Aharón Gámiz y Áxel Téllez se abrazan al término del encuentro
El Pamesa Teruel se despide de la temporada con sabor amargo (3-1)
El equipo de Torcello cae en Los Pajaritos con polémica y se queda a las puertas de la final por el título
Se terminó la temporada para el Pamesa Teruel después de caer por 3-1 en el tercer partido de la eliminatoria ante el Río Duero Soria. El equipo de Maxi Torcello mostró una buena imagen en Los Pajaritos, pero no pudo hacer frente al acierto celeste después de llevarse el primer set. De nuevo con polémica, el conjunto de Alberto Toribio se impuso y dejó sin el premio de disputar la final por el título al cuadro naranja, que se marchó muy enfadado a pesar de la magnífica temporada, que tuvo recompensa en forma de aplauso por los cientos de seguidores turolenses desplazados hasta Soria.
El choque más importante del curso arrancaba con la igualdad característica de los enfrentamientos entre el Río Duero Soria y el Pamesa Teruel. Los naranjas empezaron mucho más concentrados que el sábado, lo que les permitió soportar los potentes ataques de Pepe Villalba y Juan Pablo Moreno (6-6). Los centrales y Pernambuco pasaron a ser los referentes ofensivos del cuadro turolense, que peleaba cada balón hasta el final. El opuesto brasileño hacía saltar al banquillo naranja al rematar una acción trabajada para poner a los suyos por delante. Sin embargo, los locales no querían dejarle ni un mínimo margen a los visitantes, por lo que se pusieron el mono de trabajo para volver a colocarse por encima en el marcador (13-10).
Los naranjas, dispuestos a volver a una final, remaron para poner la igualada en el primer set. No obstante, la Curva Soriana fue la que celebró los siguientes tantos debido a un cúmulo de errores no forzados por parte de los muchachos de Torcello (16-13). Lo intentó Ferrández, pero Moreno agrandó la renta de los suyos para generar nerviosismo en el bando aragonés. Un punto eterno, en el que las defensas destacaron por encima de los ataques, terminó con la primera polémica de la tarde. Vildósola vio la cartulina roja, pero el electrónico no se movió para beneficio del Pamesa Teruel. Áxel Téllez hundió la pelota en la cancha soriana para volver a poner a los suyos a tan solo dos puntos y forzar a Toribio a pedir un tiempo muerto. Situación crítica salvada con éxito (19-17).
La conexión mexicano-argentina formada por Áxel Téllez y Mariano Vildósola dio sus frutos en la red. Dos bloqueos fantásticos devolvían la igualada a Los Pajaritos (19-19). El saque de Pernambuco y los errores de Juan Pablo Moreno permitían sumar de dos en dos a los naranjas, que entraban en la recta final de la primera manga con dos puntos de ventaja en el marcador (19-21). Concentrados y enrabietados tras la derrota del sábado, los jugadores turolenses querían marcar las diferencias para llevarse un igualado primer capítulo. Pero entonces fue Villalba el que desequilibró la balanza y puso el empate a 23, contestado con un gran primer tiempo de Víctor Méndez (23-24). La primera bola de set fue salvada por el equipo de Alberto Toribio, pero a la segunda el equipo de Torcello no perdonó. Víctor Méndez se hizo gigante en la red para sumar el primero de la tarde (25-27).
La marea naranja era consciente de que el primer paso ya estaba dado y los jugadores alentaban a su hinchada para que no dejase de animar. La final estaba un poco más cerca. El Pamesa Teruel defendía con uñas y dientes cada punto. El primero de la segunda manga lo finiquitaba Pernambuco con un potente manotazo tras una magnífica defensa de Rubén Lorente. Los turolenses, acertados en la recepción, atacaban con mucha efectividad. Vildósola ponía continuamente en apuros al bloque celeste, que se mantenía vivo en el partido por acciones acertadas de Lucas Lorente y Pelegrín Vargas (3-5). Las cosas le estaban saliendo incluso mejor de los esperado al equipo visitante. Los sorianos no encontraban huecos en el muro turolense y tenían que detener el partido porque el Pamesa Teruel estaba viviendo un momento de mucha lucidez (3-7). El tiempo muerto le sentó mejor al Río Duero Soria que al cuadro turolense, que en su regreso a pista sufrió para detener el aluvión soriano. Torcello repitió la estrategia de Toribio. Había que mantener la ventaja para prolongar el buen momento (6-7). Ferrández, con un buen block out a costa de Moreno, y Rubén Lorente, con un bloqueo efectivo en la red, mantuvieron la renta naranja (7-9).
