Síguenos
El Utrillas se lleva mucho más que un derbi frente al Calamocha (0-1) El Utrillas se lleva mucho más que un derbi frente al Calamocha (0-1)
Los jugadores del Utrillas festejaron la victoria ante el Calamocha

El Utrillas se lleva mucho más que un derbi frente al Calamocha (0-1)

Un gol de Jorge López en el segundo tiempo da el triunfo a los locales en una contienda entretenida y disputada en La Vega
banner click 236 banner 236
Javier Gascó

Un gol de Jorge López en la segunda mitad le permitió al Utrillas desequilibrar la balanza a su favor en una oda al fútbol turolense. El segundo asalto del derbi provincial tuvo de todo y no defraudó a los cientos de aficionados que celebraron, junto a la plantilla local, una victoria que supone mucho más que tres simples puntos.

Utrillenses y calamochinos saltaban al verde de La Vega con ausencias notables en sus onces. Los de casa no contaban con su referente defensivo, Lautaro, por acumulación de cartulinas y los visitantes tenían la baja de su hombre más en forma de cara al gol, Morales. De tal manera, Pitu Lerga y Sergio Lagunas tuvieron que innovar en cierta medida. Cambiaron las alineaciones, pero no la esencia de ambos conjuntos, que propusieron su estilo propio en todo momento. El Calamocha apostó por esperar y el Utrillas quiso controlar. Aunque la propuesta de unos y otros pudo verse una vez superado el frenetismo del arranque.

La intensidad de un derbi se vivió desde el pitido inicial. Buena muestra de ello fue la tarjeta amarilla que el colegiado mostró cuando tan solo se habían disputado un par de minutos. Era lo esperado de un duelo con tanto en juego en el que el Calamocha salió más atrevido. De hecho, los del Jiloca contaron sus dos primeras acciones como acercamientos de cierto peligro. Sin embargo, la más clara fue para Matar, que en el cinco del primer tiempo provocó el primer susto para la zaga calamochina. Su disparo tocó en el costado de la red y el cero no se movió del electrónico.

El ambiente en la grada estaba igual de eléctrico que el choque. La hinchada utrillense protestaba cada una de las decisiones tomadas por el trío arbitral. No solo los veintidós protagonistas eran conscientes de todo lo que había en juego, sino también los cientos de aficionados mineros que acudieron a La Vega para apoyar a los suyos.

Adelanto de líneas

Fueron adelantando líneas los utrillenses a medida que pasaban los minutos. El peligro no terminaba de llegar con claridad a ninguna de las dos porterías. Unai y Marco Láinez tuvieron más trabajo saliendo del área que bajo los palos, y es que los dos conjuntos centraron sus ataques en lanzar balones largos para encontrar la espalda del rival.

El ritmo bajó un poco pasados los primeros veinte minutos, lo que benefició a los locales. Los de Pitu Lerga se adueñaron de la posesión y combinaron con cierta soltura durante varios minutos. Una falta en el costado del área puso en tensión a la defensa calamochina, pero el envío de Casero no encontró destinatario.

El gol no llegaba, pero el duelo estaba entretenido y se podía percibir que el segundo tiempo iba a estar cargado de emoción. Por mucha pelea  e intensidad, el derbi turolense también tuvo espacio para la deportividad. Con Nilton en el suelo, el Calamocha lanzó el balón fuera, el Utrillas se la devolvió y la grada aplaudió el gesto de ambos conjuntos, que ofrecieron una primera mitad entretenida a la par que disputada.

Diez minutos tuvieron que pasar para que llegase la primera ocasión manifiesta del segundo tiempo. Un gran contragolpe bien hilado por los del Jiloca, cuando el Utrillas más dominaba la posesión, acabó con un disparo de Utrilla que se envenenó y que se topó con el palo de la meta de Láinez. La ocasión dio oxígeno a un conjunto visitante que había salido algo aturdido, pero que se volcó en busca del gol después de rozarlo con la punta de los dedos.

Tras el susto, el Utrillas volvió a meterle una marcha menos al choque en busca de un control que no terminaba de llegar. De nuevo la intensidad se apoderó del derbi. El balón volaba en todo momento, pero entonces apareció Matar, con una conducción brillante que terminó en el fondo de la red.

Aspavientos de Lagunas

El excalamochino llegó hasta la línea de fondo y la puso atrás. Jorge López apareció para enviarla al fondo de la red. Si un minuto antes era el esférico lo que volaba, ahora era la camiseta del centrocampista la que lo hacía. López salía corriendo hacia la banda, con el torso al descubierto para celebrar un gol que desató el delirio en La Vega y terminó de poner nerviosos a los del Jiloca.

Sergio Lagunas no paraba de hacer aspavientos en el banquillo en busca de soluciones que no terminaban de llegar a falta de diez minutos para el término del encuentro. Sin Morales y por detrás en el marcador, Monge perdió los papeles y el derbi terminó de calentarse. El central calamochino agredió a Gorgas sin balón de por medio y dejó a los suyos con diez en el peor momento del partido.

El zaguero del Utrillas tuvo que ser vendado por un corte en la cabeza, por lo que el partido se detuvo durante varios minutos. En la reanudación, Lagunas introdujo variaciones para tratar de igualar una contienda en la que los suyos los suyos se mostraron incómodos con y sin balón.

La emoción se podía cortar con cuchillo cuando el reloj indicaba el final de los noventa minutos. El descuento pasaba demasiado rápido para el Calamocha y demasiado lento para el Utrillas. Cada córner se vivía de manera distinta en una y en otra área. Los del Jiloca trataron de empatar desde la esquina, pero la acción terminó con una melé más propia del rugby que del balompié. En el otro lado de la cancha, Tatín, que jugó todo un partidazo, y Adrián corrían hacia el banderín para tratar de rascarle segundos al crono, con ventaja a su favor.

Con el pitido final, la euforia se apoderó de La Vega y los jugadores se unieron al Frente Minero en una explosión de alegría tras haber conseguido mucho más que tres puntos frente a un rival muy directo por la salvación. Los jugadores de blanco celebraban, mientras los de rojo enfilaban, cabizbajos, el camino hacia los vestuarios. Los tres puntos y el gol average particular se quedaban en Utrillas.