bronchales.

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