El CD Teruel ha vencido por 2-1 al Penya Deportiva
El CD Teruel se niega a ceder el trono de líder de la categoría (2-1)
El club rojillo vence en un partido de oficio ante el Penya Deportiva
A pesar de la complejidad que, sobre el papel, atesoraba el partido, los rojillos no se arrugaron y consiguieron hacerse con una victoria de oficio por 2-1. Este domingo, el CD Teruel tenía una cita importante ante el Penya de Deportiva, el perseguidor directo tan solo un punto por detrás. Con este pretexto el partido ya pintaba difícil, sin embargo un tercer actor entró en escena para complicar las cosas todavía más, y es que la lluvia apareció para convertir el campo en una trinchera en la que los jugadores se vieron obligados a bajar al barro para conseguir peces.
De inicio, Victor Bravo arrancó con un 4-4-2 formado por Fran Carmona y Cabetas como centrales, Carlos Javier y Julen en los laterales, Borja Romero y Francisco Manuel Tena en la medular, Lucho y Carbonell como interiores y, en punta, salieron Villa y, el delantero en racha, Emaná. Tal y como vaticinaba el oráculo, el partido arrancó con intensidad. Los primeros compases de juego les sirvieron a ambos equipos para tantearse y poner a prueba la permisividad del colegiado. Los minutos se sucedían y parecía que el Teruel se encontraba un poco mejor sobre el verde de Pinillla. Arropados por su gente las acciones en el área del conjunto santaeulariense se sucedían pero sin llegar a concretar. El primer disparo llegó de la mano de Lucho, quien, en el minuto 18 de juego, tiró un desmarque, recibió un balón llovido y probó suerte. El disparo algo flojo no llegó a inquietar al portero rival.
Aún así, el Penya Deportiva no se adormeció. El equipo tuvo las suyas y hacia el ecuador de la primera mitad también pudo ponerse por delante en el luminoso. En una de las acometidas del Peña el esférico terminó impactando en las manos del rojillo, Fran Carmona, que recibió tarjeta amarilla al interpretar el árbitro que había cortado una jugada de peligro. En estos tramos del partido donde la intensidad iba in crescendo el árbitro, que no había pitado nada hasta la fecha, optó por repartir cartulinas amarillas a diestro y siniestro. Sus víctimas en el CD Teruel: Emaná y el propio Fran Carmona.
Hacia el final de la primera mitad el agua hacía estragos sobre el campo. Era complicado jugar, la pelota se quedaba atrás, botaba como un balón medicinal y dejaba pocas opciones al juego creativo. Ambos equipos optaron por el juego directo para tratar de crear peligro en las áreas rivales.
La primera sustitución llegó antes de tiempo para el conjunto insular, y es que Carlos Badal se lesionó en un córner en el tendón de aquiles y se vio obligado a salir del terreno de juego antes del pitido final de la primera mitad. En su lugar salió Jesús Fortes. Al filo del descanso el Teruel tuvo la última. Villa probó un disparo lejano, pero el cancerbero terminó atrapando sin problemas. Así pues, los jugadores se marcharon al vestuario con el resultado gafas.
Ya en la segunda mitad, el partido continúo su mismo cauce. Reinaba el juego directo y la intensidad. La primera aproximación de peligro llegó de la mano de Carbonell que en el minuto 53 disparaba con peligro dentro del área. La pelota rechazada por el portero ocasionó una jugada dividida que acabó en penalti sobre Borja Romero. El propio Romero no tembló y materializó el tanto colocando a los suyos por delante en el minuto 54 de partido. Con la confianza adquirida tras la ventaja, el Teruel volvía a atacar. Emaná la buscaba por arriba sin fortuna.
En el minuto 64 el CD Teruel efectuaba una doble sustitución. Abandonaban el terreno de juego Lucho y Villa y, en su lugar, entraban Kevin y Guille Andrés. Poco después llegaba el tanto del empate del Penya Deportiva. El club que vestía de blanco no se doblegó y, en una doble ocasión, Salinas firmaba las tablas para los baleares.
