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La ausencia de rotaciones lastra el rendimiento de la plantilla del CD Teruel que cuenta con roles muy definidos La ausencia de rotaciones lastra el rendimiento de la plantilla del CD Teruel que cuenta con roles muy definidos
Edu Cabetas es el único insustituible en la línea con mayor número de modificaciones/Bykofoto

La ausencia de rotaciones lastra el rendimiento de la plantilla del CD Teruel que cuenta con roles muy definidos

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El CD Teruel dejó escapar en quince minutos ante el Huesca B una victoria que había amasado a lo largo de 75. Los de Víctor Bravo pagaron en este tiempo su falta de frescura en las piernas y se vieron castigados por las limitaciones de una plantilla en la que el técnico efectuó las mínimas rotaciones para refrescar un once inicial castigado por el esfuerzo físico no solo del propio partido, sino por el que lleva desplegando a lo largo de toda la temporada.

Fijando la vista únicamente en lo sucedido durante la tarde del sábado sobre el césped de Pinilla, en el día del estreno en partido oficial de la nueva iluminación de las instalaciones del Ensanche, invita a pensar que un equipo que busca la promoción bajó los brazos ante un rival tocado que trata de huir del descenso. Sin embargo la realidad va mucho más allá de lo que a priori supone este planteamiento inicial.

Desde hace semanas el CD Teruel viene marcando una cuesta abajo de rendimiento donde el equipo se ha visto muy mermado por una plantilla limitada en el número de jugadores en los que el técnico tiene depositada su confianza. Desde hace mucho tiempo los nombres fijos en el once inicial se repiten semana a semana y las modificaciones llegan en posiciones puntuales en las que el técnico no acaba de encontrar una solución dentro de su gusto entre lo que tiene disponible.

Si hace unos años los más jóvenes seguidores de cualquier equipo repiten sin dudar la alineación titular de su equipo preferido, el mayor desgaste físico al que se ven exigidos los futbolistas durante los últimos años obliga a disponer de plantillas más amplias o en caso contrario toca sufrir primero en los tramos finales de los partidos y posteriormente en el final de la temporada. Lo mismo que le sucede al conjunto rojillo en el transcurso de esta parte de la campaña.

Desde que comenzó el ejercicio 21-22 Víctor Bravo ha mantenido su apuesta por un bloque muy concreto de jugadores que ha permaneido prácticamente inamovible. Taliby es el indiscutible portero titular. De hecho es el único futbolista que ha disputado los 2.700 minutos íntegros del presente ejercicio liguero. La defensa es la línea que ha experimentado un mayor cantidad de modificaciones. Con Edu Cabetas como intocable eje sobre el que ha gravitado el engranaje por las otras tres demarcaciones han rotado un mayor número de inquilinos.

 

Quebradero de cabeza

El lateral derecho se ha convertido en el gran quebradero de cabeza del técnico. Ninguna de los futbolistas encargados de ocupar el carril del 2 ha terminado por asentarse como fijo en sus planes. Kevin Lacruz, comenzó como titular allá por el mes de septiembre. Sin embargo, rápidamente dejó su sitio primero a Hackim, más tarde a Redolar y a Carlos Javier. Este último pareció convertirse en indiscutible durante varias semanas, pero Víctor Bravo solicitó la llegada de un futbolista específico para la demarcación durante el mercado invernal.

Marc Férris fue el deseado, pero su estancia duró apenas un día como consecuencia de la lesión que arrastraba desde hace varios meses. Su lugar lo ocupó Diego Ceballos. De él Víctor valora más sus cualidades ofensivas que defensivas y con esta premisa incluso se ha quedado en varias oportunidades fuera de las convocatorias.

Las dudas en el lateral derecho han tenido consecuencias también en el puesto de central diestro. Carlos Javier y Hackim comenzaron disputándose el puesto. En estas últimas semana el técnico incluso probó con una línea de tres centrales y hasta Javi Hermelo centró unos metros su posición.

La irrupción de Redolar tras la segunda mitad del partido frente al Terrassa pareció atajar momentáneamente las dudas. Sin embargo, la lesión sufrida en la visita a Luchán hace poco más de una semana abría nuevamente el camino a las incógnitas.

Por último dos nombres han alternado en el puesto de lateral izquierdo. Julen Hualde estaba llamado a ser fijo en el puesto del 3. Sin embargo los problemas físicos lastraron su presencia en el once durante varios meses, lcircunstancia que abrió la puerta a Javi Hermelo. El gallego se ha asentado con el paso del tiempo y suyos han sido dos de los tres últimos goles firmados por el CD Teruel. Ahora ambos pugnan por una demarcación de las mejor cubiertas dentro de la plantilla.

 

El resto son fijos

A partir de ahí el once se ha mantenido inamovible desde hace ya muchos meses. Jaime Barrero y Borja Romero llevan la manija constantemente. Junto a ellos inició la temporada Ibra que ante lo que consideraba como poca participación en los planes del entrenador solicitó la baja en el mercado invernal. Para ocupar su lugar llegó Fernando Rodríguez. Formado en las categorías inferiores del Real Madrid inició la temporada en el Real Avilés, un equipo que lucha por huir de la quema en el grupo 1 de esta categoría. Futbolista dotado de buen pie no ha acabado de asentarse. Desde su llegada solo fue titular en la visita al campo del Ebro, donde fue sustituido en el descanso.

Las bandas ofensivas también tienen nombre propio. Alfredo Gutiérrez y David Aparicio tienen un puesto casi garantizado. Kevin ha sido un recambio para ellos y en menor medida también ha participado Tatín Torres, siempre partiendo desde el banquillo.

En ataque Stephane Emana y Guille Andrés se han quedado como únicas soluciones. Ambos repiten presencia constantemente en el once y solo abandonan el terreno tras realizar un enorme desgaste físico. En el inicio de la temporada Fabio Conte apareció como alternativa, pero su presencia se ha reducido notablemente en los últimos choques. La llegada de Javi Comeras estaba destinada a aliviar la carga exigida a sus compañeros. Sin embargo el futbolista cedido por el Villarreal se encuentra más cómodo jugando unos metros por detrás.

 

Experimentos

Con todo Víctor tiene que recurrir a experimentos que a veces no salen como esperaba. Así sucedió el sábado ante el Huesca B. El entrenador optó por sacar a Fernando en el momento en el que tuvo que retirar a Guille Andrés del terreno de juego adelantando la posición de Borja como acompañante de Emaná. En ese momento el equipo se quedó sin la energía que siempre aporta el futbolista andaluz al centro del campo y abrió el camino a la sucesión de cabalgadas rivales en busca de la portería de Taliby.

Esta acumulación de situaciones deja un evidente contraste en el reparto de minutos. Mientras ocho jugadores superan ya la barrera de los 2.000, y David Aparicio se queda a apenes 31 de alcanzar esa cota, conviven otros siete de la actual plantilla que ni tan siquiera acumulan 400. Todo ello en un grupo que destaca por el fuerte ritmo que trata de imprimir a su juego.