El Utrillas tira de coraje para estrenar su casillero de victorias en La Vega (3-2)

Al fin. Primera victoria de la temporada en La Vega del Utrillas, que enlaza dos victorias para dar un salto importante en la tabla cuando los agobios comenzaban a sobrevolar las Cuencas Mineras, y un segundo periodo con tres goles y un futbol sensacional que invita al optimismo.

Los de Pitu Lerga salieron a por todas ante un Belchite 97 que llegaba con la vitola de haber perdido en todas sus salidas hasta el momento, pero visto lo visto en el encuentro de Utrillas, pronto los de José Carlos Collados romperán esa estadística porque se mostraron valientes en un encuentro que tuvo muchas fases de ida y vuelta, un choque realmente entretenido con juego de ataque.

El Utrillas quiso anotar pronto en una salida ciclónica al encuentro que se tradujo en dos oportunidades claras en el primer cuarto de hora. Era Tena el que desperdiciaba la primera oportunidad clara de los locales, y a renglón seguido, en un lanzamiento desde la esquina la tenía Jorge López.

Jugaban muy bien los de Lerga, dominando y robando velozmente la pelota en unos minutos de mucho dinamismo, pisando campo del Belchite 97 y con las líneas altas.
Pero sorprendieron los visitantes en una jugada de estrategia, de hecho en su primer acercamiento de la tarde, cuando un saque de esquina botado desde el perfil derecho del ataque por raso desubicaba a la zaga utrillense, que esperaba la pelota colgada. El zaguero Mario Chorén era el más vivo y conectaba un tiro suave, cruzado, rasito, imposible para el cancerbero local.

Con el cero a uno lo intentaron los turolenses apretando las tuercas a un adversario que se defendía con orden. Alexandre tuvo el empate en un remate de cabeza, pero también los zaragozanos pudieron desplegar un par de contras con la movilidad de Hugo en punta como referencia. Se llegaba al descanso con el cero a uno pero con una buena imagen en el conjunto local, que no merecía ese castigo.

En el segundo periodo se desataron los blancos. El público de La Vega, con muy buen ambiente un domingo más en el campo, también jugó bien su papel y el equipo se vio llevado en volandas a por el empate. Después de un par de acercamientos peligrosos de los de Pitu, al final llegaba a los doce minutos un nuevo saque de esquina que, puesto al segundo palo, encontraba el remate perfecto de Redolar.

Se había conseguido lo más difícil, pero apenas un minuto y medio más tarde, la estrategia y la pelota parada le daban un buen mazazo al Utrillas. Y es que se cumplía la hora de juego cuando una falta lejana a favor de los de Belchite era puesta con maestría por Javier Ambroj para que un clásico de la Tercera como es Cotoño la enviase lejos del alcance de Marco Láinez. Un sensacional disparo desde más de 25 metros que salvó a la barrera y sorprendió a un petrificado meta local.

Pero lo más importante que demostró el Utrillas en su nueva cita dominical fue la capacidad de levantarse. Adrián Hernández había entrado por Mallor y se convirtió en la gran referencia en punta de un equipo que encerró a los de Collados en su parcela.

Las oportunidades ante el marco de David Jiménez comenzaron a llegar en aluvión hasta que a los 67 minutos empataba un Utrillas inspirado. Y de qué manera. Diego Royo cogía la pelota y desde unos treinta metros soltaba un trallazo estratosférico, un misil derecho a la escuadra imposible para el intento del cancerbero zaragozano.

El dos a dos volvió a darle mucha gasolina al equipo de Pitu Lerga, que no tardó en acercarse de nuevo con peligro al portal de David hasta que llegó el tres a dos y la locura en La Vega. 
Adrián Hernández le peleaba una pelota a Diaffara Bah, se la llevaba con coraje y tras ganar en velocidad a su par ponía la pelotita atrás ya casi desde la línea de fondo para que Leandro Torres entrando a placer empujara a las mallas el tres a dos. 

Tatín enloquecía, lo hacían sus compañeros y lo hacía el campo, que pudo al fin celebrar una victoria como local después de un partidazo sensacional. El Utrillas parece haber cogido al fin la rueda buena, seis puntazos de seis posibles y un enorme balón de oxígeno.