Villa trata de rematar un balón en la primera mitad. Antonio García/Bykofoto
El Gimnástic acaba con la imbatibilidad del CD Teruel en Pinilla (0-1)
Una jugada a balón parado deja sin premio al bloque rojillo tras un encuentro de igualdad total
Se acabó la racha de imbatibilidad para el CD Teruel en Pinilla. Tras 88 minutos de igualdad total, el Gimnástic aprovechó un córner para llevarse los tres puntos del fortín rojillo en un encuentro en el que los de Víctor Bravo centraron todos sus esfuerzos en defenderse. Tras encajar el único tanto de la mañana, el bloque turolense pudo empatar en una alocada recta final, pero el gol se resistió y veinte partidos después, el CD Teruel volvió a caer frente a su gente.
Comenzó el CD Teruel más centrado en defender que en atacar ante un inicio potente del Gimnástic de Tarragona, que quiso evitar a toda costa que los de casa pudieran sentirse cómodos con el balón durante los primeros compases del encuentro. Sin embargo, los de Víctor Bravo fueron deshaciéndose de la presión rival y comenzaron a ganar presencia en campo rival a medida que avanzaban los minutos. Fue por medio del balón parado cómo el cuadro rojillo consiguió el primer acercamiento al área contraria, aunque su córner no obtuvo recompensa y al equipo le tocó seguir trabajando para ganarle metros a su oponente.
En la primera media hora de encuentro, el bloque rojillo apenas pudo generarle ocasiones claras a su oponente que sin llegar a a complicarle la vida a los aragoneses dispuso del dominio del balón en la mayor parte de minutos. Los de Víctor Bravo mostraron una vez más que mantenerse cerrados e ir ingeniando un plan basado en la contención no les desagrada.
Gabarre fue la referencia ofensiva, por lo que los envíos procedentes de la zaga buscaban su cabeza continuamente. Esa era la fórmula utilizada por los turolenses para hacer trabajar a la defensa del cuadro catalán.
El guion se asemejaba bastante al del duelo ante la Real Sociedad B, en el que el equipo se mantuvo firme en defensa para contrarrestar el poderío ofensivo de sus rivales. Arnau Gaixas, que partía como jefe de la defensa este domingo, lo tenía claro y no dejaba ni respirar a ninguno de los dos delanteros que Dani Vidal, técnico de Gimnástic, puso sobre el verde de Pinilla. De hecho, pasada la media hora de juego, el central vio la cartulina amarilla por una entrada a destiempo.
En la recta final del primer tiempo, la fortuna se alió con Taliby para que el esférico no se colase en su portería. El guardameta cubrió bien su zona y el disparo del delantero tarraconense no entró por muy poco. Tocaba mejorar, sobre todo en la elaboración, si se quería mantener el registro de imbatibilidad en casa.
El aviso no le vino nada mal al bloque rojillo, que antes de enfilar el camino hacia los vestuarios tuvo sus mejores minutos, con posesiones trabajadas y un par de centros laterales que no pudieron encontrar la cabeza de los rematadores, pero que dejaron una sensación positiva en la grada de Pinilla. El arreón final del CD Teruel generó aplausos entre la afición cuando el colegiado indicó el final de una primera mitad entretenida a pesar de las escasas ocasiones para ambos conjuntos.
Por el momento, el plan de Víctor Bravo funcionaba mejor a nivel defensivo que a nivel ofensivo. Si no había ningún cambio, todo empezaba a coger forma de un nuevo 0-0, el tercero de la temporada para los turolenses.
Con la intención de evitarlo, o de asegurarlo, el técnico de los turolenses sustituyó a Nacho Castillo por Facu García para aportarle todavía más solidez al centro del campo rojilo. El argentino, siempre contundente, trató de cambiar de manos el dominio del encuentro, aunque durante los primeros minutos del segundo tiempo la tónica dominante fue la misma que la del primer tiempo.
Cuando apenas se habían disputado diez minutos del segundo periodo, el banquillo turolense reclamó la expulsión de un jugador del Nástic en una acción parecida a la que terminó con la roja a Lucas Pérez en Abanca-Riazor. El colegiado solo mostró la cartulina amarilla y el once contra once siguió con la igualdad por bandera.
