Una investigación advierte del fácil acceso al juego para los adolescentes turolenses
Un trabajo fin de máster señala la falta de recursos para apoyarles desde el ámbito educativoLos menores no tienen dificultades para acceder a salas de juegos de azar en Teruel, aunque teóricamente no podrían hacerlo, y juegan para divertirse y socializarse. Para algunos se convierte en un problema y cuando esto sucede sienten dificultades para encontrar recursos que les ayuden. Estos son algunos de los datos que se recogen en el trabajo fin de máster (TFM) de la turolense Arancha Urmente sobre el juego de azar en adolescentes.
Urmente es psicóloga y ha finalizado el máster en Orientación Educativa que culminó con un estudio que llevó a cabo en el instituto donde realizó sus práctica, el IES Vega del Turia de Teruel, y que fue dirigido por el profesor de la Universidad de Zaragoza Javier Aceña.
La autora de este TFM trabajó con una muestra de 141 personas que contestaron un cuestionario de forma anónima, la mayoría estudiantes de este centro educativo, pero también 36 docentes y dos orientadoras. El estudio se complementó con una entrevista con el responsable del Plan de Drogodependencias en el Ayuntamiento de Teruel, Ricardo Añón. Además, para su trabajo fin de grado en Psicología esta joven ya había abordado este tema en otro estudio con 129 alumnos del IES Francés de Aranda y el colegio Las Viñas.
La autora de este trabajo detalló que siempre había analizado esta cuestión desde el ámbito de la atención psicológica y que ahora quería ver cómo se abordaba y que visión tenían los propios docentes que están día a día con los adolescentes.
“Quise hacer un estudio sobre la realidad del juego de azar en menores y la percepción que tenían los docentes, incluidas las orientadoras. Finalmente, llegué al resultado de que existe una desinformación total”, explicó la joven orientadora.
El TFM mostró que las primeras apuestas son a los 16 años y casi un 50 % de los jóvenes de la muestra habían jugado alguna vez. Muchas veces esta actividad está asociada al consumo de alcohol y con la motivación de divertirse y socializar. “Ellos lo ven normal, pero claramente existe un problema”, comentó la especialista.
La mayoría juega esporádicamente, pero sí que existe un porcentaje de chicos que jugaban cinco horas o más todos los días. “Ellos mismos afirman haber sufrido y tener problemas de salud por culpa del juego. De salir y sentirse muy mal por lo que habían hecho”, señala Urmente quien que encontró un 3 % de estos menores que habían pedido ayuda sin éxito.
Otro dato llamativo para la investigadora ha sido que, a diferencia de lo que se puede pensar sobre el acceso solo de forma online, “sorprendentemente existe una clara preferencia hacia el juego presencial, puesto que lo tienen muy sencillo ya que ellos mismos confirman que nadie les pide ninguna identificación al entrar”, advirtió la psicóloga y orientadora.
También llamó la atención de la autora del trabajo que algunos encuestados relataban que habían apostado grandes cantidades de dinero, hasta 700 euros y en otras ocasiones, el almuerzo en los recreos.
En cuanto a la percepción de los profesores, el TFM muestra el desconocimiento de la realidad. Los docente sí que coincidían en la edad de las primeras apuestas y respecto a necesidad de tener que tomar cartas en el asunto, pero en lo que se refiere al dinero apostado o tiempo invertido, “todo eso lo desconocían”, señaló la investigadora.
También hay muchas carencias respecto a las herramientas para prestar apoyo a los estudiantes. “Algunos profesores me confirmaron que habían tenido alumnado con problemas de juego y no conocían ningún recurso, ni supieron qué hacer”, explicó Arancha Urmente.
En este sentido, la psicóloga y orientadora turolense defendió la necesidad de incorporar este tema en la prevención. “Todavía estamos enquistados en la tradicionales adicciones con sustancia. No nos damos cuenta de que cada vez se están viendo más introducidos en el juego de azar”, advirtió.
La especialista destacó la buena receptividad de los jóvenes a participar en el proyecto, lo que demuestra que es un tema que les interesa. “Ya estamos cansados de que nos informen tanto del alcohol -que ya más o menos sabemos lo que nos cuentan- y no tanto del juego porque se les preguntó si habían trabajado este tema en los institutos y la mayoría dijeron que no y otros que a través de na actividad de la asignatura de inglés, pero no conocían lo que era el juego responsable, no conocían información a la que acceder”, lamentó .
Urmente comentó que los estudiantes conocen lo que es el juego patológico, la ludopatía, sin embargo, piensan que eso les puede pasar al resto, pero a ellos”.
Además, de promover formación y recursos, la autora del trabajo se mostró partidaria de una correcta regulación. “Un dato muy interesante es que se ha visto reducido este porcentaje de los jóvenes que jugaban por las restricciones del covid puesto que se cerraron las casas de apuestas y todo estaba más regulado. Los resultados muestran que ha disminuido el alumnado jugador, entonces, sí que existe evidencia de que si se restringe se reduce”, afirmó.