Casi diez kilos de chocolate para replicar el Juan Antonio Endeiza

El Andorra vive el momento más dulce de los últimos años. El conjunto minero es líder de la Regional Preferente y la nueva directiva trabaja para poner solución a los problemas económicos que persiguen al club desde hace ya varias temporadas. El pastelero Pepe Ginés es un fiel seguidor del equipo de su localidad y ha querido dejar su propia  huella en este momento de esperanza. 

El gerente de la Pastelería Moncayo ha elaborado una espectacular réplica de chocolate del Juan Antonio Endeiza para la que ha utilizado 9, 9 kilos de chocolate. La pieza, que llevaba en  la mente del maestro artesano desde hace más de un año, tiene unas medidas de 95 x 75 centímetros y está generando una gran expectación entre los vecinos de la localidad. Ginés tiene la intención de donarla al Andorra para que el club pueda sortearla. Desde la directiva andorrana se pretende realizar una rifa el próximo día 16 de diciembre en la cena del club, a la que asistirán todos los miembros de todas las categorías de la entidad. 

“La ilusión lo puede todo. Ha habido un matrimonio entre directiva, equipo y afición y eso lleva a donde estamos ahora. Pero lo más importante es salvar al Andorra”, confesó Pepe Ginés después de terminar una réplica que lleva preparando desde finales de septiembre: “No se habla de horas de trabajo. Son horas de ilusión y le he ido metiendo muchas”.

El pastelero, que ya ha realizado otras piezas similares a lo largo del tiempo, optó por destacar los “rasgos” diferenciales del feudo del Andorra: “Está hecho como si fuera una caricatura, con la intención de que rápidamente reconozcas que se trata del Endeiza”.

Su obra, que permanece expuesta en el escaparate de la Pastelería Moncayo, no está pasando desapercibida entre los vecinos de Andorra. “Todo el pueblo está ilusionado y cada persona que pasa por allí se hace una foto con el Endeiza de chocolate”, aseguró Álex Martínez, presidente del club minero.

El Andorra parece ver la luz al final del tunel. El sabor amargo de los últimos años empieza a ser cosa del pasado. El dulce regreso cada vez está más cerca y de esa ilusión nacen obras como la de Pepe Ginés, todo un regalo para la vista, pero también para el estómago.