Carmen Valero, la 'rara avis' que salía a entrenar por los caminos de Castelserás o por la carretera de Alcañiz

En Castelserás las banderas del Ayuntamiento portan crespón negro desde las doce del mediodía del martes. Un decreto de Alcaldía ha establecido tres días de luto oficial para rendir homenaje póstumo a Carmen Valero, aquella mujer a la que todo el mundo recuerda como una rara avis que salía a entrenar por los caminos del pueblo o por la carretera de Alcañiz cuando de joven regresaba de Barcelona para pasar unos días en la casa de sus abuelos maternos.

Un trabajador municipal y el concejal de Cultura y Deporte, Jesús Domene, fueron los encargados de recoger a mediodía con tres crespones negros cada una de las tres banderas de la casa consistorial minutos antes de que un bando municipalinformara al vecindario del fallecimiento de la atleta castelserana y del establecimiento de los tres días de luto en su memoria.

La alcaldesa, Pilar Arellano, enfatizó que Carmen Valero “abrió un camino para las mujeres en el deporte y demostro que cuando se le echan ganas, se consiguen cosas y se alcanzan sueños”. La regidora explicó que “para más adelante se organizará algún evento de tipo deportivo para rendirle homenaje”.

También el concejal de Castelserás y exalcalde, Javier García, lamentó la pérdida. Recordó que “el día de Navidad nos intercambiamos una felicitación” y expresó su pesar por un fallecimiento prematuro de una mujer que rompió barreras. García explicó que la atleta quería “donar las copas que había ganador a lo largo de su trayectoria deportiva para que pudieran mostrarse en un museo que llevara su nombre”.

Jesús Domene mostraba a todo el que quisiera verlas las réplicas de las tres medallas (dos de oro y una de bronce) que obtuvo Valero en los Campeonatos del Mundo de Cross de 1975, 1976 y 1977 y que entregó al pueblo el 20 de enero de 2020, poco antes de que el Ayuntamiento de Castelserás pusiera su nombre al Espacio Deportivo situado junto a la casa consistorial. En aquel acto público en Castelserás, la atleta recordaba cómo su padre decidió trasladar el domicilio familiar desde Cerdanyola del Vallés a Sabadell para que ella pudiera entrenar, a pesar de que en aquello años el atletismo era un deporte amateur y más tratándose de mujeres. Recordando el apoyo que recibió de su familia, Carmen Valero pidió a todos los vecinos que apoyaran a sus hijos y les acompañaran para que pudieran cumplir sus sueños en el mundo del deporte.

Esa fue una de las últimas veces que Carmen Valero acudió a las Fiestas de San Sebastián de Castelserás, una cita casi obligada para la atleta aragoneso-catalana, que “solía venir un par de veces al año al pueblo, para verano y a veces también en las Fiestas de invierno”, según relataba su sobrina Nuria, que regenta el bar Guadalope, situado junto al puente sobre el río.

El fallecimiento de Valero sorprendió a la familia en Castelserás por lo prematuro de su desaparición, al tener solo 68 años de edad, y por tratarse de “una persona completamente sana, sin ninguna enfermedad”, enfatizaba su sobrina, quien la definió como “una persona muy querida y conocida en el pueblo”.

Carmen Valero solía quedarse alguna vez en casa de alguno de sus primos (le quedan dos en el pueblo de su madre), aunque normalmente “solía venir a Castelserás a pasar el día y luego se marchaba a La Cuba, porque allí tienen una casa, porque su padre era originario de allí”, detallaba Nuria al tiempo que rememoraba los últimos días que pasó Valero este verano en Castelserás y que detallaba alguna anécdota que le había escuchado a su abuelo, que “un día fue a ver a su sobrina correr y cuando la fue a abrazar los trabajadores de seguridad lo intentaron separar de ella”.

