Los jugadores del Calamocha lamentan el tanto encajado en la recta final del compromiso. J. G. P.
El Calamocha prolonga su mal momento una semana más (0-1)
Los de Lagunas pierden por la mínima ante el Épila en un encuentro de pocas ocasiones que los visitantes se llevan en el minuto 80
El Calamocha cayó de nuevo en un partido parejo y de muy pocas ocasiones, en el que el Épila supo aprovechar una de las únicas que tuvo. Los de Sergio Lagunas fueron algo mejores en el segundo tiempo, pero encajaron a falta de diez minutos para la conclusión y ya no pudieron reponerse. La derrota prolonga la dinámica negativa de resultados de los turolenses. Los primeros compases sirvieron para que el Épila propusiese algo más de fútbol que un Calamocha que fue mejorando con el paso de los minutos. Ambos equipos salían con cinco defensas, por lo que el fútbol directo fue la tendencia en Jumaya.
En el primer cuarto de hora, unos y otros tuvieron un tiro a puerta cada uno. El del Épila obligó a esforzarse a Unai, que evitó el primero de los zaragozanos tras un desajuste defensivo por la banda. Markus fue el autor del disparo calamochino desde fuera del área, pero la intentona local quedó en nada.
Tras ese acercamiento, el Épila cedió algo el control del juego al equipo de Sergio Lagunas que, sin proponer demasiado, fue llegando más a portería contraria, aunque sin demasiado peligro.
Los errores a la hora de salir desde atrás desesperaban a un Lagunas que, protegido del frío por una capucha, le pedía más intensidad y concentración a los suyos en casi cada acción. Los del Jiloca dieron un pasito hacia delante, pero siguieron sin encontrar portería contraria y en el minuto 39 estuvo cerca de llegar el gol de los turolenses. Adrián Nieto se coló por la banda derecha tras un buen pase filtrado de Ruano, que debutaba de nuevo con el conjunto calamochino, y su centro fue despejado a córner por un defensor visitante con cierta incertidumbre al pasar su cabezazo cerca de la portería.
El Épila también tuvo la suya a falta de tres minutos para el entretiempo con un disparo desde la frontal que tomó mucha altura y que no inquietó demasiado a Unai.
Con el mismo resultado que había empezado el partido se llegó al final de la primera mitad. Si la cosa no cambiaba tras el paso por vestuarios, iba a resultar complicado que el marcador cambiase de aquí al final.
Seguía faltando alguna llegada de verdadero peligro en cualquiera de las dos áreas para que se pudiese imaginar que los tres puntos se irían para alguno de los dos bandos. Sin ocasiones claras, la batalla aérea y las interrupciones eran la tónica habitual del encuentro. En el minuto 68, Pelegrín y Christian Castro se entendieron muy bien con un balón a la espalda de la defensa y el exdelantero del Cuarte colgaba el balón al área. Su envío encontraba a un Ruano incorporado al ataque que remataba con mucha potencia, aunque su disparo se topaba con la defensa zaragozana. Parte del Calamocha reclamó un posible penalti por mano, pero el colegiado solo detuvo el encuentro para que se pudiera atender a Ruano que estaba acalambrado tras la ocasión.
El encuentro seguía siendo un espectáculo poco vistoso en el que se sucedían los errores a un lado y a otro. Aunque en la segunda mitad, eran muchos más los que cometía el Épila qu elos del bloque turolense. Esa era la única diferencia entre dos equipos que propusieron un partido más defensivo que ofensivo, para desgracia de los espectadores que acudieron hasta Jumaya en una fría mañana de domingo. En un partido así, cualquier mínimo error podía terminar siendo diferencial. Y el que lo cometió fue el Calamocha. Tras una posible falta en la línea divisoria, la defensa local volvió a estar algo imprecisa a la hora de cortar un envío lateral desde el costado izquierdo. El esférico le llegó a Tapia y su disparo acabó en el fondo de la red tras tocar en la pierna de Mercadal. Unai protestó al árbitro, pero el tanto subió al marcador. El Épila se puso por delante en el tramo final de un segundo tiempo en el que el Calamocha parecía merecer algo más los tres puntos.
Desde ahí hasta el final, el Calamocha se volcó en campo contrario y el Épila se dedicó a rascarle segundos al cronómetro en cada acción. Sin embargo, fueron los visitantes los que tuvieron la ocasión más clara en el tiempo de descuento. De nuevo, Rodrigo Tapia le hizo un roto a la zaga local y le dejó en bandeja el segundo de la mañana a su compañero que, sorprendetemente falló a portería vacía. Tras el clamoroso error del Épila, aún tuvo una última el Calamocha con un remate de cabeza de Falo que no encontró portería por muy poco. Con esa ocasión culminó el partido y los tres puntos se marcharon para Épila. El Calamocha sigue sin levantar cabeza.
