El CV Teruel afronta un periodo de varias semanas de doble partido tras vencer al Spartak en la Challenge. Archivo/Bikofoto
El CV Teruel se prepara para un intenso mes de competición
La próxima semana podrá recuperar a los tres jugadores infectados por coronavirus
El CV Teruel cruza el ecuador de la única semana entera de entrenamiento de la que dispondrá el equipo hasta que el partido reprogramado para el próximo miércoles le enfrente al Leleman Valencia. A partir de ahí, los naranjas vivirán un maratón competitivo en el que durante más de un mes vivirán el estrés de disputar doble jornada con encuentros los sábados y los miércoles.
“Tenemos que recuperar tres partidos atrasados, más los de competición europea”, explicó el técnico naranja, Miguel Rivera, que explicaba que además del partido previsto para este miércoles en Los Planos contra el Valencia, se está intentando recuperar el partido contra Melilla el miércoles 16 de febrero.
Sin embargo, esta preparación está resultando aún incompleta. Lo será hasta que el lunes se reincorpore al trabajo el colocador Milan Jovanovic y el martes lo hagan Joaquín Monteagudo y Mariano Vildósola, últimas víctimas del coronavirus en el vestuario turolense.
Mientras, el resto del equipo trata de recomponerse la espera de que se reincorporen sus compañeros mientras intentan curar las heridas que los últimas semanas han provocado en algunos de los activos más preciados del vestuario de Los Planos.
“Estamos entrenando a siete días vista. Es la única vez que lo vamos a poder hacer en los próximos dos meses, probablemente”, celebró el entrenador naranja, que reconocía que los problemas físicos no se han ido aún del vestuario. “Andrés sigue con sus molestias de rodilla y Thomy también está tratamiento para su rodilla. Los dos están a menos ritmo”, reconoció Rivera sobre sus jugadores, que ayer no participaron en la parte técnica de la sesión de entrenamiento aunque sí se sumaron al trabajo de musculación. El opuesto internacional del CV Teruel acusa una fibrosis en los tendones de su rodilla
El entrenador naranja, Miguel Rivera, se sacó de la chistera su último truco hasta la fecha y sorprendió a propios y extraños con la composición del equipo que saltó a la pista. Que el opuesto Andrés Villena y el capitán Thomas Ereú iban a tener que jugar no era ya noticia. La merma en las opciones del técnico madrileño tras la detección de tres casos de covid en la plantilla turolense rebajaba las opciones en el banquillo. Pero la sorpresa fue encontrar al venezolano con la camiseta blanca de líbero y a Aharón Gámiz desatado ante la posibilidad de sumarse al ataque naranja.
La decisión de poner a Ereú como líbero se tomó a última hora porque el jugador “no podía saltar”. El técnico explicó ayer que “la única solución real que había sin mover a cada uno de su sitio era jugar con Javier Igual de 4 y Aharón Gámiz de líbero”, recordaba Rivera sobre su decisión. Sin embargo, explicó que entendió que “al final la experiencia en estos partidos es un punto muy importante” por lo que “evidentemente optamos por esta solución porque Thomy tiene muchos tiros pegados y jugando de líbero nos aportaba una línea de recepción muy estable”.
Tras un proceso de covid que atravesó el veterano receptor, Ereú está lleva ndo a cabo ahora una nueva “pretemporada”, según confirmó su entrenador, por lo que su anatomía no estaba el miércoles adaptada aún a la exigencia de los saltos de un partido de competición.
Mientras, Gámiz se estrenó como receptor atacante con la camiseta naranja. La última vez que el jugador catalán atacó, lo hizo en la pretemporada de 2019, enrolado en el Río Duero Soria, apenas unos días antes de su fichaje inesperado por el CV Teruel .
De su opuesto, el entrenador confirmó que se están estudiando distintas opciones para tratar de recuperarle de su lesión. Se trata de una calcificación en una de sus rodillas que le limita en su juego que le está “dando mucho dolor”. “No está ni al cien por cien ni al ochenta por cien”, reconoció Rivera ayer, que está a la espera de más opiniones médicas, como la de la galena de la selección española. El jueves se le practicó una ecografía para confirmar el diagnóstico de la calcificación.
Tras el partido se dio rienda suelta a las emociones. “No podía haber habido más tensión en las últimas semanas”, reconocía ayer el técnico del CV Teruel, a quien se le han multiplicado las complicaciones en las últimas semanas.
“No es solo por los resultados, sino por la ausencia de normalidad. Estamos trabajando todos los días con algún handicap”, razonaba Rivera en referencia a la expulsión de emociones que se desató en la pista de los Planos cuando cayó el último punto que daba el pase a cuartos de final a los turolenses.