A la variación realizada por Víctor Bravo al descanso Dani Vidal contestó con un triple cambio para buscar los tres puntos.
Los balones en largo de Taliby volvieron a ser la apuesta turolense para acechar la meta catalana. Y en la batalla por el aire, e árbitro sacó a relucir el catálogo de tarjetas. En apenas veinte minutos, vieron la amarilla dos jugadores por cada equipo, aunque las faltas no causaron grandes problemas a ninguna de las dos defensas.
El reloj avanzaba en busca del noventa, pero las aproximaciones a territorio contrario continuaban sin llegar. En un tímido intento, a quince minutos del final, Villa colgaba un buen centro que se paseaba por el área sin encontrar a Buenacasa, que acababa de salir al terreno de juego para sustituir a Gabarre.
La igualada era cada vez una opción más realista para ambos bandos. Ninguno quería marcharse de vacío y así se encargaron de demostrarlo durante ochenta minutos. Con solo diez por disputarse, un error podía resultar crucial.
En el 83, el banquillo rojillo reclamó un posible penalti tras una buena acción de los atacantes turolenses. “Es clarísimo” le decía Víctor Sanchís al cuarto árbitro tras la acción. Sin embargo, la decisión fue la de no pitarlo, por lo que el marcador se mantuvo inmóvil.
Aunque los dos parecían dar por bueno el empate, los de casa eran los que más intención parecían tener en el tramo final del encuentro. No obstante, Taliby tuvo que intervenir para evitar el tanto visitante en una acción a balón parado que se envenenó y que concluyó en córner.
De haber sabido lo que estaba por venir, el guardameta turolense no hubiera desviado ese balón al saque de esquina. A dos minutos del final, el conjunto catalán aprovechó una de sus últimas balas de la manera más efectiva. Un buen centro desde el córner terminaba al fondo de la red para desilusión de la parroquia turolense, que veía peligrar su buena racha en Pinilla.
Hasta el final lo intento el CD Teruel que se volcó con todo en busca de la igualada. Ahn, que había entrado en el segundo tiempo, pudo conseguirla con un disparo potente desde la frontal, pero el meta rival estuvo acertado. En la siguiente acción, Correia también lo intentó con una chilena, pero su disparo se volvió a topar con el portero del Nástic. En la última del encuentro, el banquillo turolense explotó de nuevo ante otro posible penalti favorable a los suyos. El colegiado, al igual que en la acción anterior, no señaló la pena máxima, por lo que Pinilla volvió a ver a su equipo caer mucho tiempo después.
Comenzó el CD Teruel más centrado en defender que en atacar ante un inicio potente del Gimnástic de Tarragona, que quiso evitar a toda costa que los de casa pudieran sentirse cómodos con el balón durante los primeros compases del encuentro. Sin embargo, los de Víctor Bravo fueron deshaciéndose de la presión rival y comenzaron a ganar presencia en campo rival a medida que avanzaban los minutos. Fue por medio del balón parado cómo el cuadro rojillo consiguió el primer acercamiento al área contraria, aunque su córner no obtuvo recompensa y al equipo le tocó seguir trabajando para ganarle metros a su oponente.
En la primera media hora de encuentro, el bloque rojillo apenas pudo generarle ocasiones claras a su oponente que sin llegar a a complicarle la vida a los aragoneses dispuso del dominio del balón en la mayor parte de minutos. Los de Víctor Bravo mostraron una vez más que mantenerse cerrados e ir ingeniando un plan basado en la contención no les desagrada.
Gabarre fue la referencia ofensiva, por lo que los envíos procedentes de la zaga buscaban su cabeza continuamente. Esa era la fórmula utilizada por los turolenses para hacer trabajar a la defensa del cuadro catalán.
El guion se asemejaba bastante al del duelo ante la Real Sociedad B, en el que el equipo se mantuvo firme en defensa para contrarrestar el poderío ofensivo de sus rivales. Arnau Gaixas, que partía como jefe de la defensa este domingo, lo tenía claro y no dejaba ni respirar a ninguno de los dos delanteros que Dani Vidal, técnico de Gimnástic, puso sobre el verde de Pinilla. De hecho, pasada la media hora de juego, el central vio la cartulina amarilla por una entrada a destiempo.
