Dilema con el gol en el CD Teruel: Vestir un santo para desvestir otro

La mejora a nivel ofensivo del CD Teruel ante el Real Unión fue clara. Los rojillos anotaron dos goles a domicilio siete meses y cinco días después de hacerlo por última vez el pasado 19 de febrero en su visita al Rico Pérez ante el Hércules. Pese a ello, el equipo no pudo llevarse ningún premio del Stadium Gal. El bloque turolense flojeó donde nunca falla, en defensa, y terminó encajando tres goles. Los mismos que había recibido en las cuatro anteriores jornadas de competición.

Después de tres semanas sin poder ver portería, el equipo de Víctor Bravo llegaba a Irún con el objetivo de quitarse un peso de encima y reencontrarse con el gol. Aunque plantilla y cuerpo técnico sabían que era un desafío exigente, juntos trabajaron para lograrlo en una gran primera mitad en la que los rojillos generaron incluso más ocasiones que su rival. Sin embargo, el ansiado gol llegó tras el descanso, en una acción aislada y cuando mejor plantado estaba su rival sobre el terreno de juego. Para la causa tenía el mismo valor.

Alastuey finalizaba a las mil maravillas tras un buen pase de Gabarre y volvía a colocar al equipo aragonés con ventaja en el marcador. Una situación que no se daba desde la primera jornada, cuando Nacho Castillo inauguró el casillero turolense en el Anxo Carro a pesar de la derrota que se terminó consumando.

Pero la maldición del CD Teruel de cara a puerta no terminó con ese único gol. En la recta final, con el equipo volcado tras la remontada irundarra, un buen servicio de esquina terminó colándose en la portería del Real Unión después de rebotar en un jugador local. Con esa diana, el conjunto rojillo duplicaba, en un solo encuentro, el único tanto que había marcado hasta el momento.

Con el problema de la falta de gol solucionado, al CD Teruel le crecieron los enanos en la parcela defensiva. Diez minutos de alegría tuvo el cuadro de Pinilla hasta que un envío lateral se paseó por todo el área y cayó en los pies de Alberto Solís, que recortó a Aitor Pascual y a Fran Carmona y la cruzó para poner el empate. Los cuatro de atrás flaqueaban y Taliby no terminaba de estirarse para evitar la igualada.

Sin su solidez defensiva característica, el equipo rojillo se vio sobrepasado en un breve periodo de tiempo. Tan solo cuatro minutos después del empate, un nuevo desajuste defensivo terminó con penalti a favor de los de Fran Justo. Taliby adivinó la trayectoria del disparo de Quique Rivero, pero se contagió de la debilidad defensiva y no puso la mano fuerte para evitar que el balón se colase en su portería.

De nuevo una ventaja desaprovechada a domicilio, con lo caro que está sacar puntos en una categoría como la Primera RFEF.

La mejora ofensiva quedó en nada cuando Peru Ruiz, que acababa de ingresar en el terreno de juego, anotó el tercero de la mañana a cinco minutos de la conclusión. En menos de veinte minutos, Taliby había recogido el balón de su portería las mismas ocasiones que lo había hecho en los cuatro encuentros anteriores.

La búsqueda del equilibrio es el objetivo de cara a la visita al Rayo Majadahonda, un rival que tiene los mismos números respecto a la anotación que el cuadro de Pinilla (3 a favor y 6 en contra).