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Una exposición en La Alfranca recupera al pintor de Torrevelilla Miguel Navarro Centelles Una exposición en La Alfranca recupera al pintor de Torrevelilla Miguel Navarro Centelles
Marta de Santos abrió, en nombre del Gobierno de Aragón, la exposición sobre Miguel Navarro Centelles, pintor nacido en Torrevelilla

Una exposición en La Alfranca recupera al pintor de Torrevelilla Miguel Navarro Centelles

Mercedes Bueno comisaría la muestra de paisaje
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El Museo de La Alfranca acoge la exposición Paisajes, Caminos, Silencios. El Bajo Aragón, de Miguel Navarro Centelles, (Torrevelilla, 1924-Zaragoza, 2016), que presenta una selección de 45 obras, seleccionadas por la comisaria Mercedes Bueno Aladrén, que representan paisajes del Bajo Aragón, figurativos y abstractos, dos audiovisuales, una audio-instalación y paneles didácticos, para aproximar al público artística y didácticamente la figura y obra de este artista turolense.

La sala de exposiciones del antiguo Palacio de los Marqueses de Ayerbe, en la Finca La Alfranca (Pastriz, Zaragoza) es el entorno arquitectónico, histórico y de naturaleza que establece un diálogo con los paisajes del Bajo Aragón representados pictóricamente.

Marta de Santos Loriente, directora general de Cambio Climático y Educación Ambiental del Gobierno de Aragón, inauguró el pasado 9 de octubre una muestra  que surge como resultado de la colaboración entre esta institución, que promueve la muestra, y el Ayuntamiento de Torrevelilla, que cede temporalmente su colección, donada previamente por el hijo del pintor.

Influencia del paisaje

El discurso expositivo sugiere promover a la reflexión en el público visitante, sobre la influencia que ejerce el paisaje y la naturaleza en la vida de las personas a partir de mostrar artísticamente los hermosos paisajes del Bajo Aragón así como el visibilizar a artistas aragoneses. Esta propuesta se revela, además, como un modo de colaboración, a través del arte, de fortalecer los lazos emocionales y afectivos con el rico patrimonio artístico, natural y cultural de esta tierra. 

Pero ¿quién es Miguel Navarro Centelles? Esencialmente es un artista, dibujante y pintor que se dedicó profesionalmente durante veinticinco años a la creación artística de anuncios en el sector de la publicidad. Paralelamente desarrolla su auténtica pasión y vocación como pintor. 

Nació en una pequeña localidad del Bajo Aragón, Torrevelilla, y al finalizar la Guerra Civil española se trasladó con su familia a Zaragoza, iniciando su formación en Artes. Posteriormente se trasladó a Madrid dónde asiste al Círculo de Bellas Artes y acude al Museo del Prado a practicar copiando las obras de los grandes maestros. Después regresó a Zaragoza, para instalarse definitivamente para trabajar y desarrollarse artísticamente. 

Navarro Centelles cuenta con una larga trayectoria artística. Desde muy joven estuvo inscrito en la Asociación de Artistas Aragoneses y cuenta en su haber con una abundante obra pictórica, pendiente de catalogar. Participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas junto a Saura, Aguayo, Pablo Serrano, Viola, Salvador Victoria, Aransay, Berta Lombán, Jesús Buisan, María Antonia Orús, y un largo etcétera. La crítica artística, en la prensa del momento, reconoce su calidad artística especialmente como paisajista.

La madre Tierra

Los paisajes de Navarro Centelles se identifican en diferentes espacios naturales del Bajo Aragón, que para él representan a la madre Tierra, que moldea e inspira su fecunda obra, desde la más amplia perspectiva expresionista. Este entorno es el que revela y pone de manifiesto en el autor sus dos fidelidades por encima de cualesquiera otras: la de pintor y la de enamorado del Bajo Aragón. 

El paisaje estepario, la luz y el color turolenses están representados de diversas formas en su obra, desde el realismo hasta la deconstrucción de los entornos en un expresionismo abstracto. De la constante búsqueda e investigación estilística se encuentran abundantes muestras en los diferentes tipos de expresionismo pictórico que realiza, el cubismo, el impresionismo, el fovismo e incluso con el futurismo.

Este itinerario lo recorre con las diferentes temáticas o series que aborda en su obra: paisajes, bodegones, la imagen femenina, la música y la danza, los desnudos, lo arquitectónico, el retrato, etc.

La serie Paisajes, que es la que ahora nos ocupa, plasma el ámbito rural turolense representando diferentes entornos pero siempre característicos, la geología, las plantaciones de cereal, los olivos y otros endemismos del paisaje. Pinturas de solana con predominio de amarillos, naranjas y tostados, montes y espacios medioambientales impregnados con el característico color arcilla de la tierra, pedregales de caliza, salinas, la estanca, casas de pueblos encaladas de blanco.

La contemplación de su obra hacer sentir al espectador el olor de la tierra, el verde sabor amargo de los olivos y almendros, el resplandor blanco de las saladas, el calor pesado y matérico de los atardeceres sobre los campos de trigo, los sonidos que evolucionan hasta transformarse en sinfonía. Sabemos que mientras pintaba escuchaba habitualmente música especialmente a Falla, Albéniz, Ravel, zarzuelas… 

Expresionista

El artista se define a sí mismo como expresionista, pero ¿qué es el expresionismo? Es un estilo artístico referido fundamentalmente a la libertad de expresión y que comprende distintas disciplinas. Generalmente suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano. Este movimiento busca esencialmente expresar los sentimientos, más que la descripción objetiva de la realidad, mediante el uso de sus colores violentos, representando temáticas de soledad y pobreza. En sus orígenes, a comienzos del XX, el expresionismo refleja el desánimo de artistas e intelectuales en los periodos bélicos europeos. En la distorsión de la realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su lado más emotivo e interior.

El tratamiento expresionista que hace Navarro Centelles de la realidad, del entorno, desde su perspectiva de testimonio documental que pinta lo que ve, o mejor sería decir de lo que siente; muestra la geografía que le marcó un punto de partida, describiendo un viaje de ida y un posible retorno a sus lugares de origen, algo así como le sucede a Ulises con su deseo de regresar a Ítaca, proyectando en su obra una convergencia entre el autor y el lugar.

El pintor francés Marc Chagall, expresó que el arte era “un estado del alma”. Así el paisaje inventando, es la necesidad de “habitar» un paisaje que pueda dar salida a emociones y sentimientos. Es un modo de afrontar una significación.

Ortega y Gasset  reivindica la necesaria unión de hombre y el medio, en la que el contorno está vinculado necesariamente a la existencia de cada uno y por ello forma parte del mismo. Paisaje y persona, medio y hombre, son realidades enfrentadas interdependientes: “No hay un yo sin un paisaje con referencia al cual está viviendo: yo soy aquello que veo…”.

De los usos del arte, Navarro Centelles expresa un pensamiento agudo y acertado: “Aragón debe dejar de esconderse, debe perder su timidez provinciana, trabajar para poder competir, mostrar y exportar su arte y no perder nunca la inspiración  que esta tierra y estas gentes han dado siempre tantos artistas durante su historia”.

Los paisajes íntimos y los paisajes geográficos, los largos caminos a recorrer en silencio, la puesta en valor de la naturaleza, del Bajo Aragón, de los artistas aragoneses olvidados por la historia, marcan las coordenadas de esta exposición que trata de recuperar su figura.