En el primer cuarto de hora, unos y otros tuvieron un tiro a puerta cada uno. El del Épila obligó a esforzarse a Unai, que evitó el primero de los zaragozanos tras un desajuste defensivo por la banda. Markus fue el autor del disparo calamochino desde fuera del área, pero la intentona local quedó en nada.
Tras ese acercamiento, el Épila cedió algo el control del juego al equipo de Sergio Lagunas que, sin proponer demasiado, fue llegando más a portería contraria, aunque sin demasiado peligro.
Los errores a la hora de salir desde atrás desesperaban a un Lagunas que, protegido del frío por una capucha, le pedía más intensidad y concentración a los suyos en casi cada acción. Los del Jiloca dieron un pasito hacia delante, pero siguieron sin encontrar portería contraria y en el minuto 39 estuvo cerca de llegar el gol de los turolenses. Adrián Nieto se coló por la banda derecha tras un buen pase filtrado de Ruano, que debutaba de nuevo con el conjunto calamochino, y su centro fue despejado a córner por un defensor visitante con cierta incertidumbre al pasar su cabezazo cerca de la portería.
El Épila también tuvo la suya a falta de tres minutos para el entretiempo con un disparo desde la frontal que tomó mucha altura y que no inquietó demasiado a Unai.
Con el mismo resultado que había empezado el partido se llegó al final de la primera mitad. Si la cosa no cambiaba tras el paso por vestuarios, iba a resultar complicado que el marcador cambiase de aquí al final.
Mejoría sin recompensa
En el reinicio, el partido se avivó en cierto modo, pero las ocasiones continuaron brillando por su ausencia. El Calamocha ganó presencia en campo contrario y eso le hizo mejorar bastante la imagen que había estado mostrando durante los primeros 45 minutos. Superada la hora de juego, Lagunas dio entrada a Christian Castro para quitar a Otín y buscar algo más de pólvora arriba. El Calamocha estaba teniendo sus mejores minutos y había que aprovecharlo.Seguía faltando alguna llegada de verdadero peligro en cualquiera de las dos áreas para que se pudiese imaginar que los tres puntos se irían para alguno de los dos bandos. Sin ocasiones claras, la batalla aérea y las interrupciones eran la tónica habitual del encuentro. En el minuto 68, Pelegrín y Christian Castro se entendieron muy bien con un balón a la espalda de la defensa y el exdelantero del Cuarte colgaba el balón al área. Su envío encontraba a un Ruano incorporado al ataque que remataba con mucha potencia, aunque su disparo se topaba con la defensa zaragozana. Parte del Calamocha reclamó un posible penalti por mano, pero el colegiado solo detuvo el encuentro para que se pudiera atender a Ruano que estaba acalambrado tras la ocasión.
El encuentro seguía siendo un espectáculo poco vistoso en el que se sucedían los errores a un lado y a otro. Aunque en la segunda mitad, eran muchos más los que cometía el Épila qu elos del bloque turolense. Esa era la única diferencia entre dos equipos que propusieron un partido más defensivo que ofensivo, para desgracia de los espectadores que acudieron hasta Jumaya en una fría mañana de domingo. En un partido así, cualquier mínimo error podía terminar siendo diferencial. Y el que lo cometió fue el Calamocha. Tras una posible falta en la línea divisoria, la defensa local volvió a estar algo imprecisa a la hora de cortar un envío lateral desde el costado izquierdo. El esférico le llegó a Tapia y su disparo acabó en el fondo de la red tras tocar en la pierna de Mercadal. Unai protestó al árbitro, pero el tanto subió al marcador. El Épila se puso por delante en el tramo final de un segundo tiempo en el que el Calamocha parecía merecer algo más los tres puntos.
Desde ahí hasta el final, el Calamocha se volcó en campo contrario y el Épila se dedicó a rascarle segundos al cronómetro en cada acción. Sin embargo, fueron los visitantes los que tuvieron la ocasión más clara en el tiempo de descuento. De nuevo, Rodrigo Tapia le hizo un roto a la zaga local y le dejó en bandeja el segundo de la mañana a su compañero que, sorprendetemente falló a portería vacía. Tras el clamoroso error del Épila, aún tuvo una última el Calamocha con un remate de cabeza de Falo que no encontró portería por muy poco. Con esa ocasión culminó el partido y los tres puntos se marcharon para Épila. El Calamocha sigue sin levantar cabeza.
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