Pernambuco supera un bloqueo rival durante el segundo partido de las semifinales ante el Río Duero Soria. RFEVB
El Pamesa Teruel cae ante Río Duero Soria y tendrá que jugar el tercer partido (3-1)
El encuentro que definirá al equipo finalista tendrá lugar en el día de hoy a las 18:00 horas de nuevo en Los Pajaritos
El Pamesa Teruel cayó ayer ante Río Duero Soria justo en el momento en el que invocaban a la épica. Tal y como ocurrió en el primer partido, los naranjas arrancaron con mal pie el partido, perdiendo los dos primeros sets. No obstante, en el tercero y en el cuarto despertaron para poner las cosas interesantes, pero justo en el momento en el que podían alargar el partido al quinto set, aparecieron dos errores garrafales que los obligan a disputar el tercer partido. Un encuentro que tendrá lugar en el día de hoy a las 18:00 horas.
Con todo dispuesto para que diera comienzo el partido, la primera oportunidad de ataque del encuentro la tuvo Río Duero Soria, quien la resolvió favorablemente sin demasiados problemas, ya que Pernambuco tocó la red y el primer punto soriano subió al luminoso. Este era el primero de muchos, y es que, dada la magnitud del enfrentamiento, se preveía un choque muy disputado.
El sonido de las trompetas conformaba la atmósfera del partido, mientras tanto, en la pista los dos equipos comenzaban probándose con el primer tanteo y repartiéndose los tantos de manera equilibrada. Las recepciones de ambos equipos funcionaban a la perfección y la igualada era la tónica general.
Conforme el primer set fue entrando más en juego, el Río Duero Soria fue imponiendo su yugo. Varios errores turolenses consecutivos dieron alas a los locales, que empezaron a castigar la recepción de los naranjas y consiguieron abrir una brecha en el marcador (14-7). Una situación que obligó a Maxi Torcello a detener el partido para tratar de promover la reacción naranja.
El equipo escuchó a Maxi y en lo siguientes puntos consiguió recortar distancias, sin embargo, no fue suficiente, ya que los locales siguieron teniendo una ventaja suficiente. Con este contexto, los dos equipos se adentraron en el tramo final de este primer set.
Daba la sensación de que la recepción iba a ser la que marcara la diferencia, y es que ambos equipos tenían en sus filas a grandes atacantes, que eran capaces de superar los bloqueos en la red, de manera que aquel que consiguiera levantar los misiles rivales sería quien podría contar con más opciones. En este sentido, el primer pulso se lo terminó llevando Río Duero Soria, que fue capaz de mantener esa ventaja en el marcador y castigar con mayor eficacia la recepción naranja.
El segundo set arrancó como el inicio del primero. Volvió la igualdad al marcador, aunque ahora con un Pamesa Teruel más serio en el ataque y generando más problemas a la recepción soriana. No obstante, seguían siendo los locales los que comandaban el tanteo.
En ese momento, tal y como había ocurrido en el primer set, Villalba y Pelegrín volvieron a aparecer por ambos costados para romper esa igualada y ganar cierta ventaja (10-6).
Con este escenario, la tensión en la cancha y fuera de ella iba en aumento. Los jugadores protestaban de manera continúa y los banquillos también intercambiaban algunas palabras. Fruto de ello la árbitro se vio obligada a sacar una tarjeta amarilla a un jugador turolense primero y a uno soriano después. Además, esta tensión pasó factura a ambos equipos, que cayeron en ciertas imprecisiones a la hora de construir su juego ofensivo. No obstante, el equipo que salió más perjudicado fue el Río Duero Soria, que permitió que los turolenses se acercaran bastante en el tramo final del segundo parcial (18-16).
Esto fue un espejismo, pues, cuando los locales sintieron el aliento de los naranjas cerca, los sorianos volvieron a imponer su ley con auténticos latigazos que les permitieron cerrar el parcial de manera favorable (25-19), aunque no sin que, antes, el líbero soriano viera la cartulina roja, que concedía un punto a los naranjas, por las reiteradas protestas, y es que la tensión se cortaba en el ambiente.
De esta manera, tal y como sucedió en el primer partido en Los Planos, los de Soria conseguían poner muy de cara el partido con estos dos sets decantados para su lado.
En el tercer asalto, los turolenses comenzaron cambiando el guion. A los de Torcello les había tocado sufrir durante los dos primeros sets, sin embargo, ahora eran estos los que llevaban la iniciativa. Así pues, en esta ocasión era Toribio el que se veía obligado a pedir un tiempo muerto para aclarar las ideas de los suyos.
La parroquia naranja era otra y, por primera vez en el partido, Soria se estaba viendo barrido por los visitantes, que habían conseguido mover el partido del 4-2 al 4-12. Con esta situación, la marea naranja trasladada a Soria comenzó a hacer más ruido para demostrarle el apoyo a los suyos y esto surtió efecto, pues los naranjas se crecieron y continuaron dominando, sin que nada pudieran hacer los sorianos, que atravesaban su peor momento.
Este giro de los acontecimientos no fue casualidad, y es que los de Torcello experimentaron una seria mejora en el saque y en la red, de manera que fueron capaces de romper la recepción soriana con mayor eficacia y, fruto de ello, consiguieron llevarse el tercer set por 12-25 y forzar así el cuarto.
