Andrea Esteban afronta su nueva rutina con el optimismo por bandera

Dos semanas han pasado desde que un nuevo obstáculo se cruzó en el camino de Andrea Esteban. La turolense se vio relegada de su puesto de entrenadora del Valencia Femenino al encadenar una racha de resultados negativos. Sin embargo, lejos de lamentar lo sucedido, Esteban vive con una mentalidad positiva unos días que para ella son “raros” debido al cambio radical en su rutina diaria: “Ahora sobre todo estoy pasando el shock, asimilando la nueva situación, pero ya mirando hacia un futuro, que creo que es lo que hay que hacer”.

El 10 de enero el Valencia le comunicó a la técnica turolense la decisión de destituirla, después de haberla renovado en el cargo tras conseguir el objetivo de la salvación en la campaña previa. Una decisión que dejó algo sorprendida a la entrenadora: “No me lo esperaba porque no creía que era una situación de urgencia, pero lo que me ha enseñado esto es que un proceso para necesitar tiempo, también necesita resultados. Nuestra posición es así de cambiante para lo bueno y para lo malo”.

Pese a ello, y tras estar cinco días sin querer “saber nada del fútbol”, el positivismo que rodea a Andrea Esteban, y que ya demostró con sus numerosos regresos a los terrenos de juego después de lesionarse gravemente la rodilla en diversas ocasiones, volvió a guiar su camino. “Dicen que no eres entrenador hasta que te echan, así que ya por fin soy entrenadora. Ahora me toca mirar en lo que he podido fallar, en lo que he hecho bien y seguir adelante”, comenta la aragonesa que si algo ha sacado en claro de su paso por el banquillo valenciano es que su vida tiene que desarrollarse cerca de los terrenos de juego: “Ha sido un año y medio que me ha servido mucho para aprender. Me he dado cuenta a lo que quiero dedicar mi vida, que es a esto”.

Y es que la turolense lleva toda su vida pegada al balón. En la ciudad mudéjar comenzó a dar sus primeros toques al esférico, pero pronto se mudó a Valencia para continuar su carrera. Primero en el Levante y después en el Valencia, Esteban destacó en la parcela ofensiva. Pero con tan solo 23 años y cinco lesiones de rodilla a sus espaldas se vio obligada a colgar las botas. Fue entonces cuando tiró de valentía y salió, una vez más, adelante: “Para mí, el dejar el fútbol fue un shock en su momento y la mejor manera de vivirlo más cerca es como entrenadora”.

Cuando el trabajo es pasión

Su primera experiencia al mando de un equipo profesional le ha servido para ratificar su pasión por el once contra once, algo que también trata de transmitir a sus jugadoras:“Siempre les digo a mis futbolistas que tienen la suerte de tener el mejor trabajo del mundo y yo tengo la suerte de tener el segundo mejor trabajo del mundo, que es ser entrenadora. Creo que nunca voy a dejar de ser futbolista, de pensar como futbolista y eso me ayuda como entrenadora”.

Compartir ese amor por el balón es otra de las vivencias positivas que Andrea Esteban valora tras dirigir al Valencia Femenino. “Hay una cosa que me ha sorprendido. La futbolista es egoísta por naturaleza. Normalmente quiere su bien, aunque también el del equipo. Lo bueno es que eso siempre va en concordancia. Pero como entrenadora esas alegrías que antes disfrutaba de manera más individual, también las compartes con el resto de tu equipo y con las futbolistas”, reflexiona la preparadora de Teruel.

De su estancia en el banquillo valencianista, Esteban sobre todo saca una conclusión puramente futbolística que tratará de mejorar de cara a los nuevos proyectos que están por venir: “Hay una parte del ego del entrenador, que parece que cuanto más explicas, mejor conocimiento tienes de las cosas y eso no es necesario en muchas ocasiones”.

El futuro más cercano

Ha pasado demasiado poco tiempo como para empezar a pensar en una nueva oportunidad en algún banquillo, porque, además al haber entrenado en Primera División, la entrenadora turolense no podrá volver a dirigir a un equipo nacional ni en la máxima categoría ni en la de plata hasta que no acabe la temporada. Pese a ello, Esteban sabe que su nombre puede estar en las quinielas de muchos proyectos de cara al próximo curso: “Cualquier equipo que quiera apostar por una entrenadora joven, con ganas de triunfar en este mundo que sepa que esfuerzo, trabajo y conocimientos no van a faltar. Yo estaré encantada de poner mi granito de arena”.

Por el momento, la turolense se centra en seguir aprendiendo mientras llega una nueva oportunidad: “Quiero ver cómo entrenan diferentes cuerpos técnicos. Voy a dedicar mis energías a coger el coche, coger la libreta, desplazarme por España e ir viendo diferentes ideas que me hagan ver qué es lo que me gusta y qué es lo que no”.