Las diferencias iban de uno a tres puntos, pero siempre a favor de los de Teruel. El saque de Juan Pablo Moreno amenazaba el dominio naranja, pero Vildósola volvía a imponerse para dejar a los suyos por arriba en el electrónico. De nuevo, la presión en el tejado de los sorianos (11-14). Sin embargo, el vigente campeón de Copa se reponía una y otra vez. La igualada ponía picante al partido. David Fernández le mostraba la cartulina roja al Pamesa Teruel por protestar y el 15-15 subía al marcador. Una vez más con polémica, el Río Duero Soria se ponía por delante por primera vez en el segundo set. La tensión no le sentó nada bien a Pernambuco, que erró en un par de remates y obligó a Torcello a pedir tiempo muerto (17-15). Tras los mejores minutos del Pamesa Teruel llegó la esperada reacción celeste. Pelegrín Vargas confirmó, con un ataque muy bien ejecutado, el despertar de los locales para llegar al vigésimo punto antes que su oponente (20-16). Los chicos de Alberto Toribio dejaban en nada el esfuerzo naranja que había llevado al Pamesa a dominar en buena parte del set y se adueñaban del segundo episodio de la tarde. Los turolenses debían reencontrarse si querían plantarle cara a un mejorado Río Duero Soria (25-20).
La igualdad del marcador hacía pensar en un partido de cinco sets. Celestes y naranjas no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer, por lo que la tercera manga arrancaba con duelo de remates en la red. Pernambuco pegaba y Villalba contestaba. Las diferencias eran ínfimas(5-4). En ese contexto, la precisión soriana marcó la diferencia. Las dos defensas salvaban pelotas casi imposibles, pero el ataque celeste estaba un punto por encima del naranja. La diferencia llegaba hasta los tres puntos y el Pamesa empezaba a meterse en problemas (9-6). Con una recepción mucho más acertada, el Río Duero Soria dificultó mucho las tareas de elaboración del equipo de Maxi Torcello, que tenía que encontrar soluciones antes de que los locales se adueñasen del set. Tiempo muerto necesario para salir del socavón emocional en el que se encontraba el cuadro aragonés (14-8).
El nivel de la semifinal era altísimo, por lo que había que trabajar cada punto como si fuese el último. La dupla brasileña del Pamesa Teruel lo hacía con éxito para volver a acercarse en el electrónico (16-13). Coutinho era el que más enchufado estaba por parte de los turolenses y sus bloqueos daban alas al equipo que no sabe de rendición. Dos puntos distanciaban a los candidatos a la final cuando el servicio turolense beneficiaba a los sorianos. Lucas Lorente ponía el veinte en el electrónico soriano y dejaba contra las cuerdas al equipo de Los Planos. Perder el tercer set podía ser un mazazo anímico tremendo, así que Pernambuco comenzó su rotación de saque con intención de poner el empate (20-18). Fue Rubén Lorente el que llevó al Teruel hasta la orilla. El colocador puso un buen bloqueo en red para poner en apuros a los castellanoleoneses. Áxel Téllez empató la batalla con un saque directo y la hinchada naranja se vino arriba. Recuperaba las buenas sensaciones el equipo turolense (23-23). Entonces Méndez se comió un bloqueo de Junior y la primera bola de set cayó para el lado local. Un nuevo error de concentración, similar al que le dio el triunfo a Soria el sábado, decantó la tercera manga. Todo se ponía un poco más cuesta arriba para el Pamesa Teruel (25-23).
Con todo en contra, la marea naranja gritaba para hacer reaccionar a los suyos. Aunque los cuatro primeros puntos caían del lado celeste. Momento crítico para los de Torcello, que pedía un nuevo tiempo muerto (4-0). No estaba todo dicho por parte del bloque naranja, que conseguía un parcial favorable para devolver el empate al marcador y meter a los suyos en la pelea (6-6). Ferrández era ahora el que lanzaba bombas punto tras punto. Su potencia guiaba al equipo, pero los celestes seguían con dos de ventaja hasta llegar al ecuador del set. Fue entonces cuando el Pamesa encadenó otra buena racha para ponerse uno por encima (11-12). La igualdad volvía a ganar protagonismo en Los Pajaritos. El Pamesa volvía a dar muestras de que sufrir se le da de maravilla y Pernambuco volvía a enchufar a la afición turolense (15-16). Sin embargo, el partido se podía escapar en cualquier acción. Cada punto se celebraba con rabia y los naranjas sabían que la batalla debía resolverse en un nuevo tie break para la historia (18-18).
El Río Duero Soria llegó primero a los veintes, aunque solo con uno de ventaja y Vildósola volvió a poner el empate. Llegaba el momento de la verdad y Pernambuco le daba la ventaja al Pamesa Teruel (20-21). Una polémica decisión arbitral y un fallo de Vildósola le dejaba el triunfo en bandeja al equipo soriano. Pernambuco la enviaba fuera y ponía la primera bola de partido para el Río Duero Soria, pero Ferrández la salvaba para alargar la temporada. Duró bien poco la alegría, ya que Téllez envió su saque más allá de los límites de la pista y los locales se hicieron con el billete para la final (25-23).
