Visitantes presenta en Teruel el directo de su nuevo disco, ‘Animales exóticos’
Tras rodarlo en Valencia, Vitoria y Madrid, la banda turolense actuará el sábado en La FondaTres largos años después de Esplendor, dDmencia y Olvido y con cierto retraso sobre el calendario previsto, por fin desde enero de este año la banda de rock turolense Visitantes tiene en el mercado su sexto disco, Animales exóticos (Maldito Records). Después de haberlo echado a rodar durante las últimas semanas en Valencia y Vitoria junto a las sevillanas Pinball Wizard y las suecas Thundermother, y en la sala Entre Darts Rock de la capital de España el pasado fin de semana, con la veterana banda madrileña Motel Forever, Visitantes jugará como local este sábado, 16 de marzo, en la Fonda del Tozal. Rocío Alonso abrirá las hostilidades en acústico a partir de las 19.30 horas, y a las 20 horas cederá la palabra a Alberto Arnau, Gustavo Ramos y Rubén Fernández.
El objetivo era que Animales exóticos hubiera estado en la calle en 2017 para celebrar el 20 aniversario del trío, una de las referencias del rock and roll turolense, pero la demora está justificada. De entrada en el camino de Visitantes se ha cruzado Abismo, el nuevo proyecto en el que está embarcado Arnau y que en estos momentos está simultaneando en un ejercicio de equilibrismo rocanrolero. Un proyecto el de Abismo, por cierto, que muy pronto generará novedades en el panorama de la música en directo para Teruel. Esa es otra historia pero, por el momento, es buena idea reservarse la fecha del 5 de abril en la agenda.
Además la producción se ha vuelto a cuidar al máximo, mimándola y dejando que macere. La mayor parte de los temas del disco se grabaron entre finales de 2017 y 2018, en los estudios El Sótano de Iker Piedrafita, en Pamplona. En Esplendor, Demencia y Olvido colaboraron músicos como el propio Iker Piedrafita (Miss Octubre), Alfredo Piedrafita (Barricada), Agnes Castaño (Lilith), Mariano Medina (Ciclonautas), Gabri Gainza (El Desván) o Pili Collados, antigua compañera de Arnau, Ramos y Fernández en Almas para el Diablo. Pero en Animales exóticos la banda ha decidido hacerse un pequeño homenaje a sí misma, grabando entre los tres todas las pistas, con la única excepción de algún teclado de Piedrafita en varias canciones.
Animales exóticos, cuyo título bien podría ser bichos raros, hace referencia a la irrenunciable vocación de rock que lleva grabada en sus cromosomas Visitantes. La icónica firma Gibson se declaró en bancarrota hace menos de un año, 117 después de su fundación, y los gurús –la palabra no comparte etimología con agorero pero bien podría– de la música aseguran que la guitarra eléctrica está en declive y que los jóvenes ya no quieren aprender a tocarla para fastidiar a sus padres, que es lo suyo cuando uno es joven, sino que prefieren hacer cualquier otra cosa para salir en un talent show de la tele.
Pero Visitantes forma parte de ese puñado de buenas y honrosas excepciones que piensan que mientras hayamos –de haber, no de hallar, que el matiz tiene su miga– aficionados al veneno del rock and roll de toda la vida, nos merecemos mayor consuelo que seguir viviendo de las rentas y de los caminos ya trillados, clásicos y grandes, pero trillados al fin y al cabo. Y de eso va Animales exóticos, de fastidiar a los hijos, que es lo suyo cuando uno ya no es joven.
Diez temas
El disco está formado por diez cortes entre los que hay alguna joyita y hasta alguna rareza. Entre estas últimas destaca Deshielo, una intro instrumental de casi dos minutos que le da al disco cierto aire conceptual. Es un recurso inédito hasta ahora en Visitantes, y hasta que entra la batería suena como el runrún a 440 herzios que precede a un concierto sinfónico pero sin concertino, porque el tema está grabado con cuatro guitarras e ideado para escucharse enlatado al principio de los directos mientras los músicos suben y toman posesión del escenario. Y su final empasta perfecto con Es domingo en el infierno, donde se acaba la lata y empieza el marisco fresco. Porque a partir de ahí ya nada es trampa ni cartón, sino rock del bueno.
Otra rareza, hasta cierto punto, es Corazón Salvaje, un tema que se aleja por momentos del estilo más clásico de la banda para irse a territorios del blues. Y solo hasta cierto punto porque, como el propio Alberto Arnau reconoce, tiene una cuenta pendiente con el blues que, cuando sea menester, piensa cobrarse como es debido.
Travesuras o Mi demonio son dos de los temas que más motivo tienen los fans para conocer, ya que fueron los primeros en hacerse públicos a través de sendos videoclips. El primero se publicó en octubre de 2018 y es una auténtica delicatessen de los turolenses Carlos Alonso y Fran Muñoz (Imago), digna de verse una y mil veces, y el segundo, con el sello del fotógrafo y diseñador Javi Reaktiu, responsable de la imagen de la banda, se realizó sobre uno de los cortes más potentes del disco como si de un roadmovie en los estudios de grabación se tratara. Mi demonio arranca con un riff homenaje al Agradecido de Rosendo y termina siendo uno de los temas más rollingstonianos del LP, en parte gracias a uno de los estribillos más brillantes de toda la discografía de Visitantes y a un piano que se oye solo cuando tiene que oírse. Como tiene que ser.