El camino de Isma Sierra: del Teruel a Portugal pasando por el Zaragoza

Las semanas de mercado de fichajes en el mundo del fútbol tienen como característica principal, sobre todas las demás, su imprevisibilidad. Un elemento de azar, quizá mejor definirlo como superposición de circunstancias, que determinan que los elementos de oferta y demanda en los que se basa cualquier mercado son, en muchas ocasiones, incontrolables. Lo está viviendo este verano el CD Teruel, obligado a emprender una reconstrucción masiva en la que la dirección deportiva permanece atenta a todo tipo de escenarios y noticias.

Y lo está viviendo en carne propia uno de los protagonistas del equipo mudéjar durante su campaña en Primera Federación. El central Isma Sierra, oscense, con vínculos familiares en Teruel, con un gran compromiso y desempeño durante los meses que aquí estuvo, se ganó sobre el césped tener la oportunidad de hacer la pretemporada con el primer equipo del Real Betis, el club que tiene sus derechos. Su sitio para este año parecía estar en el filial de Primera RFEF.

Una operación “Vital”

No va a ser así, con toda seguridad. Y la clave está una hora y media al norte, en Zaragoza. Allí el equipo de Segunda División acaba de firmar a uno de los centrales titulares del Estoril, uno de los clubes de la clase media de la liga portuguesa. Se trata de un zaguero de 23 años llamado Bernardo Vital, titular indiscutible en aquel equipo, que jugará el año que viene en el Real Zaragoza y que deja, pues, un hueco en la plantilla lusa.

Hueco que previsiblemente será ocupado por Ismael Sierra. Los medios sevillanos dan por hecho ya un traspaso por el 50% de los derechos federativos del oscense procedente del Betis, que no quiere desprenderse de toda la propiedad del futbolista y que, de este modo, abre la oportunidad para que Sierra dé el salto a la primera división del país vecino en un camino que ya han emprendido otros aragoneses como Miguel Puche o Alberto Soro. Ellos, procedentes del Real Zaragoza inicialmente. En el caso de Sierra, a través de intervención indirecta del club blanquillo.

Seis meses al máximo nivel

En el origen de esta meteórica progresión de Isma Sierra, una segunda vuelta inmaculada en la trayectoria del Teruel el año pasado en Primera Federación. Nacido el 17 de marzo de 2003, el altoaragonés, de 21 años, más de metro noventa de jerarca en la zona de atrás, sumó 23 partidos, buena parte de la temporada prácticamente titular, en la línea defensiva turolense tanto con Víctor Bravo como, sobre todo, con Raúl Jardiel.

Protagonista principal en la parte de la competición más positiva, en la que el CD Teruel opositó seriamente a conservar la categoría, el defensor anotó un gol, vio ocho tarjetas amarillas y una roja. Pero, sobre todo, tomó apuntes en una clase acelerada de maduración futbolística que le obligó a adaptarse a la posición de mediocentro para suplir bajas de compañeros titulares, a tener que lamentarse del descenso del equipo y, ahora, dos meses después, a abrazar una nueva oportunidad, ya en la élite, en el Estoril portugués, sustituyendo al último central fichado por el Zaragoza.