Albarracín acoge la cuarta edición del campus de baloncesto del Casademont

El campus de baloncesto promovido por el Casademont Zaragoza, para niños de entre 7 y 18 años, ha elevado -temporalmente- la altura media en Albarracín. Esta concentración, que se viene desarrollando desde el pasado 29 de junio y hasta el próximo día 27 de los corrientes, atrae a casi 500 jóvenes de toda España.

Esta es la cuarta edición que se celebra en Albarracín y el patrono de la Fundación Basket Zaragoza, promotor de este Campus, señaló: “Está consolidado, pero tenemos ganas de seguir adelante y prueba de ellos es que este año hemos incrementado un turno más (una semana)”, comentó Fernando Ramiro.

En la jornada de puertas abiertas, celebrada este martes, estuvo presente el alcalde de Albarracín, Daniel Úbeda, que se alegró de la continuidad del campus de verano: “Estamos encantados. Esta relación de colaboración esperamos que dure muchos años”, señaló. También asistió la directora general del Deportes del Gobierno de Aragón, Cristina García, quién afirmó que “la potencia de este tipo de actividades, con un referente como es Casademont, es muy importante para la promoción del deporte y del baloncesto en particular”, además -continuó- “de la importancia para el club, el Ayuntamiento de Albarracín y para el Gobierno de Aragón”.
 

Otros representantes institucionales también se sumaron a esta apertura. Así, Miguel Iranzo, diputado de Deportes de la Diputación de Teruel, calificó la apertura como “un éxito, ya que estos actos dinamizan los pueblos. Nosotros intentamos ayudar en todo lo posible”. En la misma línea se expresó el vicepresidente de la Comarca Sierra de Albarracín, José Miguel Aspas: “Para nosotros es un lujo este campus y estamos dispuestos a colaborar para que continue”, apuntó.

El campus

El director del campus, Víctor Serón, se mostró satisfecho de lo realizado hasta el momento, pero además resaltó “el nivel deportivo y de compromiso que adquieren los chavales aquí”. Este año son trece comunidades las que tienen representación. Las chicas y chicos están divididos por grupos de edades y niveles deportivos, pues van desde el nivel de iniciación, para los más pequeños y participantes con poca experiencia deportiva, al campus de alto rendimiento para chavales que ya apuntan alto por su características técnicas y de altura; pasando por un nivel de perfeccionamiento en el que se inculcan las bases para el aprendizaje y el desarrollo de técnicas baloncestísticas.

La preparación consiste en tecnificar el nivel al máximo posible y realizar trabajo específico para mejorar las cualidades o conocimientos.
 

Cada grupo cuenta con dos entrenadores, hasta un total de 20 preparadores, encargados de corregir y modificar las posibles deficiencias técnicas y con el objetivo que “los niños se diviertan y se aficionen por el baloncesto”, señala Fernando Ramiro.

En esta escuela también realizan otras actividades complementarias al baloncesto, como piscina, tiempo libre, charlas educadoras y un día en el parque Albarracín Aventura, donde tienen la posibilidad de jugar al tiro con arco, paintball o tirolinas.

Vera Morales, de Madrid y de 8 años, participa por segunda vez en esta escuela de verano y, aunque el año pasado lo pasó mal al principio, en esta ocasión está “muy contenta”. “Estoy aprendiendo mucho porque nos enseñan trucos para los partidos. Me lo estoy pasando muy bien y me gusta el baloncesto”, dijo.

Motivación

Mariona Ortiz, jugadora del Casademont Zaragoza femenino, estuvo presente en la jornada de puertas abiertas para compartir unas horas con las niñas y niños del campus.

La base internacional y, este año, capitana del Casademont parte mañana a la concentración de la Selección Española de Baloncesto en Segovia, previo a participar en los Juegos Olímpicos de Paris, que comienzan el día 26 de julio.

Mariona se mostró especialmente receptiva y motivadora, y al finalizar la jornada estuvo firmando autógrafos y camisetas a los participantes de este IV Campus Albarracín de Baloncesto, y comentó cómo fueron sus inicios en el baloncesto o los momentos más difíciles, cuando pensó en dejarlo hace cuatro años.