En el cuarto round Soria se recompuso y quiso volver a instaurar el régimen que se había vivido en el primer y el segundo set. No obstante, en esta ocasión los naranjas tenían a un Pernambuco completamente desatado y a unas alas muy activas, con Ferrández y Vildósola, que no permitían que los locales cobrasen ventaja. Con este panorama, los dos equipos llegaron completamente igualados al tramo final del set (25-25). En ese momento, el menos indicado, aparecieron los errores naranjas para concederle el set y, por tanto, el partido a sus rivales. Pernambuco falló un saque y, en la siguiente acción, la falta de entendimiento entre Rubén Lorente y el propio Pernambuco materializaron la victoria soriana, con la que fuerzan el tercer partido, que se disputará este domingo.
Con todo dispuesto para que diera comienzo el partido, la primera oportunidad de ataque del encuentro la tuvo Río Duero Soria, quien la resolvió favorablemente sin demasiados problemas, ya que Pernambuco tocó la red y el primer punto soriano subió al luminoso. Este era el primero de muchos, y es que, dada la magnitud del enfrentamiento, se preveía un choque muy disputado.
El sonido de las trompetas conformaba la atmósfera del partido, mientras tanto, en la pista los dos equipos comenzaban probándose con el primer tanteo y repartiéndose los tantos de manera equilibrada. Las recepciones de ambos equipos funcionaban a la perfección y la igualada era la tónica general.
Conforme el primer set fue entrando más en juego, el Río Duero Soria fue imponiendo su yugo. Varios errores turolenses consecutivos dieron alas a los locales, que empezaron a castigar la recepción de los naranjas y consiguieron abrir una brecha en el marcador (14-7). Una situación que obligó a Maxi Torcello a detener el partido para tratar de promover la reacción naranja.
El equipo escuchó a Maxi y en lo siguientes puntos consiguió recortar distancias, sin embargo, no fue suficiente, ya que los locales siguieron teniendo una ventaja suficiente. Con este contexto, los dos equipos se adentraron en el tramo final de este primer set.
Daba la sensación de que la recepción iba a ser la que marcara la diferencia, y es que ambos equipos tenían en sus filas a grandes atacantes, que eran capaces de superar los bloqueos en la red, de manera que aquel que consiguiera levantar los misiles rivales sería quien podría contar con más opciones. En este sentido, el primer pulso se lo terminó llevando Río Duero Soria, que fue capaz de mantener esa ventaja en el marcador y castigar con mayor eficacia la recepción naranja.
El segundo set arrancó como el inicio del primero. Volvió la igualdad al marcador, aunque ahora con un Pamesa Teruel más serio en el ataque y generando más problemas a la recepción soriana. No obstante, seguían siendo los locales los que comandaban el tanteo.
En ese momento, tal y como había ocurrido en el primer set, Villalba y Pelegrín volvieron a aparecer por ambos costados para romper esa igualada y ganar cierta ventaja (10-6).
Con este escenario, la tensión en la cancha y fuera de ella iba en aumento. Los jugadores protestaban de manera continúa y los banquillos también intercambiaban algunas palabras. Fruto de ello la árbitro se vio obligada a sacar una tarjeta amarilla a un jugador turolense primero y a uno soriano después. Además, esta tensión pasó factura a ambos equipos, que cayeron en ciertas imprecisiones a la hora de construir su juego ofensivo. No obstante, el equipo que salió más perjudicado fue el Río Duero Soria, que permitió que los turolenses se acercaran bastante en el tramo final del segundo parcial (18-16).
Esto fue un espejismo, pues, cuando los locales sintieron el aliento de los naranjas cerca, los sorianos volvieron a imponer su ley con auténticos latigazos que les permitieron cerrar el parcial de manera favorable (25-19), aunque no sin que, antes, el líbero soriano viera la cartulina roja, que concedía un punto a los naranjas, por las reiteradas protestas, y es que la tensión se cortaba en el ambiente.
De esta manera, tal y como sucedió en el primer partido en Los Planos, los de Soria conseguían poner muy de cara el partido con estos dos sets decantados para su lado.
En el tercer asalto, los turolenses comenzaron cambiando el guion. A los de Torcello les había tocado sufrir durante los dos primeros sets, sin embargo, ahora eran estos los que llevaban la iniciativa. Así pues, en esta ocasión era Toribio el que se veía obligado a pedir un tiempo muerto para aclarar las ideas de los suyos.
La parroquia naranja era otra y, por primera vez en el partido, Soria se estaba viendo barrido por los visitantes, que habían conseguido mover el partido del 4-2 al 4-12. Con esta situación, la marea naranja trasladada a Soria comenzó a hacer más ruido para demostrarle el apoyo a los suyos y esto surtió efecto, pues los naranjas se crecieron y continuaron dominando, sin que nada pudieran hacer los sorianos, que atravesaban su peor momento.
Este giro de los acontecimientos no fue casualidad, y es que los de Torcello experimentaron una seria mejora en el saque y en la red, de manera que fueron capaces de romper la recepción soriana con mayor eficacia y, fruto de ello, consiguieron llevarse el tercer set por 12-25 y forzar así el cuarto.
En el cuarto round Soria se recompuso y quiso volver a instaurar el régimen que se había vivido en el primer y el segundo set. No obstante, en esta ocasión los naranjas tenían a un Pernambuco completamente desatado y a unas alas muy activas, con Ferrández y Vildósola, que no permitían que los locales cobrasen ventaja. Con este panorama, los dos equipos llegaron completamente igualados al tramo final del set (25-25). En ese momento, el menos indicado, aparecieron los errores naranjas para concederle el set y, por tanto, el partido a sus rivales. Pernambuco falló un saque y, en la siguiente acción, la falta de entendimiento entre Rubén Lorente y el propio Pernambuco materializaron la victoria soriana, con la que fuerzan el tercer partido, que se disputará este domingo.
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