El enfado de los jugadores se contrarrestaba con los incansables gritos de apoyo de la afición turolense. Entre lágrimas la plantilla del Pamesa Teruel se despidió de una buena temporada que no tendrá el premio final de pelear por el título liguero.
El choque más importante del curso arrancaba con la igualdad característica de los enfrentamientos entre el Río Duero Soria y el Pamesa Teruel. Los naranjas empezaron mucho más concentrados que el sábado, lo que les permitió soportar los potentes ataques de Pepe Villalba y Juan Pablo Moreno (6-6). Los centrales y Pernambuco pasaron a ser los referentes ofensivos del cuadro turolense, que peleaba cada balón hasta el final. El opuesto brasileño hacía saltar al banquillo naranja al rematar una acción trabajada para poner a los suyos por delante. Sin embargo, los locales no querían dejarle ni un mínimo margen a los visitantes, por lo que se pusieron el mono de trabajo para volver a colocarse por encima en el marcador (13-10).
Igualdad en todo momento
Los naranjas, dispuestos a volver a una final, remaron para poner la igualada en el primer set. No obstante, la Curva Soriana fue la que celebró los siguientes tantos debido a un cúmulo de errores no forzados por parte de los muchachos de Torcello (16-13). Lo intentó Ferrández, pero Moreno agrandó la renta de los suyos para generar nerviosismo en el bando aragonés. Un punto eterno, en el que las defensas destacaron por encima de los ataques, terminó con la primera polémica de la tarde. Vildósola vio la cartulina roja, pero el electrónico no se movió para beneficio del Pamesa Teruel. Áxel Téllez hundió la pelota en la cancha soriana para volver a poner a los suyos a tan solo dos puntos y forzar a Toribio a pedir un tiempo muerto. Situación crítica salvada con éxito (19-17).
La conexión mexicano-argentina formada por Áxel Téllez y Mariano Vildósola dio sus frutos en la red. Dos bloqueos fantásticos devolvían la igualada a Los Pajaritos (19-19). El saque de Pernambuco y los errores de Juan Pablo Moreno permitían sumar de dos en dos a los naranjas, que entraban en la recta final de la primera manga con dos puntos de ventaja en el marcador (19-21). Concentrados y enrabietados tras la derrota del sábado, los jugadores turolenses querían marcar las diferencias para llevarse un igualado primer capítulo. Pero entonces fue Villalba el que desequilibró la balanza y puso el empate a 23, contestado con un gran primer tiempo de Víctor Méndez (23-24). La primera bola de set fue salvada por el equipo de Alberto Toribio, pero a la segunda el equipo de Torcello no perdonó. Víctor Méndez se hizo gigante en la red para sumar el primero de la tarde (25-27).
La marea naranja era consciente de que el primer paso ya estaba dado y los jugadores alentaban a su hinchada para que no dejase de animar. La final estaba un poco más cerca. El Pamesa Teruel defendía con uñas y dientes cada punto. El primero de la segunda manga lo finiquitaba Pernambuco con un potente manotazo tras una magnífica defensa de Rubén Lorente. Los turolenses, acertados en la recepción, atacaban con mucha efectividad. Vildósola ponía continuamente en apuros al bloque celeste, que se mantenía vivo en el partido por acciones acertadas de Lucas Lorente y Pelegrín Vargas (3-5). Las cosas le estaban saliendo incluso mejor de los esperado al equipo visitante. Los sorianos no encontraban huecos en el muro turolense y tenían que detener el partido porque el Pamesa Teruel estaba viviendo un momento de mucha lucidez (3-7). El tiempo muerto le sentó mejor al Río Duero Soria que al cuadro turolense, que en su regreso a pista sufrió para detener el aluvión soriano. Torcello repitió la estrategia de Toribio. Había que mantener la ventaja para prolongar el buen momento (6-7). Ferrández, con un buen block out a costa de Moreno, y Rubén Lorente, con un bloqueo efectivo en la red, mantuvieron la renta naranja (7-9).
Mínimas diferencias
Las diferencias iban de uno a tres puntos, pero siempre a favor de los de Teruel. El saque de Juan Pablo Moreno amenazaba el dominio naranja, pero Vildósola volvía a imponerse para dejar a los suyos por arriba en el electrónico. De nuevo, la presión en el tejado de los sorianos (11-14). Sin embargo, el vigente campeón de Copa se reponía una y otra vez. La igualada ponía picante al partido. David Fernández le mostraba la cartulina roja al Pamesa Teruel por protestar y el 15-15 subía al marcador. Una vez más con polémica, el Río Duero Soria se ponía por delante por primera vez en el segundo set. La tensión no le sentó nada bien a Pernambuco, que erró en un par de remates y obligó a Torcello a pedir tiempo muerto (17-15). Tras los mejores minutos del Pamesa Teruel llegó la esperada reacción celeste. Pelegrín Vargas confirmó, con un ataque muy bien ejecutado, el despertar de los locales para llegar al vigésimo punto antes que su oponente (20-16). Los chicos de Alberto Toribio dejaban en nada el esfuerzo naranja que había llevado al Pamesa a dominar en buena parte del set y se adueñaban del segundo episodio de la tarde. Los turolenses debían reencontrarse si querían plantarle cara a un mejorado Río Duero Soria (25-20).