En la recta final del primer tiempo, la fortuna se alió con Taliby para que el esférico no se colase en su portería. El guardameta cubrió bien su zona y el disparo del delantero tarraconense no entró por muy poco. Tocaba mejorar, sobre todo en la elaboración, si se quería mantener el registro de imbatibilidad en casa.
El aviso no le vino nada mal al bloque rojillo, que antes de enfilar el camino hacia los vestuarios tuvo sus mejores minutos, con posesiones trabajadas y un par de centros laterales que no pudieron encontrar la cabeza de los rematadores, pero que dejaron una sensación positiva en la grada de Pinilla. El arreón final del CD Teruel generó aplausos entre la afición cuando el colegiado indicó el final de una primera mitad entretenida a pesar de las escasas ocasiones para ambos conjuntos.
Por el momento, el plan de Víctor Bravo funcionaba mejor a nivel defensivo que a nivel ofensivo. Si no había ningún cambio, todo empezaba a coger forma de un nuevo 0-0, el tercero de la temporada para los turolenses.
Con la intención de evitarlo, o de asegurarlo, el técnico de los turolenses sustituyó a Nacho Castillo por Facu García para aportarle todavía más solidez al centro del campo rojilo. El argentino, siempre contundente, trató de cambiar de manos el dominio del encuentro, aunque durante los primeros minutos del segundo tiempo la tónica dominante fue la misma que la del primer tiempo.
Cuando apenas se habían disputado diez minutos del segundo periodo, el banquillo turolense reclamó la expulsión de un jugador del Nástic en una acción parecida a la que terminó con la roja a Lucas Pérez en Abanca-Riazor. El colegiado solo mostró la cartulina amarilla y el once contra once siguió con la igualdad por bandera.
A la variación realizada por Víctor Bravo al descanso Dani Vidal contestó con un triple cambio para buscar los tres puntos.
Los balones en largo de Taliby volvieron a ser la apuesta turolense para acechar la meta catalana. Y en la batalla por el aire, e árbitro sacó a relucir el catálogo de tarjetas. En apenas veinte minutos, vieron la amarilla dos jugadores por cada equipo, aunque las faltas no causaron grandes problemas a ninguna de las dos defensas.
El reloj avanzaba en busca del noventa, pero las aproximaciones a territorio contrario continuaban sin llegar. En un tímido intento, a quince minutos del final, Villa colgaba un buen centro que se paseaba por el área sin encontrar a Buenacasa, que acababa de salir al terreno de juego para sustituir a Gabarre.
La igualada era cada vez una opción más realista para ambos bandos. Ninguno quería marcharse de vacío y así se encargaron de demostrarlo durante ochenta minutos. Con solo diez por disputarse, un error podía resultar crucial.
En el 83, el banquillo rojillo reclamó un posible penalti tras una buena acción de los atacantes turolenses. “Es clarísimo” le decía Víctor Sanchís al cuarto árbitro tras la acción. Sin embargo, la decisión fue la de no pitarlo, por lo que el marcador se mantuvo inmóvil.
Aunque los dos parecían dar por bueno el empate, los de casa eran los que más intención parecían tener en el tramo final del encuentro. No obstante, Taliby tuvo que intervenir para evitar el tanto visitante en una acción a balón parado que se envenenó y que concluyó en córner.
De haber sabido lo que estaba por venir, el guardameta turolense no hubiera desviado ese balón al saque de esquina. A dos minutos del final, el conjunto catalán aprovechó una de sus últimas balas de la manera más efectiva. Un buen centro desde el córner terminaba al fondo de la red para desilusión de la parroquia turolense, que veía peligrar su buena racha en Pinilla.
Hasta el final lo intento el CD Teruel que se volcó con todo en busca de la igualada. Ahn, que había entrado en el segundo tiempo, pudo conseguirla con un disparo potente desde la frontal, pero el meta rival estuvo acertado. En la siguiente acción, Correia también lo intentó con una chilena, pero su disparo se volvió a topar con el portero del Nástic. En la última del encuentro, el banquillo turolense explotó de nuevo ante otro posible penalti favorable a los suyos. El colegiado, al igual que en la acción anterior, no señaló la pena máxima, por lo que Pinilla volvió a ver a su equipo caer mucho tiempo después.
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