El equipo del CD Teruel vuelve a los entrenamientos a dos velocidades
Se han acordado dos amistosos en estas cinco semanas, aunque se quieren jugar varios másCon la mirada fija en el próximo 18 de octubre, cuando eche a rodar de forma oficial el balón y dé comienzo una nueva competición liguera, el CD Teruel comenzaba ayer sus entrenamientos de pretemporada, y lo hacía a dos velocidades. Por un lado se entrenaron los jugadores que han permanecido activos durante la preparación del playoff y que aguantaron el pico de forma hasta el fin de semana del 19 de julio, mientras que en el otro grupo de entrenamiento se reunieron aquellos que llevan en el dique seco desde que el pasado mes de marzo se detuviera de forma abrupta la competición.
Se trata, sin duda, de una pretemporada “atípica”, resumía el nuevo entrenador rojillo, Víctor Bravo, tras la sesión matinal de ayer con la que se estrenaba al frente del vestuario, después de haber sido una de las piezas clave la pasad campaña. Bravo recordaba que en su plantilla “hay jugadores que llevan desde marzo sin competir” por lo que se optó por dividir el entrenamiento en dos grupos, “uno con los (jugadores) que llevan más tiempo sin competir, desde marzo o abril, y otro con los que acabaron enjulio”, detallaba el míster.
Este esquema se repetirá durante las próximas dos semanas “porque cuando llevas tanto tiempo sin competir los músculos todavía no están adaptados”, explicó Bravo que confirmaba que “ahora, más que nada, es (un periodo de) adaptación para que el cuerpo vaya identificando las cargas”.
Tras la primera sesión de preparación para el asalto a l liga, el técnico se confesaba “muy ilusionado” porque veía “a los chavales con ganas”. Víctor Bravo ya conocía a la gran mayoría de sus jugadores después de haber renovado a una parte importante de la plantilla del año pasado y aseguraba que las cinco semanas que tiene por delante antes de que el próximo 18 de octubre empiece el fuego real en la Tercera aragonesa es tiempo suficiente para llegar en las mejores condiciones al inicio de la competición. “Es un plazo perfecto. Una pretemporada consta de cinco o seis semanas, así que no hay excusas en cuanto al tiempo porque tenemos el necesario para poner al equipo en forma”, dijo.
Dos velocidades
Bravo se muestra precavido tanto con la situación de los jugadores que no han competido desde marzo, con los que “hay que mimarlos, hay que ir despacio, poco a poco para que el cuerpo vaya asimilando las cargas y se vaya encontrando bien”, y el resto, que estuvo preparándose hasta mediados del mes de julio, a “los que se les puede meter un poco más de caña”, apuntó. No obstante, el técnico confíó en el autoconocimiento que los jugadores ya tienen de sí mismos a la hora de autorregularse, para confiar en “con un poco de suerte”, poder mantener alejadas a las lesiones.
Después de la experiencia del año pasado en los campos de Villanueva de Gállego, en los que hasta tres jugadores de la plantilla turolense sufrieron rotura del ligamento cruzado en las sesiones de preparación (uno de ellos el propio Víctor Bravo) y otro más (crespo) ha terminado sufriendo este verano el mismo problema, el club ha optado por buscar un nuevo escenario para su entrenamientos. Desde este lunes el CD Teruel se prepara en el campo La Camisera, del Club Deportivo Oliver. “Es un campo que está genial. Los chavales me han dicho que están encantados con el campo porque es hierba artificial nueva y las instalaciones también son nuevas. Tenemos instalaciones nuevas, sala de vídeo, sala de estiramientos ... es muy completa”, resumía el entrenador rojillo tras la primera sesión en estas instalaciones.
Amistosos
Dentro de la panificación de la preparación del equipo se han previsto algunas sesiones en campo Pinilla. Así, el equipo tiene previsto subir “dos o tres días” a entrenar en Teruel para que los jugadores “conozcan a los directivos y vean el campo” que será su casa durante esta temporada.. Además, se está trabajando en un calendario de partidos preparatorios y en el de presentación del club, que será en octubre.