Sus vecinos la recordaban como aquella chica que se fue de muy joven del pueblo a Barcelona con su familia en busca de un futuro mejor. A los padres emigrantes de la pequeña Carmen Valero los conocía bien José Sodric, pues “vivían en la calle del Campo, muy cerca de nuestra casa”. También los trató Joaquín, de 93 años, que era “quinto de su madre” y que mencionó que cuando ellos se marcharon, otras muchas familias habían decidido seguir el mismo camino para encontrar una forma mejor de ganarse el pan. “Vinieron un par de años muy malos, con sequías, las heladas, y mucha gente se marchó de aquí, entre ellos los padres de Carmen”, decía este vecino que reconoció que se había llevado “un chasco” cuando conoció el fallecimiento de la atleta, “una persona muy apreciada”, decía.

De la época de la juventud de Valero y de sus días de vacaciones en Castelserás se recuerdan todavía algunas anécdotas como la que le ocurrió un día en que una pareja de la Guardia Civil le dio el alto cuando iba entrenando por la carretera. “Pensaban que le había ocurrido algo, porque no era normal encontrarse a una chica joven corriendo por la carretera, y pensaron que huía de algo”, relataba el concejal de Cultura del pueblo. O también aquella otra que contaba un agricultor en el bar, que explicaba que una vez se la topó a la carrera por un camino vecinal, le preguntó si era “la corredora”, a lo que ella le contestó que, no, que era “atleta”.

Aunque todos saben quién es, la realidad es que pocos la conocen en profundidad en este municipio que hace cinco años le rindió un homenaje dándole su nombre al nuevo Espacio Deportivo que el Ayuntamiento adecuó en el antiguo cine, junto a la casa consistorial. De aquel momento, 2018, quedan constancia en los recortes de prensa sus palabras de agradecimiento y su sorpresa al saber que en su pueblo natal seguían acordándose de que una de sus hijas había subido a lo más alto del olimpismo. También el gran mural con su fotografía y su nombre que da la bienvenida a cualquiera que acceda al edificio.

En una entrevista concedida a este periódico, la exatleta recordaba las dificultades que había tenido para abrirse paso en el mundo del atletismo en una etapa en la que la mujer tenía que pedir permiso a un hombre para hacer casi cualquier cosa. No obstante, ella atribuía aquellas zancadillas en el camino a un interés del club de fútbol de su ciudad natal por conseguir que fichara por el equipo, porque “sabían que corría mucho”, decía en 2018.

Al final lo consiguió y fue la primera en hacerlo. Hace cinco años era muy consciente de lo que había conseguido: “me siento pionera y orgullosa de haber abierto camino a muchas mujeres”, destacaba en una entrevista concedida a este periódico, consciente de las barreras que ella y otras que le siguieron rompieron para que el deporte femenino esté hoy mucho más valorado.

Tras conocerse su fallecimiento a primera hora de la mañana tras haber sufrido un derrame cerebral a finales de diciembre, distintas personalidades expresaban sus condolencias a la familia de la atleta y recordaban lo que representó para el mundo del deporte.

Lo hizo la ministra de Educación, FP y Deportes y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien la calificó como “todo un referente en el deporte” y como “una mujer que abrió caminos”. También el presidente de Aragón, Jorge Azcón, quien definitó a Valero como “una aragonesa pionera en el mundo del deporte”, que ha sido “historia del atletismo en España”. Se sumó a las condolencias la Diputación de Teruel y el presidente de esta institución, Joaquín Juste, quien se refirió a la atleta de Castelserás como “un ejemplo de valor y de trabajo”.

Desde el mundo de la política también lamentó su pérdida la portavoz del grupo parlamentario socialista (PSOE) en las Cortes de Aragón, Mayte Pérez, quien se refirió a Carmen Valero como “una paisana que traspasó fronteras y que no tenía más límites que el sacrificio y la honestidad. Una magnífica atleta y mejor persona”. Junto a ella, el portavoz parlamentario del PAR, Alberto Izquierdo, que la definió como “una aragonesa referente en el mundo del deporte”. También mostraron sus condolencias partidos políticos como el PSOE-Teruel, Podemos Aragón o Teruel Existe, una formación que recordó que “recientemente” había invitado a Calero a la Comisión de Deportes del Senado por ser pionera, referente, turolense, campeona y gran mujer” y que “no pudo asistir por su salid, aunque, como siempre, trasladó toda su amabilidad y su cariño”.