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Una exposición en la Fonda del Tozal demuestra lo que dan de sí los Lunes Fotográficos Una exposición en la Fonda del Tozal demuestra lo que dan de sí los Lunes Fotográficos
Alicia González aporta a la exposición colectiva un túnel de luz obtenido con fotografía de larga exposición

Una exposición en la Fonda del Tozal demuestra lo que dan de sí los Lunes Fotográficos

Diez miembros de la Sociedad Fotográfica Turolense enseñan su trabajo hasta el 20 de diciembre
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Bodegones clásicos, retratos y fotografías nocturnas, pero también composiciones abstractas pintadas con luz, fantasmas que van y vienen o túneles de fuego que invitan al espectador a introducirse, literalmente, dentro de la imagen. Es lo que puede verse en la fantástica exposición Lunes fotográficos de la Sociedad Fotográfica Turolense, que estará instalada en la Fonda del Tozal hasta el 20 de diciembre.

La muestra se compone de 13 fotografías de diez autores diferentes; Alicia González, Conchita Serrano, Domingo Saura, Eduardo Abril, Eduardo Benedito, Ignacio Latasa, José Manuel Martín, Marta García, Nadine Marco, Socorro Albarrán y Sonsoles Valdivia. Excepto Serrano, ninguno de los fotógrafos había expuesto hasta ahora, aunque las imágenes que aportan a la colectiva son de gran calidad técnica y artística. 

La muestra surge a raíz de los Lunes Fotográficos, una actividad que organiza la Sociedad Fotográfica Turolense (SFT). Entre septiembre y junio desde hace tres años, los fotógrafos Pedro Blesa y Santiago Albertos se reúnen todos los lunes, a partir de las 20 horas en el Centro Social del Arrabal, donde ofrecen consejos, charlas y experiencias prácticas sobre todo tipo de fotografía; paisaje, retrato, macro, nocturna, larga exposición, deportiva, y también hablan sobre material, equipo, flash, revelado fotográfico, organización de archivos y un sinfín de contenido de interés para fotógrafos noveles o con experiencia. 

Las fotografías expuestas en La Fonda del Tozal son el resultado de las diferentes prácticas que han tenido lugar durante este último año. 

Hay dos elementos que convierten a Lunes fotográficos en una muestra especialmente interesante; en primer lugar el hecho de que, a pesar de los buenos resultados, algunos de los autores ni cuentan con una larga trayectoria dentro de la fotografía –muchos empezaron a formarse en el seno de la SFT hace uno o dos años– ni tienen un equipo fotográfico especialmente caro o sofisticado. Cuando es imprescindible utilizar determinadas ópticas, flashes de zapata, trípodes o cualquier otro equipo más o menos especializado, los miembros más experimentados de la SFT suelen compartirlo, si bien una de las máximas de la Sociedad y también de las sesiones de los Lunes Fotográficos es que “no es necesario tener mucho equipo, sino que lo importante es saber cómo sacar el máximo partido posible a tu máquina, tengas la que tengas”, afirma Santiago Albertos, uno de los profesores de las sesiones y comisario de la exposición. 

El otro elemento destacado de la exposición es que la gran mayoría de las fotografías están basadas en técnicas avanzadas, experimentales, que buscan una fotografía que va más allá de los que estamos acostumbrados a ver. No tienen nada de malo los paisajes o la fotografía urbana, pero Lunes fotográficos pretende demostrar los caminos creativos que pueden emprenderse con una cámara fotográfica y algo de voluntad. 

Más que fotos

En ese sentido llaman la atención varias imágenes. José Manuel Martín presenta unos corazones de colores que parecen brotar de una botella como burbujas de champan. Los corazones son en realidad bombillas de Navidad, fotografiadas llevando al extremo el efecto bokeh, para que aparezcan lo más desenfocadas posible. Y la forma de corazón se consigue tapando el objetivo con una cartulina sobre la que se ha recortado la figura que se desea obtener. Un efecto óptico de la luz al atravesar esa cartulina provoca que los destellos adquieran esa forma, en lugar de verse como manchas redondeadas o estrelladas. 

Varias de las imágenes de la serie están obtenidas con lanas de acero y tiras de luz y con largas exposiciones, lo que suele denominarse pintar con luz. Alicia González y Marta García presentan sendas imágenes obtenidas mientras se gira a gran velocidad una especie de bengala, cuyo rastro de luz forma un túnel flanqueado por las purnas que caen al suelo. Eduardo Abril fotografía a un sujeto misterioso –apueste a que es Pedro Blesa, muy dado a prestarse como modelo en las clases fotográficas– bajo el que se extiende una misteriosa bruma luminosa rojiza, lograda gracias a un tercero, que mueve unas barras luminosas rojas a su alrededor durante los 30 segundos que dura la exposición, mientras otro ayudante ilumina al sujeto principal con una linterna. 

Especialmente sugerente resulta la fotografía de Domingo Saura, que combina la técnica de light painting, el zooming, que consiste en variar la distancia focal mientras permanece abierto el obturador, y la iluminación con flash. El resultado en este caso son dos misteriosos sujetos junto a un intrincado pentagrama infinito en el que vuelan notas musicales luminosas. Pura sinestesia que relaciona lo visual con lo auditivo.

Son solo alguno de los ejemplos que pueden verse, pero las trece imágenes tienen interés, historia y hasta gran valor pedagógico detrás. Un bodegón excelentemente iluminado, un desnudo artístico en blanco y negro, dos exposiciones nocturnas de larga duración obtenidas en la carretera de Alfambra, un zooming sobre una flor que da la sensación de que implosiona sobre sí misma o una demostración de lo divertido y creativo que puede ser jugar con un  poco de harina y flashes de alta velocidad. Trece trabajos que son la punta del iceberg de la gran producción fotográfica que tiene lugar durante los últimos tiempo en Teruel, y su semillero en la Sociedad Fotográfica Turolense.

Curso informal, experiencial y gratuito

Santiago Albertos es uno de los fotógrafos con mayor trayectoria de la SFT, comisario de la exposición Lunes fotográficos y profesor, junto a Pedro Blesa de las sesiones que se organizan en el Centro Social Arrabal. 

Albertos insiste en que la calidad de las fotos que los alumnos han reunido es “excelente”, a pesar de que “muchos de ellos partían de cero cuando vinieron por primera vez a las sesiones de los Lunes Fotográficos”. “Alguno sabía más o menos, pero en general tampoco demasiado al principio.

Cada lunes se dedica a una materia específica, complementándose entre sí aunque no sigan un ciclo cerrado cada año. “No es que sea un curso que empieza cada año, sino que vamos haciendo los contenidos en función de lo que quiere la gente. A veces se repiten, los nuevos aprenden y los veteranos afianzan conocimientos. Lo mejor es que al final todo el mundo enseña cosas y todo el mundo aprende algo”. 

Santi Albertos asegura que no es necesario tener conocimientos fotográficos ni un equipo avanzado para empezar a aprender acudiendo a estos encuentros gratuitos. “Por no hacer falta, ni siquiera hace falta esta asociado a la SFT”, aunque para lo que se paga de cuota y las experiencias que ofrece, lo habitual es que todo el mundo acabe inscribiéndose. Por su parte, ni Pedro si Santi cobran por el tiempo que dedican a los alumnos, “aunque nos mueve la gente, que se aficiona y que sigue viendo lunes tras lunes, y el vicio que tenemos con la fotografía”.