Ante el empate, Victor Bravo buscaba soluciones. Cuando ya se había superado el ecuador del segundo tiempo, el técnico optó por sustituir a Carbonell y Borja Romero y colocar dinamita arriba con las incorporaciones de David Aparicio y Marc Manchón. Leyó bien el partido el míster, pues, a los pocos minutos de entrar Guille, el jugador se hacía con un balón dividido en el área y colocaba el 2-1 en el marcador. A partir de ese momento no se jugó más. El CD Teruel, que aún tuvo alguna ocasión de hacer el tercero, contuvo las acometidas de los ibicencos con una línea de cinco atrás y finalmente se hicieron con una victoria que vale un liderato.
De inicio, Victor Bravo arrancó con un 4-4-2 formado por Fran Carmona y Cabetas como centrales, Carlos Javier y Julen en los laterales, Borja Romero y Francisco Manuel Tena en la medular, Lucho y Carbonell como interiores y, en punta, salieron Villa y, el delantero en racha, Emaná. Tal y como vaticinaba el oráculo, el partido arrancó con intensidad. Los primeros compases de juego les sirvieron a ambos equipos para tantearse y poner a prueba la permisividad del colegiado. Los minutos se sucedían y parecía que el Teruel se encontraba un poco mejor sobre el verde de Pinillla. Arropados por su gente las acciones en el área del conjunto santaeulariense se sucedían pero sin llegar a concretar. El primer disparo llegó de la mano de Lucho, quien, en el minuto 18 de juego, tiró un desmarque, recibió un balón llovido y probó suerte. El disparo algo flojo no llegó a inquietar al portero rival.
Aún así, el Penya Deportiva no se adormeció. El equipo tuvo las suyas y hacia el ecuador de la primera mitad también pudo ponerse por delante en el luminoso. En una de las acometidas del Peña el esférico terminó impactando en las manos del rojillo, Fran Carmona, que recibió tarjeta amarilla al interpretar el árbitro que había cortado una jugada de peligro. En estos tramos del partido donde la intensidad iba in crescendo el árbitro, que no había pitado nada hasta la fecha, optó por repartir cartulinas amarillas a diestro y siniestro. Sus víctimas en el CD Teruel: Emaná y el propio Fran Carmona.
Hacia el final de la primera mitad el agua hacía estragos sobre el campo. Era complicado jugar, la pelota se quedaba atrás, botaba como un balón medicinal y dejaba pocas opciones al juego creativo. Ambos equipos optaron por el juego directo para tratar de crear peligro en las áreas rivales.
La primera sustitución llegó antes de tiempo para el conjunto insular, y es que Carlos Badal se lesionó en un córner en el tendón de aquiles y se vio obligado a salir del terreno de juego antes del pitido final de la primera mitad. En su lugar salió Jesús Fortes. Al filo del descanso el Teruel tuvo la última. Villa probó un disparo lejano, pero el cancerbero terminó atrapando sin problemas. Así pues, los jugadores se marcharon al vestuario con el resultado gafas.
Ya en la segunda mitad, el partido continúo su mismo cauce. Reinaba el juego directo y la intensidad. La primera aproximación de peligro llegó de la mano de Carbonell que en el minuto 53 disparaba con peligro dentro del área. La pelota rechazada por el portero ocasionó una jugada dividida que acabó en penalti sobre Borja Romero. El propio Romero no tembló y materializó el tanto colocando a los suyos por delante en el minuto 54 de partido. Con la confianza adquirida tras la ventaja, el Teruel volvía a atacar. Emaná la buscaba por arriba sin fortuna.
En el minuto 64 el CD Teruel efectuaba una doble sustitución. Abandonaban el terreno de juego Lucho y Villa y, en su lugar, entraban Kevin y Guille Andrés. Poco después llegaba el tanto del empate del Penya Deportiva. El club que vestía de blanco no se doblegó y, en una doble ocasión, Salinas firmaba las tablas para los baleares.
Ante el empate, Victor Bravo buscaba soluciones. Cuando ya se había superado el ecuador del segundo tiempo, el técnico optó por sustituir a Carbonell y Borja Romero y colocar dinamita arriba con las incorporaciones de David Aparicio y Marc Manchón. Leyó bien el partido el míster, pues, a los pocos minutos de entrar Guille, el jugador se hacía con un balón dividido en el área y colocaba el 2-1 en el marcador. A partir de ese momento no se jugó más. El CD Teruel, que aún tuvo alguna ocasión de hacer el tercero, contuvo las acometidas de los ibicencos con una línea de cinco atrás y finalmente se hicieron con una victoria que vale un liderato.