A pesar de la fragilidad que ha dejado al descubierto la covid en la plantilla naranja, el cuerpo técnico no contempla la posibilidad de acudir al mercado en busca de refuerzos. “Ahora mismo no es planteable”, explicó el entrenador.
“Tenemos que recuperar tres partidos atrasados, más los de competición europea”, explicó el técnico naranja, Miguel Rivera, que explicaba que además del partido previsto para este miércoles en Los Planos contra el Valencia, se está intentando recuperar el partido contra Melilla el miércoles 16 de febrero.
Sin embargo, esta preparación está resultando aún incompleta. Lo será hasta que el lunes se reincorpore al trabajo el colocador Milan Jovanovic y el martes lo hagan Joaquín Monteagudo y Mariano Vildósola, últimas víctimas del coronavirus en el vestuario turolense.
Mientras, el resto del equipo trata de recomponerse la espera de que se reincorporen sus compañeros mientras intentan curar las heridas que los últimas semanas han provocado en algunos de los activos más preciados del vestuario de Los Planos.
“Estamos entrenando a siete días vista. Es la única vez que lo vamos a poder hacer en los próximos dos meses, probablemente”, celebró el entrenador naranja, que reconocía que los problemas físicos no se han ido aún del vestuario. “Andrés sigue con sus molestias de rodilla y Thomy también está tratamiento para su rodilla. Los dos están a menos ritmo”, reconoció Rivera sobre sus jugadores, que ayer no participaron en la parte técnica de la sesión de entrenamiento aunque sí se sumaron al trabajo de musculación. El opuesto internacional del CV Teruel acusa una fibrosis en los tendones de su rodilla
Cambios inesperados
El entrenador naranja, Miguel Rivera, se sacó de la chistera su último truco hasta la fecha y sorprendió a propios y extraños con la composición del equipo que saltó a la pista. Que el opuesto Andrés Villena y el capitán Thomas Ereú iban a tener que jugar no era ya noticia. La merma en las opciones del técnico madrileño tras la detección de tres casos de covid en la plantilla turolense rebajaba las opciones en el banquillo. Pero la sorpresa fue encontrar al venezolano con la camiseta blanca de líbero y a Aharón Gámiz desatado ante la posibilidad de sumarse al ataque naranja.
La decisión de poner a Ereú como líbero se tomó a última hora porque el jugador “no podía saltar”. El técnico explicó ayer que “la única solución real que había sin mover a cada uno de su sitio era jugar con Javier Igual de 4 y Aharón Gámiz de líbero”, recordaba Rivera sobre su decisión. Sin embargo, explicó que entendió que “al final la experiencia en estos partidos es un punto muy importante” por lo que “evidentemente optamos por esta solución porque Thomy tiene muchos tiros pegados y jugando de líbero nos aportaba una línea de recepción muy estable”.
Tras un proceso de covid que atravesó el veterano receptor, Ereú está lleva ndo a cabo ahora una nueva “pretemporada”, según confirmó su entrenador, por lo que su anatomía no estaba el miércoles adaptada aún a la exigencia de los saltos de un partido de competición.
Mientras, Gámiz se estrenó como receptor atacante con la camiseta naranja. La última vez que el jugador catalán atacó, lo hizo en la pretemporada de 2019, enrolado en el Río Duero Soria, apenas unos días antes de su fichaje inesperado por el CV Teruel .
De su opuesto, el entrenador confirmó que se están estudiando distintas opciones para tratar de recuperarle de su lesión. Se trata de una calcificación en una de sus rodillas que le limita en su juego que le está “dando mucho dolor”. “No está ni al cien por cien ni al ochenta por cien”, reconoció Rivera ayer, que está a la espera de más opiniones médicas, como la de la galena de la selección española. El jueves se le practicó una ecografía para confirmar el diagnóstico de la calcificación.
Tras el partido se dio rienda suelta a las emociones. “No podía haber habido más tensión en las últimas semanas”, reconocía ayer el técnico del CV Teruel, a quien se le han multiplicado las complicaciones en las últimas semanas.
“No es solo por los resultados, sino por la ausencia de normalidad. Estamos trabajando todos los días con algún handicap”, razonaba Rivera en referencia a la expulsión de emociones que se desató en la pista de los Planos cuando cayó el último punto que daba el pase a cuartos de final a los turolenses.
A pesar de la fragilidad que ha dejado al descubierto la covid en la plantilla naranja, el cuerpo técnico no contempla la posibilidad de acudir al mercado en busca de refuerzos. “Ahora mismo no es planteable”, explicó el entrenador.
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