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Un paseo visual y sensitivo por las calles de Teruel en tiempos de confinamiento Un paseo visual y sensitivo por las calles de Teruel en tiempos de confinamiento
La turolense Alicia Marco acostumbra a acompañarse de una libreta en la que realiza sus bocetos

Un paseo visual y sensitivo por las calles de Teruel en tiempos de confinamiento

Alicia Marco realizó las ilustraciones antes de la pandemia para “reconectar” con su ciudad
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Tras mes y medio sin poder pisar la calle con normalidad, la experiencia de dar un simple paseo por Teruel ha pasado de ser algo rutinario a cotizarse como bien de lujo. La voluntad de disfrutar de veras de un paseo urbano requiere hacerlo consciente y convertirlo en un fin y no en un medio, y en ese sentido ha trabajado la arquitecta turolense Alicia Marco Zuriaga para componer su proyecto artístico Cartografía de paseos por Teruel. Lo irónico es que se realizó en 2019, mucho antes de la pandemia y el confinamiento, producto de una pulsión que nada tenía que ver con el Covid-19. Pero estos días cobra más relevancia si cabe, ya que pone de manifiesto que el nexo que tenemos con el aspecto de nuestro entorno es vital para las personas. 

Alicia Marco es graduada en Arquitectura, tiene formación en Bellas Artes y cursaba los últimos meses del Máster de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia cuando fue decretado el estado de alarma. El confinamiento la pilló en su Teruel natal, donde permanece actualmente.

Cierto gen nómada la impulsó hace años a trasladarse primero a Valencia, y después otras ciudades como París o Santiago de Chile durante su etapa formativa. Ese gen, no obstante, “nunca ha podido arrebatar esa fuerza que tiene Teruel de hacer brotar el sentimiento de la palabra hogar”, según la propia Alicia Marco, lo que le impulsó a emprender Cartografía de paseos por Teruel.

“Conmovida por la imagen que se proyectaba hacia fuera de la ciudad”, explica, “aproveche un viaje de vuelta para quedarme a retratar una imagen de la despoblación que estaba desvirtuando el recuerdo que conservaba de Teruel”. Durante dos meses Marco se dedicó a pasear con un cuaderno, un bolígrafo y la cámara de un móvil, para redescubrir la ciudad donde creció poniéndose en la piel de un turista, de un visitante ajeno que descubriera por primera vez cada calle, cada establecimiento y cada rincón.

Curiosamente ese reencuentro le brindó una primera conclusión inesperada: “Encontré una ciudad llena de vida, tal y  como la recordaba, pero más hermoso, por la belleza de todos aquellos paseantes del día a día que se esforzaban por seguir regalando cariño a sus calles y su gente”.

Pero más allá de ese redescubrimiento, en tiempos de confinamiento los paseos conscientes y cartografiados de Alicia Marco adquieren un nuevo valor. El proyecto nació como una reconexión de Alicia Marco con su ciudad, pero como le ocurrió a Bernardino Montañés, cuyos dibujos que realizó en Pompeya en 1849 simplemente para ejercitar su técnica en la acuarela y el dibujo, se convirtieron siglo y medio después en un fascinante documento histórico visual, el trabajo personal de Alicia Marco invita a reflexionar y a pasar la vista por rincones cuya belleza comenzaba a desdibujarse por el roce continuado y mecánico de nuestra retina.  “Pasear por Teruel te permite encontrar los encantos que contiene la rutina, pero quizá la monotonía nos impide valorar la belleza que nos rodea, y ahora deseamos reecontrarla”. A diferencia de la Pompeya que miró Montañés, el Teruel que nos aguarda bajo nuestros balcones no es irrecuperable, pero el trabajo de Alicia Marco nos advierte, de forma inopinada, que conviene mirar de otro modo y beberse las calles en cada paseo.

Más de 40 ilustraciones

Aunque por el momento Cartografía de paseos por Teruel no se ha expuesto –excepto a través de @aliciadenaranja, su perfil de Instagram–, el proyecto artístico se materializa en más de 40 ilustraciones de medio formato en tinta marrón y lápices de colores sobre papel. Una de ellas es un bellísimo mapa de Teruel, que se desdobla a continuación en una serie de mapas parciales que desdoblan la ciudad en ocho paseos diferentes –obviamente estos recorridos responden a la subjetividad y a los recuerdos de la propia Alicia Marco de los 18 primeros años de su vida que pasó en la ciudad–, con sus correspondientes ilustraciones en algunos de los hitos que atraviesa cada uno de los trayectos.

Los recorridos que repasa la turolense llevan por título Paseo al Vega –que alude al Instituto–, Paseo cultural, Paseo comercio local, Paseo a la plaza, Paseo de los enamorados, Paseo de las Arcillas, Paseo arrabalero y Paseo por el Pinar. 

Otro elemento subjetivo del trabajo es el tratamiento de lo cromático, ya que Alicia Marco selecciona cuidadosamente la paleta utilizada para recrear cada uno de los paseos, como si cada uno de ellos estuviera indisolublemente ligado a una serie de colores concretos, llevando la actividad del paseo a una dimensión sinestésica. “Se entienden en su conjunto a modo de cartografía”, explica Marco. “Un mapa donde el color de cada paseo baña un escenario de la vida cotidiana. Y también tengo que reconocer que hay influencia de las teorías de los situacionistas y su concepto de deriva.