La igualdad del marcador hacía pensar en un partido de cinco sets. Celestes y naranjas no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer, por lo que la tercera manga arrancaba con duelo de remates en la red. Pernambuco pegaba y Villalba contestaba. Las diferencias eran ínfimas(5-4). En ese contexto, la precisión soriana marcó la diferencia. Las dos defensas salvaban pelotas casi imposibles, pero el ataque celeste estaba un punto por encima del naranja. La diferencia llegaba hasta los tres puntos y el Pamesa empezaba a meterse en problemas (9-6). Con una recepción mucho más acertada, el Río Duero Soria dificultó mucho las tareas de elaboración del equipo de Maxi Torcello, que tenía que encontrar soluciones antes de que los locales se adueñasen del set. Tiempo muerto necesario para salir del socavón emocional en el que se encontraba el cuadro aragonés (14-8).
El nivel de la semifinal era altísimo, por lo que había que trabajar cada punto como si fuese el último. La dupla brasileña del Pamesa Teruel lo hacía con éxito para volver a acercarse en el electrónico (16-13). Coutinho era el que más enchufado estaba por parte de los turolenses y sus bloqueos daban alas al equipo que no sabe de rendición. Dos puntos distanciaban a los candidatos a la final cuando el servicio turolense beneficiaba a los sorianos. Lucas Lorente ponía el veinte en el electrónico soriano y dejaba contra las cuerdas al equipo de Los Planos. Perder el tercer set podía ser un mazazo anímico tremendo, así que Pernambuco comenzó su rotación de saque con intención de poner el empate (20-18). Fue Rubén Lorente el que llevó al Teruel hasta la orilla. El colocador puso un buen bloqueo en red para poner en apuros a los castellanoleoneses. Áxel Téllez empató la batalla con un saque directo y la hinchada naranja se vino arriba. Recuperaba las buenas sensaciones el equipo turolense (23-23). Entonces Méndez se comió un bloqueo de Junior y la primera bola de set cayó para el lado local. Un nuevo error de concentración, similar al que le dio el triunfo a Soria el sábado, decantó la tercera manga. Todo se ponía un poco más cuesta arriba para el Pamesa Teruel (25-23).
Polémico desenlace
Con todo en contra, la marea naranja gritaba para hacer reaccionar a los suyos. Aunque los cuatro primeros puntos caían del lado celeste. Momento crítico para los de Torcello, que pedía un nuevo tiempo muerto (4-0). No estaba todo dicho por parte del bloque naranja, que conseguía un parcial favorable para devolver el empate al marcador y meter a los suyos en la pelea (6-6). Ferrández era ahora el que lanzaba bombas punto tras punto. Su potencia guiaba al equipo, pero los celestes seguían con dos de ventaja hasta llegar al ecuador del set. Fue entonces cuando el Pamesa encadenó otra buena racha para ponerse uno por encima (11-12). La igualdad volvía a ganar protagonismo en Los Pajaritos. El Pamesa volvía a dar muestras de que sufrir se le da de maravilla y Pernambuco volvía a enchufar a la afición turolense (15-16). Sin embargo, el partido se podía escapar en cualquier acción. Cada punto se celebraba con rabia y los naranjas sabían que la batalla debía resolverse en un nuevo tie break para la historia (18-18).
El Río Duero Soria llegó primero a los veintes, aunque solo con uno de ventaja y Vildósola volvió a poner el empate. Llegaba el momento de la verdad y Pernambuco le daba la ventaja al Pamesa Teruel (20-21). Una polémica decisión arbitral y un fallo de Vildósola le dejaba el triunfo en bandeja al equipo soriano. Pernambuco la enviaba fuera y ponía la primera bola de partido para el Río Duero Soria, pero Ferrández la salvaba para alargar la temporada. Duró bien poco la alegría, ya que Téllez envió su saque más allá de los límites de la pista y los locales se hicieron con el billete para la final (25-23).
El enfado de los jugadores se contrarrestaba con los incansables gritos de apoyo de la afición turolense. Entre lágrimas la plantilla del Pamesa Teruel se despidió de una buena temporada que no tendrá el premio final de pelear por el título liguero.
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